La ortodoxia política del pasado, según recuerdo, indica que los casi 50 delegados federales con presencia en la entidad son sometidos a consideración del gobernador del estado previo a su nombramiento. Se trata de una cortesía política, ya que si bien no puede influir directamente en las designaciones, sí puede ejercer una especie de derecho de veto para impedir que personajes indeseables para el régimen hagan política sin el beneplácito del mandatario estatal. ¿El nuevo gobierno federal le dará esa cortesía a Moreno Valle? ¿Le adelantarán la lista de delegados federales para hipotéticamente ejercer su derecho de veto o se enterará de los nombramientos por la prensa? Fuera de los simbolismos, en la designación de los delegados se verá el verdadero termómetro entre el gobierno morenovallista y el peñanietismo.

Las fuentes consultadas del tricolor señalan un no rotundo: Rafael Moreno Valle carecerá de oportunidad de vetar los nombramientos que se hagan en las casi 50 delegaciones federales. El momento de las designaciones no encuentra coincidencias en las fuentes: unos afirman que será el jueves y otros que a más tardar el próximo lunes. Pero todos lo creen inminente, por lo que los actuales delegados, panistas y morenovallistas, ya tienen preparadas sus cajas con enseres personales, así como las actas de entrega-recepción.

Personalmente me niego a creer la versión de que Moreno Valle no recibirá la cortesía de la consulta previa al nombramiento de los delegados federales. Sería, en los hechos, la ruptura total de las relaciones con la administración de Peña Nieto. Porque, ¿cómo va a trabajar y coordinar esfuerzos con personajes que le pueden ser incómodos o políticamente indeseables?

Pero desde el gobierno federal quieren que sus delegados obedezcan ciegamente las líneas de Gobernación y del CEN tricolor para impedir cualquier tipo de colaboracionismo con el gobierno estatal. Para evitarles la tentación, buscan eliminar cualquier signo de que Moreno Valle les dio el beneplácito o visto bueno. Y existe otra muy buena razón por la que no deben deberle nada al gobernador: fungirán como operadores electorales en los siguientes cuatro años.

A Vicente Fox y Felipe Calderón les tocó coexistir con Melquiades Morales y Mario Marín, y respetaron el protocolo. Moreno Valle fue más allá, ya que su poder de veto se extendió a nombramientos negociados directamente con los titulares del gabinete calderonista. Fueron los privilegios de un gobierno emanado del PAN con la bendición de Calderón y de Elba Esther. Pero se terminaron los días de vino y rosas.

No sabemos cuántos proyectos tenga Peña Nieto para Puebla. Lo que es cierto es que dada la proclividad del mandatario estatal para apropiarse de los logros conjuntos con el gobierno federal o los municipios, tal como lo evidenció en su segundo informe, el presidente no querrá que Moreno Valle se agandalle lo que haga la Federación. A lo más, firmarán convenios de trabajo como plantea Juan Carlos Lastiri en el caso de la lucha contra la pobreza alimentaria. Se ve difícil que la soberanía federal abdique ante la local.

Por todas estas razones, en la designación de delegados federales, en primera instancia, se planteó que no fueran nativos de la entidad. Pero con el trascurso de las semanas esa idea se modificó: si los representantes de las dependencias cerrarán la pinza del PRI-gobierno en los comicios del 2013, no pueden ser personajes foráneos porque la curva de aprendizaje los devoraría. Así que pese al golpeteo de grupos poblanos para hacerse de las mejores delegaciones, con muy raras excepciones todos serán originarios de Puebla.

Desde Gobernación se pidió a los principales cuadros del PRI que sometieran sus propuestas. Tuvieron derecho Blanca Alcalá, Jorge Estefan Chidiac, Enrique Doger Guerrero, Pepe Chedraui, Javier López Zavala, Juan Carlos Lastiri y Alejandro Armenta. Pero detrás de todos ellos se mueve la mano de Mario Marín, redivivo, en plena actividad política, quien luce como embajador de los intereses de Peña Nieto.

Al final, si hay nombramientos disparatados de personajes vinculados directamente con el marinismo, nadie debe sorprenderse. Es el estilo de las designaciones de Peña Nieto: las críticas mediáticas le hacen lo que el viento a Juárez. Y según las fuentes consultadas, Moreno Valle no tendrá poder de veto en las delegaciones.

*** Guillermo Deloya, presidente del Icadep nacional. Su cercanía con César Camacho Quiroz ya le rindió frutos al talentoso Guillermo Deloya Cobián, quien hoy tomará protesta como nuevo responsable del Icadep del PRI, conocido antes como el IEPES y las escuela de cuadros.