Thursday, 28 de March de 2024


¿Cuál es el futuro de Lalo Rivera?




Escrito por  Javier Arellano Ramírez
foto autor
Han empezado los rituales del adiós.

Las empalagosas ceremonias sentimentales.

 

Los ritos color de rosa, al son de las golondrinas.

 

A unos días de que Eduardo Rivera Pérez deje el histórico Charlie Hall conviene preguntarnos ¿cuál es su futuro político?

 

Sin duda la mejor evaluación sobre su papel como presidente municipal sólo la pueden los mismos poblanos.

 

Los poblanos que tuvieron que soportar el tráfico desquiciado por la frívola obra pública que se realizó (y que nadie pidió), las cientos y cientos de víctimas de una Puebla insegura y violenta que durante innumerables ocasiones llamaron con angustia al 066, para jamás recibir respuesta.

 

Esos poblanos son los que pueden hablar del trienio de Eduardo Rivera Pérez.

 

Ni el mayor aparato de mercadotecnia puede ocultar la catástrofe municipal que se padeció. Ni siquiera el gobierno de Blanca Alcalá fue tan frívolo, ni el de Luis Paredes Moctezuma fue tan irresponsable.

 

Pero la realidad poblana trata de ser cubierta con las plastas del maquillaje que proporciona la publicidad política.

 

Si, Lalo Rivera gobernó dentro de un nido, alojado en el nicho político del morenovallismo, pero completamente alejado de la realidad de los ciudadanos.

 

La pregunta es ¿cuál es la verdadera y real relación con el gobernador Moreno Valle?

 

 

La respuesta es por todos conocida: es una relación inexistente. Durante tres años en Casa Puebla tuvieron que soportar a Rivera, pero nunca fue remotamente aceptado, ni tolerado, mucho menos digerido.

 

Las declaraciones surrealistas del munícipe en el sentido de que buscará la gubernatura, en unas semanas se toparán con la severa respuesta del aparato oficial.

 

Rivera no será perseguido, ni destruido. Solo será inmisericordemente vetado.

 

El jefe político del estado utilizará sus relaciones en la cúpula del panismo nacional para vigilar que a Rivera se le cierren todas las puertas.

 

Frente a este escenario ¿con qué canicas jugará el hijo preclaro del Yunque poblano?

 

¿Cuál es el capital político que tiene al interior del estado?

 

¿Cuál es la presencia que tiene la organización nacional Yunque en el corredor Huauchinango -Xicotepec? ¿Cuál es su presencia en la mixteca? ¿con cuántos operadores cuenta en la Sierra Nororiental?

 

La respuesta a estas preguntas es: cero.

 

Ni el yunquismo como organización, ni Lalo Rivera como figura tienen presencia política en el interior del estado. Su influencia o ascendencia son simplemente inexistentes.

 

Y si a esto se le suma que desde el aparato estatal se le pondrán todos los obstáculos, está claro que el futuro de Rivera es ni más, ni menos que abrumadoramente gris.

 

La perspectiva de Lalo Rivera Pérez es un futuro, sin futuro.

 

No cabe en los planes de Moreno Valle.

 

Ni el gobernador permitirá que le hagan sombra a su juego sucesorio. Es algo que simplemente no va a tolerar.

 

Por eso desde este momento se puede adelantar que Rivera no será un finalista formal y serio en la puja por la próxima gran gubernatura. Puede ser que este ahí, pero será como si no estuviera.

 

El futuro de Eduardo Rivera Pérez es simple y llanamente gris.

 

Al tiempo.

 

Como siempre estamos en sus órdenes en cupula99@yahoo.com, sin mx.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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