El PRI va que vuela para recuperar Puebla capital y la mayoría del Congreso, no por su arduo trabajo partidista o porque sus merecimientos sean muchos y suficientes, sino porque en la coyuntura nacional le florecen los campos de la negociación anticipada.
Mire usted. De la noche a la mañana Puebla se convirtió en una de las entidades con menor margen de maniobra para pelear espacios de elección popular con el Presidente de la República Enrique Peña Nieto. Si hace unos días hubo reticencias y coraje para encararlo y vencerlo en las urnas hoy lo dudo.
Al quitar la ficha de dominó de Elba Esther Gordillo todas las demás fichas comenzaron a caer. Fichas con nombres de partidos políticos, alianzas y con potenciales nombres de funcionarios gubernamentales a puestos de elección popular. Los que eran fuertes dejaron de serlo para convertirse en sujetos vulnerables.
El juego electoral de 2013 es un juego nuevo. Vale la pena ponerse a vislumbrar, ¿ahora quién corretea a quién, quién es el gato y quién el ratón? ¿Quién, por decir, tiene cercado a quién, el Presidente al gobernador o el gobernador al Presidente? Yo empezaría por ver a Antonio Gali Fayad como un candidato fallido y perdedor incluso sin que hayan iniciado los comicios.
Y en la acera de enfrente veo al candidato del PRI como el futuro alcalde de la ciudad de Puebla. Póngale el nombre que quiera: Enrique o Pepe; da lo mismo cuál sea conocido y cuál un tronco. En este momento Peña Nieto tiene a la capital poblana en un puño y a Gali y a su protector en la lona. Nada se le puede negar al Presidente, el gobierno poblano no está como para ponerse sus moños.
El PRD de Los Chuchos (Ortega y Zambrano), por ejemplo, ya olió la complicada situación de Puebla. Esa ala pragmática del perredismo entiende que la mitad de los comicios del 7 de julio los tiene ganados Peña Nieto si en este momento se sentaran a apalabrarse Rafael Moreno Valle y un representante del gobierno federal. Los Chuchos no son ni mansos ni mensos. Saben que la cuchara de Elba Esther en Puebla está metida en cosas desagradables para fines de alianzas electorales y de negociaciones tras bambalinas.
Si para el PAN aliarse con el Panal tiene el riesgo de contagio de lepra, para el PRD la posibilidad de ser moneda de canje en una eventual negociación anticipada, si va junto con AN, es una realidad con poca exigencia intelectual. Seamos objetivos. Bajar a Tony Gali de la contienda es un pensamiento que tendría que estar cruzando por la mente de su principal impulsor e incluso por el mismo Tony a manera de plegaria.
