Wednesday, 24 de April de 2024

Jueves, 12 Marzo 2015 02:17

Blanca y Lastiri: los grandes perdedores de 2015




Written by  Javier Arellano Ramírez

La derrota no solo será de Ana Isabel Allende Cano.


No, de ninguna manera.

 

La diputada federal por Ciudad Serdán solo tenía una oportunidad para saltar de la política regional a la esfera estatal. Pero el desaseo, la desorganización y la improvisación que imprimió en sus acciones canceló cualquier futuro político.

 

Ana Isabel tuvo un porvenir promisorio en sus manos y lo dejó ir. Quedó exactamente en el mismo lugar en que estaba: en Ciudad Serdán.

 

Quienes sí tenían mucho que ganar eran Blanca Alcalá Ruiz y Juan Carlos Lastiri Quiroz.

 

Ambos tomaron el proceso 2015 como un escalón para colocar a sus piezas rumbo al 2018. Sólo bastaba asomarse al interior de la entidad para ver que ahí estaban, distrito por distrito, tratando de colocar a sus alfiles, torres y peones.

 

En algunos puntos lograron influir más que en otros. En algunos distritos sus imposiciones fueron contundentes, en otros sus derrotas son inocultables. Pelearon por todo el estado, pero parecía más un espectáculo infantiloide que un ejercicio de políticos profesionales.

 

Hoy está claro que tanto los intentos de Blanca Alcalá Ruiz como los de Juan Carlos Lastiri Quiroz fueron infructuosos. Su presencia estatal es nimia, su liderazgo más que cuestionable, su influencia inexistente.

 

Blanca ya es señalada en el interior del estado como “esa señora que no respeta los acuerdos… no tiene palabra”.

 

Y sobre Juan Carlos Lastiri ahora es de sobra conocida la mezcolanza que hace entre la política y sus apetitos personales.

 

Ninguno de los dos supo aprovechar esta magnífica escena para evolucionar políticamente. En algunos casos pudieron colocar candidatos, pero desataron en su contra todas las fuerzas políticas regionales. Llevan abanderados cuestionados, repudiados, rechazados.

 

Frente a esto la pregunta es inevitable: ¿qué preponderancia obtienen Blanca o Juan Carlos?

 

Ninguna. Absolutamente ninguna.

 

Ana Isabel Allende hasta ahí llegó.

 

Alcalá y Lastiri pudieron haber crecido, evolucionado en este 2015 en su lucha por la gran gubernatura. Pero luego de la jornada electoral se verá que en realidad son los grandes perdedores del proceso.

 

Las pérdidas para Ana Isabel son mínimas en comparación del futuro que Alcalá y Lastiri se cerraron.

 

Quien aparece ausente en la escena política en este 2015 es Enrique Doger Guerrero. El ex presidente municipal y actual diputado federal debió tomar un papel preponderante en este proceso electoral, pero decidió sustraerse, retraerse de las pujas y los pleitos entre Blanca y Juan Carlos.

 

Y esto representa un error.

 

Doger tiene mucho que ganar y nada que perder. Aún cuando las circunstancias que construye Rafael Moreno Valle para colocar a Tony Gali como su sucesor parecen consumadas, lo cierto es que Doger por lo menos podría construir los cimientos para un futuro escaño en el Senado de la República. Eso en el menor de los casos.

 

Por un lado Doger gana algunos puntos cuando hace mutis de la rebatinga priista, pero su ausencia es (en estos momentos) un error de estrategia.

 

Desde Xicotepec de Juárez hasta Acatlán de Osorio hay un innumerable, incontable número de grupos priistas que buscan un apoyo, un liderazgo, una voz que los represente. Es un hueco tricolor que se percibe en toda la entidad.

 

Doger puede ocupar ese lugar, ese vacío que ni Alcalá ni Lastiri supieron cultivar.

 

Pero para esto necesita crear los lazos, los puentes y nexos con ese priismo abatido y olvidado.

 

El último de los líderes priistas aún tiene la oportunidad de hacerlo.

 

 

 

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