Thursday, 18 de April de 2024


2016, el año del sacrificio




Escrito por  Jesús Ramos
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Cuenta La biblia que Abraham tomó a su hijo Isaac y se fue al monte Moria a sacrificarlo para el Señor su Dios. ¿A quién sacrificará el CEN del PRI en 2016 y a quién de los suyos realmente sacrificará Rafael Moreno Valle? Para un periodo gubernamental tan corto como el de un año ocho meses no se puede entender de otra manera la designación de candidatos. ¿O usted le pondría otro adjetivo que no fuera sacrificio?

A simple vista resulta entendible que nadie de los grandes prospectos priistas y panistas quiera ir a esa batalla. Todos quisieran pero la de 2018. Tontos no son. La carta de Cabalán Macari para ese año aparentemente ya fue descubierta por el gobernador, pero ¿a quién descubrirá el PRI para ese entonces? ¿A quién de los tantos que tiene? Y no debe tardarse.

 

 

Si analizamos el mazo de cartas de Moreno Valle descubriremos que su circunstancia no es la misma que la de los priistas; descubriremos que si sacrifica a Antonio Gali corre el riesgo de quedarse sin cuadros importantes para la elección concurrente de 2018; descubriremos también que el PRI tiene más de dónde agarrar; descubriremos pues, que su caballada está más gorda que la del gobernador.

 

 

Supongamos que Moreno Valle se decide por Cabalán, Mario Rincón, Luis Maldonado, Pablo Rodríguez, Luis Banck, Eukid Castañón o Patricia Leal, por la sencilla razón de que cualesquiera de esos son sus sacrificables. ¿A quién sacrificará el PRI? ¿A Blanca Alcalá, Enrique Doger, Javier López Zavala, Juan Carlos Lastiri, Alberto Jiménez Merino o a quién? O mejor aún, ¿quién de ellos levantará la mano para decir: “yo me sacrifico”?

 

 

Quienes anexen en la lista de nombres del gobernador a Javier Lozano y a Miguel Barbosa hacen bien, incluso a Eduardo Rivera, sin embargo habrá que recordar que los dos primeros juegan su propio juego y el segundo juega con el desinflado Yunque.Sea como sea no habrá problema alguno para que el morenovallismo elija a su sacrificable, el problema será del PRI.

 

 

Los críticos poblanos y los analistas del futuro proyectan el año del sacrificio como la continuidad o el trámite burocrático de Rafael Moreno Valle para continuar en el poder cuando menos hasta 2018. Pero, ¿y si ocurre un punto de quiebre en 2016 que altere la historia política de Puebla? ¿Y si el sacrificable del PRI se convierte en héroe como ya ocurrió con Blanca Alcalá cuando la mandaron a perder en la segunda mitad del sexenio de Mario Marín?

 

 

Los priistas importantes, candidateables y fortachones que hoy no quieren sacrificarse por su partido, que le huyen al 2016, que le hacen fuchi al año ocho meses y que prefieren mantener la mano abajo que alzarla no han considerado que su futuro depende más de una orden presidencial que de una decisión propia. Y, a su vez, la carta de Tony Gali que quiere guardarse Moreno Vallepara 2018 es probable que ni tiempo le dé de sacarla. En fin.

 

 

Cuenta también La biblia que cuando Abraham estaba a punto de incrustarle el cuchillo a Isaac un ángel le detuvo el brazo y le dijo que no lo hiciera y que en lugar suyo tomara un cordero que estaba por ahí cerca. Supongamos que en el PRI ocurre lo mismo, ¿y si calan la lealtad al partido y terminan por elegir en 2016 al verdadero sacrificado de entre los que no alzaron la mano? Es un decir.

 

 

 

 

 

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