Tuesday, 23 de April de 2024


Cordero: el discurso de la rabia y la cicatriz imposible




Escrito por  Javier Arellano Ramírez
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En el pasado sufrió otros tropiezos, otras derrotas.

Padeció la victoria de Josefina Vázquez Mota en la contienda interna por la presidencia de la República. Tiempo después fue vergonzosamente destituido (por el mismo Madero) del cargo de coordinador de los senadores panistas.

 

 

Pero la derrota del domingo 18 de mayo lo trastocó profunda, hondamente. Como nunca antes.

 

 

La noche del domingo Ernesto Cordero Arroyo salió de su “cuarto de guerra” y tomó el micrófono para reconocer que las cifras no le favorecían. Con el rostro descompuesto, el fallido aspirante pronunció un discurso con una mueca permanente, un tono inocultablemente lastimoso, un dolor que se reflejaba en una mirada de odio.

 

 

En un renglón de su breve discurso apuntó que no iría a las instancias legales para no lesionar aún más a su partido. Cordero textualmente señaló que “no iniciaría una batalla legal porque lo que requiere el partido es una batalla por la ética”, con lo que dejó entrever que siempre estuvo presente la sombra de la judicialización.

 

 

Cordero está herido, como en ninguna otra de sus derrotas anteriores. Conoció el sabor de la traición de muchos que le prometieron su apoyo y que en horas cambiaron al bando de Madero.

 

 

Hoy que se sabe que en las horas previas a la catástrofe, Max Cortázar, Roberto Gil, entre otros tendieron puentes de comunicación con el maderismo – morenovallista. Las cifras de todas las encuestas anticipaban que nada se podía hacer, más que tender enlaces.

 

 

Los protagonistas, los jefes del panismo nacional no trabajaron en contra del ex Secretario de Hacienda, en realidad terminaron con la influencia que le quedaba al ex presidente Felipe Calderón y sus ansias de llevar a su esposa Margarita Zavala a una hipotética candidatura presidencial.

 

 

Como en la película “El Padrino” parte tres cuando Michael Corleone regaña a su sobrino Vincent y le dice: “Joey Zasa no es nadie, es un tonto, hay alguien detrás de él”, de la misma manera una parte importante del panismo le pasó la factura a Felipe Calderón, porque Cordero “es nadie”, solo fue un emisario.

 

 

En los días y horas previas Cordero se dio cuenta de que estaba solo, como nunca antes. Y que incluso el mismo Calderón lo abandonó a su suerte. Quisieron aparentar que con un videíto de Margarita grabado Harvard iban a cambiar el rumbo de la contienda panista.

 

 

Pero así como Cordero, en todos los puntos del país pequeños “Ernestos” quedaron lastimados, agraviados por la maquinaria que se desató en su contra. Y que fue operada directamente desde Los Pinos. La tarde de ayer lunes, Enrique Peña Nieto “felicitó” a Madero por su triunfo. Por supuesto el presidente de la República es uno de los grandes beneficiados.

 

 

Y hoy aunque el discurso habla de una “operación cicatriz”, lo cierto es que se está practicando una sutura selectiva. Solo algunos serán convidados a la mesa de Madero. El resto sabe que será excluido, desterrado de las mieles del edén albiazul.

 

 

Cordero el gran perdedor y los pequeños “Ernestos” que hay desde Tijuana hasta Mérida nunca serán parte del nuevo panismo. Y la fractura quedará ahí, de manera permanente.

 

 

Por supuesto que la victoria es un triunfo más en el marcador del invicto Rafael Moreno Valle, quien hoy se revela como el indiscutible, inapelable gran operador del panismo. Pasó de ser un agente estatal a uno de los grandes alfiles nacionales.

 

 

Moreno Valle y no otro fue el artífice de la estrategia, de los amarres, de la contratación de operadores que no eran afines a Madero, pero que aceptaron trabajar a su favor, como fue el caso de Jorge Arturo Manzanera.

 

 

En Puebla al final se ratificó lo que apuntamos en esta Cúpula la “Rafafobia” de Ana Teresa Aranda nada le aportó a Cordero, al contrario, fue mucho lo que le restó. La idiosincrasia del panismo poblano nunca aceptó la extrema agresividad, la virulencia de “la doña”. Los insultos, los denuestos y el encono no votan. E indiscutiblemente si restaron votos.

 

 

Hoy presenciamos el espectáculo del triunfo maderista quien en una actitud selectiva invitará a unos cuantos a su mesa. En el otro extremo Cordero y sus huestes no pueden digerir la más amarga de sus derrotas.

 

 

Si hay alguien que piense que el panismo ganó, esta terriblemente equivocado.

 

 

Como siempre estamos a sus órdenes en cupula99@yahoo.com, sin mx.

 

 

 

 

 

 

 

 

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