Thursday, 28 de March de 2024


PRI: la mayor crisis en 85 años de historia.




Escrito por  Javier Arellano Ramírez
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Pese a lo que afirma la senadora Blanca Alcalá Ruíz (BAR) en torno a que los hechos de Tlatlaya y Ayotzinapa no afectarán al PRI en el próximo proceso electoral, lo cierto es que será la mayor carga que haya impactado al tricolor en sus 85 años de historia.

Tlatelolco tuvo un reducido impacto electoral en el régimen de Díaz Ordaz y Echeverría Álvarez, esencialmente porque en ese México no existía una verdadera oposición partidista.

 

 

La Guerra Sucia de los años setenta tuvo efecto principalmente en el estado de Guerrero, pero tampoco había un frente opositor y los medios tenían la capacidad para opacar y minimizar los hechos que ocurrieron en la Tierra Caliente de Lucio Cabañas.

 

 

El sismo del 19 de septiembre de 1985 fue el primer acontecimiento que desbordó la capacidad de control del priismo.

 

 

El régimen de Miguel de la Madrid Hurtado temeroso de sacar las tropas a las calles de la ciudad de México fue incapaz de dar respuesta al reclamo desesperado de una sociedad que tomó picos y palas para sacar de entre los escombros a sus familiares heridos o muertos.

 

 

Fue a partir de ese momento cuando en el Distrito Federal surgieron decenas de organizaciones civiles que catapultaron una feroz corriente anti-priista. Ese acontecimiento desembocó en el control de la izquierda en una de las urbes más grandes del orbe.

 

 

Nueve años más tarde otro acontecimiento puso en severa crisis al tricolor, pero se trató de una crisis de imagen nacional e internacional, aunque no tuvo efectos electorales contrarios.

 

 

El magnicidio de 1994 se transformó en la más grande crisis del PRI, empero en ese momento la sociedad mexicana sobresaltada por el levantamiento zapatista en Chiapas eligió el camino de las urnas a la opción de un estallido social. Ernesto Zedillo triunfó holgadamente en las elecciones. En ese momento era muy claro el mensaje social: la opción estaba en las casillas, no en las armas. Y aunque Marcos era un personaje tan enigmático como apasionante, el México de 1994 se horrorizó con el cuerpo de Luis Donaldo Colosio tendido sobre el piso de Lomas Taurinas.

 

 

Luego del régimen de Zedillo vendrían los seis años de Fox que pasarán a la historia como un episodio humorístico, propio de la más hilarante picaresca. Empero la risa fue cortada de tajo por el dolor y el sufrimiento de un pueblo que sin aviso de por medio fue metido a una guerra intestina. Un debilitado Estado mexicano enfrentado a un imponente y desmedido crimen organizado.

 

 

Un sexenio de muerte colocó al país en la dramática encrucijada de continuar por la misma ruta o volver a aquel priismo autoritario pero con mayor estabilidad.

 

 

Sin embargo todas las expectativas en poco tiempo se derrumbaron. Las llamadas reformas estructurales en nada apuntalaron la economía nacional, al contrario la sumergieron en una crisis mayor y más profunda. En particular la llamada reforma fiscal.

 

 

Y el clima de derramamiento de sangre tampoco se contuvo. Las balaceras, las masacres, las ejecuciones, las desapariciones siguen siendo una constante en el México de Peña Nieto.

 

 

Esto ha llevado al PRI a una crisis inédita. Tlatlaya y Ayotzinapa sólo representan la punta de un iceberg de sangre, dolor e impunidad.

 

 

Este 20 de noviembre cientos de miles de mexicanos saldrán a las calles de las principales ciudades. El clamor es imponente, el PRI de Peña está acabado, liquidado; sus candidatos no tendrán cara para salir a pedir el voto en 2015.

 

 

Esta es sin duda la mayor crisis en los 85 años de historia del revolucionario. Aunque haya priistas, como Blanca que pretendan negarlo.

     

 

 

 

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