Monday, 01 de September de 2025


IVA generalizado, el gazapo mayor del PRI




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El proyecto de la “reforma fiscal integral” se retrasó al segundo semestre de 2013 para darle oportunidad al PRI de ganar en las elecciones locales que habrá en 14 entidades federativas, Puebla incluida. Pero también para tener un timing de recuperación antes de 2015  

 

El viento apacible con el que navegaba la presidencia de Peña Nieto empieza a enturbiarse. Y nuevamente el riesgo principal no proviene de los ataques de la oposición o de los medios, sino los errores propios de cálculo. Eliminar el candado en los documentos básicos tricolores que prohíbe expresamente votar a favor de un IVA generalizado a alimentos y medicinas es el argumento que esperaban millones de mexicanos para desencantarse por el retorno del PRI a Los Pinos.

 

 

Desde que el mundo es mundo, no hay medida más impopular que el aumento de impuestos, así como el eufemismo de “reforma fiscal integral”. La única traducción visible y comprensible para las mayorías es que los jodidos paguemos más. Aquí y en China, las subidas de impuestos se traducen en derrotas electorales.

 

 

Peña Nieto, su secretario de Hacienda Luis Videgaray y su gabinete, sin embargo, juegan a ser más listos que los mexicanos. El proyecto de la “reforma fiscal integral” se retrasó al segundo semestre de 2013 para darle oportunidad al PRI de ganar en las elecciones locales que habrá en 14 entidades federativas, Puebla incluida. Pero también para tener un timing de recuperación antes de las decisivas elecciones federales de 2015 para renovar San Lázaro. Pero su astucia fue frenada por los documentos básicos del PRI que prohíben expresamente a sus legisladores votar por un IVA generalizado, así como la privatización de Pemex.

 

 

Para desmontar ambos candados, el PRI necesita una XXI Asamblea Nacional que se celebrará en los primeros días de marzo y en la que se realizarán las modificaciones necesarias al plan de acción. Bendito, gracias a eso han sido desenmascarados a tiempo, precisamente antes de los comicios locales de julio. Su objetivo es joder a los jodidos, aunque se justifiquen diciendo que los alimentos básicos no serán gravados. ¿Y la inflación, papá? ¿Y los gasolinazos?

 

 

Peña Nieto, en su estilo personal de gobernar a base de gazapos propios, debería entender que en la recta final de sus primeros cien días de gobierno, la lista de enemigos comienza a crecer. Elba Esther fue herida de muerte pero todavía goza de cabal salud porque no se atrevieron a llegar al quinazo. Carlos Slim vive a la expectativa de la prometida iniciativa en materia de telecomunicaciones porque todo indica que el objetivo de la legislación será minar su imperio. Y no creo que se vaya a quedar cruzado de manos. Su iniciativa del Pacto por México no sirvió para frenar las alianzas PAN-PRD que se van a firmar en casi 10 entidades.

 

 

Los gobernadores no andan muy contentos tampoco, aunque sean mayoritariamente del PRI. La designación de embajadores —mejor dicho supervisores— para tener interlocución con el gobierno federal les cayó como patada de mula. En su escenario era obvio que su papel de virreyes derrochadores se iba a acabar, pero nunca se imaginaron que el diálogo directo con Peña Nieto, o sus superpoderosos secretarios Osorio Chong o Videgaray, se iba a acabar. ¿De qué les vale ahora su soberanía estatal si se prepara una iniciativa para controlar la contratación de deuda? ¿Y peor, si el plan de infraestructura será licitado a través de Capufe y la SCT? Nuevamente les quedan las migajas.

 

 

La piedra de toque sexenal puede ser la aventura del IVA generalizado que ya los tiene hechos bolas y pondrá a prueba si la disciplina férrea regresó en el PRI, o si las bases aprendieron de su larga travesía al desierto. En 1996 ganaron la batalla cuando establecieron un candado que impedía las candidaturas a gobernador y presidente para los tecnócratas arribistas como Ernesto Zedillo. Increíblemente, la nueva élite de poder pretende derogarlo.

 

 

Además, fuera de lugar e idea de quién sabe quién, el objetivo de reducir la representatividad en el Consejo Político Nacional y los consejos estatales, reduciendo de 600 a 300 consejeros en ambos casos. ¿Las bases tricolores se van a dejar?

 

 

Así que nadie le puso la trampa a Peña Nieto y al PRI. Nuevamente, un gazapo propio. Nada bueno puede salir de una iniciativa para generalizar el IVA para alimentos y medicinas. Al tiempo. Reitero: el estilo personal de gobernar es el gazapo propio.

 

 

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