Friday, 26 de April de 2024


Se acabaron las caricias, llegaron los chingadazos




Escrito por  Jesús Ramos
foto autor
El guante de terciopelo con que la prensa local acariciaba la mejilla sonrosada del gobernador Rafael Moreno Valle se volvió áspero, abrasivo, hiriente en pleno salto del 2013 al 2014, ¿por qué?, ¿qué falló?, ¿quién está fallando?, ¿o quién dio la orden para que la suavidad del dorso de la mano fuera cambiado por puñetazos y patadas arteras?

Podríamos darle vueltas al asunto y ponerle suficiente crema a los tacos, incluso darle rienda suelta a dos o tres rumores, sin embargo es notable que canales de televisión local, prensa escrita y medios electrónicos que antes eran aliados suyos dejaron de serlo por razones que sólo ellos saben y que uno se imagina metiendo la mano al bolsillo, pero esa, esa es otra historia.

 

 

Pensar que al gobernador dejaron de interesarle los atractivos curvilíneos de los medios de comunicación poblanos puede resultar atinado si consideramos la visión nacional con que ve las cosas, y es que su visión no es la nuestra ni tenemos por qué compartirla, pero tal vez pueda ser más redituable para él inyectarle dinero a la prensa nacional que a la local.

 

 

Y la idea no es mala, ¡es malísima si fuese correcta!, ¿por qué? Porque con las nuevas tecnologías desaparecieron, además de las fronteras geográficas, el estatus nacional y local de los medios de comunicación, y si la prensa poblana que es quien mejor conoce a nuestro gobernador repite y divulga su personalidad déspota, fascista, autoritaria y tirana con frecuencia incesante, los electores de éste país y del extranjero pondrán en duda lo que bien se pregone de su persona en los canales televisivos y en las vitrinas nacionales.

 

 

Pongamos de ejemplo a Lucero, una fotografía suya de cacería en el Facebook, le propició problemas insospechados que le costaron contratos, dinero, presentaciones y reputación. ¿Fue la tele? No. Incluso ni la televisión pudo defenderla. En lo personal nunca he coincidido con la política de medios de Moreno Valle (ni en otras cosas) pero si la idea de enemistarse con la prensa poblana va por el rumbo de la inversión y la proyección nacional me parece que no ha medido correctamente las consecuencias futuras.

 

 

Eso sí, en mucho abonará para que en Puebla despierte la conciencia crítica y valiente de una prensa que ha permanecido dormida, sumisa y doblegada por tres largos años gracias a su totalitarista estilo de gobierno. Es mezquino desear mal a alguien, pero una política mediática de esta naturaleza no puede acarrear nada bueno ni a su gobierno ni a sus pretensiones políticas.

 

 

Ya se verá en qué plan sigue el asunto, sin don Rafael Moreno Valle aguanta vara en su relación tirante con los medios locales o vuelve a ofrecerle sus caricias y noches de pasión desenfrenadas, nosotros como lo hemos sido desde su primer año de mandato, seguiremos siendo simples y llanos espectadores sentados en gayola.

 

 

 

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