El periodista Raymundo Riva Palacio se lo documento de maravilla. El presidente de Oceanografía, Amado Yáñez Osuna, le puso dinero a la campaña del gobernador poblano e hizo negocios con él, con Cesar Nava y Gustavo Madero. Fernando Alberto Crisanto es un buen hombre, no se duda, un amigo, pero no con el tamaño suficiente para enfrentar una emergencia de semejante naturaleza que pone en riesgo una reputación y un proyecto presidencial.

Se dice que el gobierno y el político responden a las necesidades de apremio con cambios, despidos, capturas y enroques, y Moreno Valle vio en Héctor Antonio Alcudia al operador necesario, por recomendación o trayectoria, para relevar a Crisanto en lo que podría representar quizá el segundo peligro más importante en su carrera después de la detención de Elba Esther Gordillo.

La respuesta morenovallista es oportuna. Ningún operador de medios local tiene las tablas y relaciones para encarar un affaire nacional como el que tiene enfrente. Y los que a futuro podrían presentarse, claro. Por dónde se vea Oceanografía puede jalar de la pata en su caída a Moreno Valle y desbarrancar sus añoranzas y grandezas, y él está tomando las medidas de apremio para evitarlo.

Si el matiz noticioso que se le dio al rescate de la carretera Cuapiaxtla-Cuacnopalan de las garras de Oceanografía es del ingenio de Héctor Antonio Alcudia me parece que fue una extraordinaria carta de presentación; sin embargo de esta historia, de malos negocios, dudosas asignaciones de obra y asociaciones delictuosas, falta mucho por contar y habremos de certificar de lo que está hecho nuestro personaje de marras en materia de medios e imagen.

El planteamiento que hizo el periodista Riva Palacio es interesante. ¿Por qué Moreno Valle le asignó obra pública a Oceanografía si Standar & Poor´s la calificó como una empresa de alto grado de incumplimiento? ¿Por qué el gobierno poblano ignoró la sentencia de riesgo? Oceanografía es un escándalo nacional que involucra a varios políticos nacionales, sobre todo panistas, pero los demás no importan, el que importa para Héctor Antonio Alcudia es Rafael Moreno Valle. Nada más.

Sea analítico. Lo que ha ocurrido desde hace poco en torno a nuestro gobernador no es común ni casual. Le está lloviendo recio en su milpita. Hasta parece que le quieren iniciar su declive desde ahora. Primero las observaciones que le hizo la Auditoria Superior de la Federación (ASF) por varios miles de millones de pesos, incluyendo un presunto fraude con los mototractores, después la embestida priista en su contra desde el Congreso del Estado y la semana pasada le develan su sociedad con Amado Yáñez Osuna, presidente de Oceanografía, no, su caso es un caso de emergencia con luces amarillas parpadeando y la torreta a toda intensidad.