Friday, 26 de April de 2024


El Club retrató la mediocridad de los empresarios del CCE




Escrito por  Arturo Rueda
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El grandioso proyecto de la Torre del Club de Empresarios no cayó del cielo. Los afiliados al organismo que lidera Yitani Maccise tenían un terreno que les regaló Melquiades Morales, ubicado frente al Parque del Arte, junto al complejo Siglo XXI. Pero lo que empezó siendo un proyecto sencillo, cuando sumaron a José y David Serur del corporativo Ideurban, tuvieron un upgrade a megaproyecto que los hizo necesitar un predio con mejores avenidas de acceso.

El Club de Empresarios le dio ayer al Consejo Coordinador Empresarial un golpe seco, al anunciar que ellos sí podrán hacer realidad el sueño de darse a sí mismos una sede digna en un edificio propio, como fue la visión de la generación que lo creó. Más que una sede digna, se trata de un súper edificio diseñado por el arquitecto Enrique Norten, que tendrá hotel, departamentos, área comercial y hasta un museo, coronado en la parte más alta por la sede del Club fundado en los años 40 del siglo pasado. El proyecto de 80 mil metros cuadrados de construcción tendrá un costo aproximado de mil 250 millones de pesos y estará concluido entre 2016 y 2017. Los invitados al 46 aniversario del organismo, literalmente, salimos con el ojo cuadrado porque la comida del 50 aniversario se realizará en el megaedificio.

 

 

¿Por qué la consecución de ese sueño es un golpe para el CCE? Porque la cúpula formal patronal demostró su mediocridad hace dos años, cuando el gobierno morenovallista les quitó 70 por ciento del terreno que Melquiades Morales le había donado en 2004, luego de que en siete años no habían hecho nada, ni siquiera generado un proyecto para los 20 mil metros que recibieron como una concesión graciosa. Siendo magnánimos, el gobernador les dejó únicamente 6 mil metros de los 20 mil que originalmente tenían, y a nueve años de distancia, solamente hay una incubadora de empresas de la UPAEP, así como un Centro de Innovación Tecnológica.

 

 

 Peor aún, el proyecto de la Torre del Club de Empresarios dejó en evidencia a los empresarios del CCE, pues reveló su incapacidad para generar proyectos emprendedores. Aunque el organismo que presiden Antonio Yitani Maccise ha sido calificado como un “Club de Toby” sin verdadera representación, dedicado solamente a “actividades sociales”, simple y sencillamente les ganaron a los empresarios liderados por Fernando Treviño.

 

 

La representatividad de los últimos presidentes del CCE, así como su creatividad, ha sido prácticamente nula. Rogelio Sierra Michelena y Juan José Rodríguez Posada, en tiempos de Mario Marín, se dedicaron a saquear al erario a través del controvertido fideicomiso para manejar el ISN. Durante el periodo de Luis Rodríguez Fernández fue cuando el gobierno estatal les quitó 70 por ciento de su terreno sin que metieran las manos. El prometedor Franco Rodríguez terminó militando formalmente en el PAN y ahora es un diputado del montón que sirve a los intereses del régimen. Su suplente, Fernando Treviño, es de la línea dura, pero al final ha terminado aceptando todo lo que le ponen sobre la mesa.

 

 

¡Vaya papelazo el del Consejo Coordinador Empresarial! Siempre se han visto chiquitos, pero ahora serán los hermanos menores del Club de Empresarios.

 

 

Por supuesto, el grandioso proyecto de la Torre del Club de Empresarios no cayó del cielo. Los afiliados al organismo que lidera Yitani Maccise, al igual que sus primos del CCE, tenían un terreno que les regaló Melquiades Morales ubicado frente al Parque del Arte, junto al complejo Siglo XXI. Pero lo que empezó siendo un proyecto sencillo, cuando sumaron a José y David Serur del corporativo Ideurban, tuvieron un upgrade a megaproyecto que los hizo necesitar un predio con mejores avenidas de acceso.

 

 

Ideurban es responsable, entre varios proyectos, del Hotel St Regis de Punta Mita, del Centro Palmas, Lago Alberto, construyeron el segundo piso del periférico y el residencial Palmas Park. Para casi todos pasaron desapercibidos porque no los conocían, pero ayer en la comida del 46| aniversario estuvieron Enrique Norten y los empresarios José y David Serur. Puras grandes ligas.

 

 

Para amarrar esa inversión, el gobierno morenovallista aceptó una permuta de terrenos. Tomó el que originalmente tenía el Club frente al Parque del Arte, y le dio… el que le había quitado al Consejo Coordinador Empresarial en Cúmulo de Virgo, enfrente del Parque Metropolitano. Para que la cuña apriete, debe ser del mismo palo. Ayer mismo se firmó el acuerdo de permuta en la comida del 46 aniversario del Club.

 

 

Antonio Yitani Maccise, los socios del Club, y sobre todo sus fundadores, deben estar orgullosos. En el mejor sentido de la palabra, cumplieron su función de emprendedores visionarios. Mal por el Consejo Coordinador Empresarial, retratados en su mediocridad por los primos del Club de Toby.

 

 

 

 

 

 

 

 

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