Thursday, 25 de April de 2024


Elba Esther le jaló los güevos a Peña Nieto durante 88 días




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88 días le jaló los güevos al Tigre Peña Nieto. 88 días lo despreció. 88 días pensó que era incapaz de actuar contra ella, y que en caso de hacerlo, un ejército de un millón de maestros saldría a defenderla. A punto de la medianoche de su detención, tras su ingreso formal al penal de Santa Martha Acatitla, nadie la llora  

 

Elba Esther Gordillo fue víctima de su soberbia. Intocable, poderosísima a lo largo de más de dos décadas desde que llegó a la dirigencia del SNTE y especialmente fortalecida en los dos sexenios de presidencia panista, no supo leer adecuadamente el cambio de los tiempos. El viernes 20 de enero de 2012, cuando rompió la coalición que ya había firmado con el PRI por un capricho familiar, empezó a cavar su tumba. Después, cuando Enrique Peña Nieto arrancó el sexenio hablando de una reforma educativa y de que el Estado debía recuperar el control del sector, desdeñó las amenazantes señales. Entró en franca rebeldía contra una modificación constitucional, y aquí y allá empezó a lanzar bravatas. A finales de diciembre pidió que “fueran por ella”. En el último congreso seccional del SNTE se dio el lujo de dictar su propio epitafio. Por último, llamó “ignorante” a Emilio Chuayffet y ni siquiera fue convocada a la promulgación de la reforma educativa. ¿Alguien puede sorprenderse del final carcelario?

 

 

Entre la toma de protesta de Peña Nieto, fecha en que se dio el banderazo de salida a las hostilidades, y su detención, transcurrieron 88 días en los que Elba Esther Gordillo pudo salir por la puerta de atrás del sindicato, pero por las buenas. Un retiro al estilo Jongitud. Pero “La Maestra” eligió el estridentismo y la provocación. 88 días le jaló los güevos al Tigre Peña Nieto. 88 días lo despreció. 88 días pensó que era incapaz de actuar contra ella, y que en caso de hacerlo, un ejército de un millón de maestros saldría a defenderla. A punto de la medianoche de su detención, tras su ingreso formal al penal de Santa Martha Acatitla, nadie la llora. Ni los maestros, ni Nueva Alianza, ni el gobernador Moreno Valle. Nadie se va a suicidar por ella.

 

 

Elba Esther desperdició sus últimos 88 días de vida política y de libertad. Dijo e hizo una gran cantidad de sandeces, impropios de la gran estratega que es. O que fue. Luego de que el Congreso aprobó la reforma educativa y ella rechazó la palabra “permanencia”, convocó a un congreso seccional en el que pidió dejaran “en paz a los maestros y fueran por ella”. Como no existen las casualidades en la política, la Unidad de Fiscalización y Lavado de Dinero empezó a darle seguimiento a sus movimientos financieros. El SAT desempolvó sus declaraciones fiscales de 2009 a la fecha.

 

 

Tras una guerra de mediana intensidad contra la reforma educativa, Elba Esther Gordillo reapareció en el Segundo Informe de Gobierno de Moreno Valle y evitó dar declaraciones estridentes, pero después se soltó el chongo y siguió con sus provocaciones. Celebró su cumpleaños por todo lo alto, fiestón incluido con Eruviel Ávila. Una entrevista con Adela Micha causó escándalo cuando reconoció que había entrado “por el escusado” a la dirigencia gremial. Su última barrabasada fue dictarse un epitafio de “su muerte como guerrera”. Al cliente, lo que pida.

 

 

En el marco de la presentación de la reforma educativa en el museo de Antropología, el 10 de diciembre escribí que la operación del gobierno federal para dar muerte a Elba Esther estaba en curso, y un día después, que a “La Maestra” sólo le quedaba elegir: irse por las buenas o por las malas.

 

 

“Una vez más, la soberbia de ‘La Maestra’ provocó otros traspiés en su estrategia. Si se hubiera presentado al museo de Antropología y hubiera recibido la reforma educativa con los brazos abiertos, el margen de especulación sería suficiente para pensar que quizá asistimos a una pantomima del poder. Pero no es difícil imaginar cómo se le revolvió el estómago a la Gordillo tras leer en El Universal, Reforma, La Razón y Mileniola filtración de la iniciativa, y todos compartiendo la intención común lanzada desde Los Pinos: se trata de una ley #AntiElbaEsther.

 

 

”La clase política mexiquense es experta en mensajes cifrados basados sobre las presencias y ausencias. No estuvo Elba Esther, pero sí en primera fila Claudio X. González de Mexicanos Primero. También con lugar de privilegio Ricardo Raphael de la Madrid, autor del libro Los socios de Elba Esther y uno de sus principales críticos. ¿Cuáles son los siguientes pasos del cerco que se tiende? El SNTE tiene previsto salir a dar una rueda de prensa hoy en la que seguramente de dientes para afuera se manifestará de acuerdo con la reforma educativa para tratar de minimizar los impactos mediáticos. Pero con la aprobación de la reforma constitucional, Elba Esther Gordillo sólo tendrá dos caminos: irse por la buena o irse por la mala. De la misma forma en que Carlos Jongitud selló su destino hace 23 años.

 

 

Irse por la buena significa conservar los miles de millones que acumuló en más de dos décadas. Y su libertad para viajar a Estados Unidos a atender sus recurrentes crisis de salud. Irse por la mala es enfrentar una persecución judicial y hasta fiscal. El manotazo es inminente”. 

 

 

Visto lo visto, la lideresa eligió por las malas. Y el gobierno federal le dispensó el trato que se da a los capos mafiosos: persecución fiscal. El mismo camino por el que Moreno Valle agarró a Alfredo Arango y volvió prófugo a García Ramírez. Si en este país nadie resiste una investigación fiscal, mucho menos la resiste un político que incluso desde modestas posiciones puede amasar fortunas demenciales. Ya no se diga una dirigente sindical que dispone de las cuotas gremiales como su pecunio propio y se gasta más de 2 mil millones de pesos en joyas, cirugías, aviones, bolsas y vestuario. Elba creyó que no se iban a atrever, pero sí se atrevieron.

 

 

El quinazo a Elba Esther es, sin embargo, prueba palpable de que nadie puede resistir un choque directo con un presidente, algo que deberían tomar en cuenta en Casa Puebla. Pese a su cercanía, nadie debe esperar un suicidio de Moreno Valle para defenderla. A lo más, pedirá una investigación justa y seria. Pero hasta ahí llegó su deber de amigo.

 

 

La detención de Elba Esther Gordillo es un terremoto político que afectará el escenario de los comicios locales. Un tsunami político que si no tiene un manejo adecuado podría asemejarse a los efectos del escándalo Cacho. Mañana abundaremos en esos escenarios.

 

 

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