Thursday, 28 de March de 2024


Chalchihuapan: Gamboa Patrón busca menoscabar a RMV




Escrito por  Javier Arellano Ramírez
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La intención es repetir el mismo modelo, el mismo esquema.

Luego de la crisis del 14 de febrero de 2006, cuando el diario La Jornada y el noticiero de Carmen Aristegui dieron a conocer las grabaciones entre el entonces gobernador Mario Marín Torres y el empresario Kamel Nacif se desató la mayor tormenta mediática que haya visto Puebla.

 

 

Marín fue inmolado en los medios nacionales.

 

 

Hoy a la distancia que dan estos años podemos reafirmar que en política ninguna circunstancia queda al azar y nada es casualidad.

 

 

El gobierno de Marín y todo su equipo priista fueron menguados bajo un persistente aparato mediático. Como una enfermedad que avanza lenta y pausadamente el tricolor en la entidad fue reducido en un proceso que inexorablemente lo fue debilitando.

 

 

Hoy podemos percatarnos que la derrota de Javier López Zavala comenzó a gestarse esa mañana del 14 de febrero de 2006.

 

 

Pero en ese momento nadie lo vio.

 

 

Hoy el astuto y oscuro Emilio Gamboa Patrón ha comenzado una campaña para aplicar el mismo modelo, el mismo esquema de debilitamiento del gobierno poblano; la misma receta, pero en contrario sensu.

 

 

Con el tema de Chalchihuapan, desde el Senado de la República Emilio Gamboa Patrón orquesta una campaña con el único fin de posicionar a Blanca Alcalá Ruíz como la próxima candidata a gobernadora en el 2018.

 

 

Lo que era una batalla mediática, sin operadores políticos visibles, ahora queda bajo la atmósfera de una puja de partidos.La polémica ahora tiene etiquetas, el PRI de Gamboa contra el PAN de Moreno Valle.

 

 

Emilio quiere tener a Puebla en el bolsillo y la quiere para su incondicional, su amiga senadora.

 

 

Sobra decir que Blanca Alcalá Ruíz en Casa Puebla sería un desastre mayúsculo, una corrupción superior a los doce años de los gobiernos marinista y morenovallista juntos.

 

 

Chalchihuapan y la notoria ausencia de Manzanilla

 

 

Analistas, columnistas nacionales coinciden en el punto.

 

 

En distintos medios, en diferentes espacios el señalamiento ha sido el mismo.

 

 

El gobierno de Puebla respondió de manera tardía, equivocada a la mayor crisis que ha enfrentado. Ciro Gómez Leyva calificó de “torpe” la respuesta oficial.

 

 

Lo cierto es que la crisis que ya se conoce en todo el país, solo es el reflejo de los conflictos que se viven al interior del gabinete morenovallista.

 

 

Rafael Moreno Valle es un hombre orquesta, pero sus mandos medios de ninguna manera tienen la misma habilidad. Un Secretario General de Gobierno incapaz de prever, de anticipar una crisis como la de Chalchihuapan y un Secretario de Seguridad Pública que está acostumbrado a esas y otras acusaciones, aun peores. Por lo que ni se preocupa.

 

 

Esta crisis se debe a que el gobernador ya no tiene quien le aconseje con un sentido, con una perspectiva de mesura y equilibrio.

 

 

Aquel que le hablaba como amigo y no como empleado, ya no se encuentra en el gabinete.Hace meses que salió de su gobierno luego de una batalla de mezquindades.

 

 

Y hoy, en la soledad de Casa Puebla, sólo Rafael Moreno Valle sabe cuánta falta le hace el consejo sosegado de su compañero de mil batallas Fernando Manzanilla Prieto.

 

 

Se ha insistido en que los habitantes de Chalchihuapan buscaron en decenas de ocasiones una entrevista con el Secretario General de Gobierno Luis Maldonado Venegas, sin obtener respuesta alguna, más que una total cerrazón.

 

 

En una postura frívola Maldonado y Rosas pensaron que Chalchihuapan sería como Tehuacán, una operación de quince minutos, tres descalabrados y vámonos de regreso a casa.

 

 

Esa ligereza política llevó a su gobernador a una crisis que para estas alturas ya es una pesadilla.

 

 

Si el día de mañana se prepara, se orquesta una movilización de cinco mil manifestantes para tomar Casa Aguayo o el Congreso del estado ¿van a responder con gases, escudos y toletes? ¿Van a desatar la violencia en el centro de la Angelópolis?

 

 

De ninguna manera.

 

 

Luego de Chalchihuapan el aparato policiaco quedó en calidad de pieza ornamental; un cuerpo de granaderos que solo servirá de decoración, porque la próxima vez que haya un lesionado las repercusiones serán implacables.

 

 

Esta crisis sienta un precedente altamente delicado.

 

 

Los secretarios Maldonado y Rosas no supieron ver la crisis en la que estaban metiendo a su jefe.

 

 

La pregunta se hace inevitable ¿si Manzanilla aún ocupara la oficina responsable de la gobernanza se habría dado esta situación?

 

 

Fernando por supuesto que habría anticipado una rebelión, una sublevación en las juntas auxiliares y habría tenido el tacto para evitar un episodio de esta naturaleza.

 

 

En un gabinete que no se caracteriza por la sensibilidad social Manzanilla pudo haber previsto lo que otros no vieron. Y todavía no ven.

 

 

Es la diferencia entre trabajar con amigos y rodearse de empleados.

 

 

Como siempre estamos a sus órdenes en cupula99@yahoo.com, sin mx.

 

 

 

 

 

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