Fue una operación descarada y ahora es descubierta.
Valentín Meneses Rojas aún mantiene a los mismos operadores que tuvo en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y en la Secretaría de Gobernación.
El nombre clave es Abraham Sánchez uno de los cuadros operativos de la llamada “Ruta Bicentenario”.
Un terrible accidente sacó a la luz todo el andamiaje de intereses que se tejió alrededor del jugoso negocio del autotransporte.
Y simplemente puede decirse que no se guardaron las formas. Actuaron de manera abierta y descarada.
Quienes hace tres años entregaron las concesiones hoy son los mismos que las operan.
Pero los datos que revelan la operatividad de Abraham Sánchez nos muestran que esto va más allá de lo imaginable.
Estamos ante la punta del iceberg.
Si, por supuesto, la “Ruta Bicentenario” es de las más lucrativas y mencionadas. Pero Abraham Sánchez tuvo bajo su control la entrega masiva de rutas y concesiones en todo el estado.
Todo aquel ciudadano que quisiera una concesión de taxi o de colectiva tenía que pasar por la oficina de Sánchez. Simplemente no se movía una concesión sin su consentimiento y anuencia.
En el medio del transporte es de sobra conocido que Abraham tiene un directorio de fuertes contactos con todos los capos del volante en el estado. Las mafias del autotransporte aún le rinden pleitesía por los favores concedidos.
Ante esto las dudas no solo se multiplican, sino que incluso espantan.
Si, Abraham Sánchez es uno de los operadores de la “Ruta Bicentenario”, pero ¿de cuantas rutas más? ¿en cuántas cabeceras distritales? ¿En cuántos municipios operan sus tentáculos?
Aún queda bajo la sombra de la clandestinidad las rutas de “moto taxis”, un primitivo pero altamente lucrativo sistema de transporte.
¿Quién o quiénes están detrás de las mafias que controlan los “moto taxis” en una veintena de municipios poblanos?
¿Quiénes protegen a los grupúsculos que controlan decenas de taxis piratas que circulan por las principales ciudades del interior del estado?
Tanto los “moto taxis” como los taxis piratas (esos que circulan con placas sobrepuestas, clonadas o simplemente pintados con los colores de un auto de alquiler) eran tolerados por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Y aun hoy, en plena era morenovallista siguen operando de la misma manera.
¿De qué tamaño es el monstruo? ¿Cuántos tentáculos tiene? ¿en cuántos rincones de la entidad?
En la zona norte de Zacatlán o en la región sur de San Gabriel Chilac un taxi puede dejar ganancias por diez mil pesos mensuales, pero si hablamos de mafias que controlan 50 unidades en estas regiones la cifra se eleva a medio millón de pesos al mes.
Y solo estamos hablando de un par de regiones en específico.
A nadie le caen mal 500 mil pesos mensuales. Y menos a alguien que está en el ostracismo político.
Ese es el tamaño del monstruo que Eukid Castañón debe investigar.
Fue una mafia que tardaron un sexenio en construir. Y por supuesto no será fácil desarticularla.
Pero el morenovallismo ha mostrado la firme intención de lograrlo.
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