Son verdaderos remolinos que inician campaña a las seis de la mañana y terminan a las doce de la noche.

 

 

Basta observar la efervescencia que levantan en sus recorridos, caminatas, reuniones.

 

 

Son los poblanos y figuras locales que trabajan en favor de Ernesto Cordero Arroyo y Juan Manuel Oliva.

 

 

Los corderistas locales están encabezados por la siguiente terna: Ana Teresa Aranda, Francisco Fraile García y Fernando Manzanilla Prieto.

 

 

Desde Huauchinango hasta Ajalpan convocan a tropas propias y ajenas, ofrecen negociaciones, tienden puentes, abrazan a los viejos y a los jóvenes militantes y aseguran que están dispuestos a reivindicar los valores del verdadero panismo.

 

 

Si, subrayan una y otra vez el término “verdadero panismo”, en contraste con un panismo prefabricado.

 

 

Una consumada panista comentó a Cúpula: “Si Ana Tere hubiera trabajado así los últimos años ya fuera  gobernadora”.

 

 

No hay que ir muy lejos para conocer las verdaderas motivaciones que Cordero y Oliva supieron encender para activar el apasionado fervor  de Ana Tere Aranda, Paco Fraile y Fernando Manzanilla. En el fondo lo que une a estos personajes es (en mayor o menor grado) un claro anti morenovallismo.

 

 

Cordero está impulsando fuerzas locales que desafíen la preponderancia y jefatura del gobernador. De manera visible, pero también con estrategias subterráneas Ernesto apela a los grupos panistas a levantarse en contra del ejecutivo.

 

 

El sueño del ex Secretario de Hacienda y Senador con licencia es  derrotar a Rafael Moreno Valle en su propio estado.

 

 

Si, tarea extremadamente ambiciosa, pero que están realizando a tambor batiente.

 

 

Los poblanos y figuras locales que trabajan a favor de Cordero, en realidad están uniendo esfuerzos en contra de Moreno Valle.

 

 

Y así como en una película infantil aparecen las figuras conocidas como “minions”, así de la misma manera por diferentes partes del estado aparecen las “mini-Ana Teres” figuras del panismo que nunca aceptaron a Moreno Valle, los “mini Pacos” aquellos que fueron aliados de Rafael pero dejaron de serlo e incluso “mini Fernandos” los que fueron de su completa cercanía y confianza, pero la relación se rompió.

 

 

En realidad Cordero está creando un referéndum panista sobre la gestión política del gobernador Moreno Valle.

 

 

Es poco, muy poco probable que derrote al ejecutivo en su feudo.

 

 

Pero lo están intentando con furor sin igual. Están desbordados, como nunca antes se había visto.

 

 

Faltan ocho semanas para llegar al domingo 18 de mayo y esto ya presenta claras muestras de una batalla pírrica. El que gané obtendrá la presidencia de un partido que ya no existirá. La fractura será enorme, gigantesca.

 

 

Los corderitas de Baja California nunca perdonarán a los maderistas y lo mismo pasará en Guanajuato, Morelos, Aguascalientes, Jalisco y por supuesto Puebla.

 

 

Lo mismo, exactamente lo mismo pasó en el PRI cuando se crearon las “consultas a la base”, solo llevaron a fracturas irremediables e irreconciliables.

 

 

El panismo nacional tardará una década en recuperarse de este colapso.

 

 

Mientras tanto en Puebla habrá una purga descomunal, no solo para aquellos que desafíen el proyecto del gobernador Moreno Valle, sino también para quienes no demuestren la capacidad operativa que su jefe exige.

 

 

Indiscutiblemente el aparato de Moreno Valle es formidable. Pero es muy diferente activar el voto ciudadano, el voto “switcher” que el voto interno de los verdaderos y auténticos panistas.

 

 

Eso sin duda es otro juego, en otro nivel muy distinto.

 

 

Y aquí es donde muchos operadores del morenovallismo están sudando la gota gorda.

 

 

Pobres de los que no lo logren, porque serán bajados del paraíso.

 

 

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