Friday, 26 de April de 2024


Rincón o Armenta: la apuesta con Enrique Aquino




Escrito por  Javier Arellano Ramírez
foto autor
Enrique Aquino Patricio es sin duda una figura emblemática, representativa de esta época.

En una era marcada por el uso (y el abuso) de las redes sociales, espacios que permiten la interacción del académico con el analfabeta funcional, de la mujer septuagenaria con el adolescente rebelde, del campesino de Mérida con el ganadero de Sonora, la polémica es obligada e incluso necesaria.

 

Es en este nuevo coliseo romano, donde los nobles conviven con la plebe en expresiones hondamente emocionales. Es en esta arena donde destaca @Enrique_Aquino, consumado y controvertido tuitero; figura polémica, ave de tempestades, consumado maestro de la diatriba

 

Para el momento de escribir esta columna Aquino tiene 250 mil seguidores en su cuenta de twitter. Unos le aplauden otros lo increpan.

 

En este ánimo Enrique se ha confrontado lo mismo con las tropas de Anonymus que con el periodista @alvaro_delgado, pasando por un acre roce con nuestro director @Nigromanterueda.

 

Al margen de todos esos desencuentros tuiteros debo decir que Enrique Aquino es mi amigo y que me siento honrado de su aprecio, que es recíproco. De manera personal y directa he conversado con él durante muchas, e inevitablemente los disentimientos, las divergencias son constantes, incluso permanentes.

 

Hace unos días conversamos sobre los candidatos a diputados federales que ha presentado el PRI. Y se tocó el punto de la candidatura de Alejandro Armenta Mier.

 

Externé que a mi opinión personal y periodística el hombre de Acatzingo es uno de los grandes responsables de la derrota de Javier López Zavala.

 

Armenta como presidente del Comité Directivo Estatal del PRI en la elección de 2010 no supo ver, ni leer las circunstancias que se estaban dando: la operatividad que desde el bunker de Elba Esther Gordillo se orquestaba, el descomunal apoyo que Felipe Calderón volcó sobre Puebla, la selección de candidatos de “Compromiso por Puebla” y los amarres que por debajo de la mesa se hacían con los propios ejércitos priístas.

 

Alejandro Armenta cometió el mayor de los pecados en que puede incurrir un político: subestimó a su adversario y le dio una frívola lectura a las circunstancias.

 

Todos aquellos que veían los focos rojos hablaban con el entonces gobernador Mario Marín: “señor, la situación en los municipios de la sierra nororiental… de la mixteca… de la cañada… es complicada, mucha gente se esta yendo con Moreno Valle… los mismos priístas nos están traicionando…”

 

Y en todos los casos la respuesta era: “Habla con Armenta, infórmale”.

 

Pero Alejandro nunca escuchó esas cientos y cientos de voces priístas leales que advertían, que anticipaban una debacle, una catástrofe electoral.

 

En contrario sensu se eligieron a candidatos débiles, desprestigiados, mal vistos. Como fue el caso del mismo Mario Montero Serrano en Puebla capital o un Félix Alejo Domínguez como abanderado a diputado por Tehuacán.

 

Ese es el retrato del capitán del barco tricolor que naufragó en 2010.

 

Empero mi amigo Enrique Aquino tiene una opinión diferente de Alejandro Armenta.

 

En el mejor y más amistoso de los términos le propuse un juego y le dije: “Te apuesto que Mario Rincón González le va a ganar a Alejandro Armenta, te lo apuesto”.

 

Y agregué: “Mario Rincón es el arma electoral de Moreno Valle, al distrito que lo envíen obtiene la más alta votación, fue operador electoral de Gustavo Madero en Veracruz y le ganó a Javier Duarte que, en lo oscurito, apoyaba a Ernesto Cordero. En este momento Rincón es el principal operador electoral que tiene el gobernador.”

 

Hasta el cierre de esta columna el apreciado tuitero aún no aceptaba la amistosa propuesta.

 

Quiero aclarar que no aceptaré ningún otro tipo de apuestas en que priven el encono, el resentimiento y el veneno.

 

Porque esta es una apuesta entre amigos que se permiten el gusto de festejar sus diferencias.

 

Aquí hay amistad, no dolo.

 

 

 

 

 

 

 

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