Lunes, 29 de Abril del 2024
Indicador Político

Bajo el criterio de que la seguridad es un asunto federal, el Instituto Nacional Electoral sigue deslindándose del clima de violencia en el área que le corresponde: agresiones y asesinatos de candidatos y lucha delictiva entre algunos aspirantes.

En julio de 1981, el ensayista Gabriel Zaid publicó en la revista Vuelta un recuento de la enemistad entre grupos salvadoreños de la izquierda y la derecha que en ese momento se presentaban aliados. El título de “colegas enemigos” causó estragos en el sector progresista mexicano, sobre todo en la revista Nexos de Héctor Aguilar Camín.

Por distraerse como paladín de la democracia, por desidia, por miedo, por buscar el ‘choque’ con el presidente de la república o por asuntos similares, el caso es que el Instituto Nacional Electoral es corresponsable del clima de violencia que está afectando a los candidatos y que está creando condiciones para alejar a los votantes de las urnas.

A la memoria de Susy Carrillo Chontkowsky, y un abrazo fraternal a Paco Rodríguez

Aunque se esperaba un reajuste de tendencias electorales dominantes de Morena al acercarse el día de las votaciones, las tres últimas semanas previas al 6 de junio están sorprendiendo por varios hechos:

En medio de un debate que él mismo potenció al buscar el choque de trenes contra el presidente de la república, el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello, se sacó de la manga la amenaza de anular las elecciones por violaciones legales. El asunto no es la decisión final, sino que el organismo ha sido incapaz de poner orden en el proceso electoral por la sencilla razón de que se convirtió en protagonista del evento por beneficiar a la alianza PRI-PAN-PRD-Coparmex.

Como una versión mexicana de Jurassic Park. El reino caído, algunos dinosaurios de la vieja política escaparon de la reclusión y salieron otra vez al mundo abierto: Porfirio Muñoz Ledo, Diego Fernández de Cevallos. Roberto Madrazo Pintado, Vicente Fox Quesada y Manuel Bartlett Díaz y a ellos se ha unido una versión junior de los dinos políticos del pasado: José Woldenberg. Todos ellos con la intención de regresar al mundo al viejo orden selvático de las reglas del viejo PRI.

A 10 días del final de las campañas, con una semana más de veda y en medio de confusiones, tensiones y conflictos, los escenarios electorales siguen con variaciones mínimas. De entre todos los datos de las encuestas, se pueden rescatar tres que serían importantes para las evaluaciones:

Como no había ocurrido desde su fundación en 1990 como IFE, el Instituto Nacional Electoral fue metido por el consejero presidente Lorenzo Córdova Vianello y el consejero Ciro Murayama Rendón en el centro del conflicto poselectoral. La razón se localiza en el repudio de ambos al populismo. En este sentido, el INE está sentando las bases para el conflicto poselectoral después del 6 de junio.

En términos estratégicos, el poder central en EEUU se conoce con el concepto –no referencia de nombre institucional– de Casa Blanca. A pesar de lo que piensen o digan los funcionarios, Casa Blanca decide lo que es mejor para la seguridad nacional de EEUU para privilegiar, como dice la Doctrina respectiva del gobierno de Biden, y defender el american way of life o modo de vida estadunidense.

Aunque la agenda estadunidense sobre México se quiere ir desahogando por partes, en el fondo el factor integrador es el enfoque militar y de seguridad nacional de EE UU en la región, lo mismo para temas de migración, que para los expedientes calientes de narcotráfico. Inclusive, lo importante del Tratado implicaría una hegemonía estadunidense de su economía como seguridad estratégica.

Los tiempos políticos circunstanciales coinciden: mientras la Fiscalía General de la República abre expedientes con claros tonos de delitos electorales contra candidatos de la alianza PAN-PRI-PRD-Coparmex, el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello, se reúne de manera personal con el diputado morenista Porfirio Muñoz Ledo en su periodo de franca guerra contra el presidente López Obrador, Morena y la 4ª-T para dar la imagen de alianzas.

En 1947, el entonces abogado y economista Daniel Cosío Villegas publicó en “Cuadernos Americanos” de Jesús Silva Herzog el ensayo titulado “La crisis de México”. Su tesis central fue el agotamiento de las metas de la Revolución Mexicana y la tentación de buscar una salida en el modelo estadunidense. En ese texto, del que sería después historiador de porfiriato y de la Revolución, lanzó una advertencia: cuidado con buscar la salida en EEUU.

La reunión vía internet de la vicepresidenta estadunidense Kamala Harris con el presidente López Obrador decepcionó a los miramares mexicanos que pedían la intervención de la Casa Blanca en México para parar en seco las decisiones de la 4ª-T. Inclusive, se vio a una Harris sin entender qué estaba haciendo.

Las quejas presidenciales contra los medios tienen sus razones de ser como estrategia de política de comunicación presidencial. Pero la ausencia de una estructura de gobierno que refuerce los dichos mañaneros en los hechos no modifica las tendencias de explosión de las realidades.

A pesar de que los temas de migración y comercio son vitales para México y EE UU, la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris se va a centrar hoy, en su conversación vía internet con el presidente mexicano López Obrador, en narcotráfico. Y como tema especial, la segunda en mando en la Casa Blanca exigirá anular, desvirtuar o darle la vuelta a las reglas de operación y registro de las agencias de seguridad estadounidenses en México.