Friday, 29 de March de 2024


Joe Hernández Corona: el gurú del caos




Escrito por  Javier Arellano Ramírez
foto autor
Las semanas correrán velozmente.

El arranque de las campañas está a la vuelta de la esquina.

 

Los llamados, los escogidos ya deben tener toda la estructura armada y lista para la batalla.

 

A unos meses de la unción de los formales candidatos a diputados federales está claro que los candidatos del PAN son evaluados con rigurosa métrica. Una tras otra, las encuestas se realizan en los principales distritos del estado para vigilar su crecimiento, su evolución o en su defecto, involución.

 

El dedo elector de Casa Puebla sigue diariamente la ruta de los aspirantes. La lista final está al 99 por ciento, salvo algún cambio de último minuto los abanderados albiazules ya están definidos.

 

Empero en el PRI el escenario es radicalmente distinto.

 

No hay encuestas, no hay evaluaciones, ni mediciones demoscópicas y quien diga que las tiene, esta mintiendo. Vaya, ni siquiera hay sondeos.

 

Y es la que dirigencia que encabeza Ana Isabel Allende Cano está llevando una operatividad virtual, a distancia, a control remoto, vía Whats App.

 

A estas alturas del partido la presidenta del Comité Directivo Estatal aún no recorre todas las cabeceras distritales, donde las huestes tricolores ni siquiera la conocen.

 

En algunos casos Allende está recibiendo a las fuerzas regionales, distritales en sus oficinas. Escucha con atención, toma nota, asiente con semblante inmutable mientras sigue escuchando. Luego de una hora de reunión hace un ademán e interrumpe: “Me disculpan un momento”. Sale de la plática y entra a una oficina adjunta. Y ahí pregunta “Joe ¿qué hacemos?”.

 

Las evaluaciones, los sondeos, los diagnósticos y las decisiones corren a cargo de la peculiar apreciación de Hernández Corona, quien solo conoce la dinámica priísta por las referencias, tarjetas y rumores que llegaban hasta su oficina en la Secretaría de Gobernación.

 

Siempre lo hemos sostenido, Hernández Corona no es un político, tampoco es un operador político. Fue un burócrata que sirvió a diferentes gobernadores priístas por su capacidad inapelable para decir: “Si señor… claro que si señor… como usted indique señor”.

 

Algunos pueden llamarle “institucionalidad”, lo cierto es que hizo de los rumores y trascendidos una forma de “información política” con la que se cotizó en el ánimo de los gobernadores.

 

Cosas del destino hoy ejerce una indiscutible rectoría en las decisiones que toma el PRI estatal. Ante Ana Isabel la palabra de Joe es como la de un padrino, un maestro, un gurú.

 

Frente a esto es de esperarse que las fracturas internas que ocurran en los distritos del interior del estado sean el pan de cada día. Habrá incontable, innumerable cantidad de inconformidades, protestas y rebeliones en el priismo poblano.

 

El gran artífice, el gurú del caos no da la cara. Cual pequeño intrigante urde sus estrategias en la oscuridad y desde ahí lanza sus dardos.

 

El resultado en absoluto será positivo. El PRI poblano va rumbo a otra catástrofe. No pudieron poner en orden la casa, al contrario, jugaron al operador “ensarapado” y la indignación ya comienza a levantarse.

 

La perspectiva muestra que Ana Isabel no podrá entregar buenos resultados a su protector el diputado Manlio Fabio Beltrones.

 

 

 

 

 

 

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