Los largos meses de especulaciones se terminaron: en Puebla habrá guerra y de las buenas. Nada de cachetadas de payaso, rasguños o jalones de medias. Golpes demoledores, sangre a raudales y mucho juego sucio. Los dos bandos ya mostraron sus cartas. Desde el Comité Ejecutivo Nacional, Ivonne Ortega mandó mensajes muy fuertes. Y para no dejar lugar a dudas, dio a conocer el nombre de un delegado rudo rudísimo que ya hizo morder el polvo a los operadores morenovallistas en Michoacán. El cartel de la revancha luce atractivo: el exgobernador colimense Fernando Moreno Peña en contra de Eukid Castañón, quien se prepara para asumir la Secretaría General de Gobierno y ejercerá de mariscal en el campo de batalla. Yo veo un choque de trenes, pero con cierta sorna hay quienes dicen que será el choque de un trenzote contra un trenecito.

Pero del lado del gobernador también llegó la hora de bajar su juego: el alud de espectaculares con la portada de la revista Líder en la que aparecen brazo a brazo el gobernador Moreno Valle y Tony Gali, significa en los hechos declarar ganador al secretario de Infraestructura en la carrera de los Fantásticos y en la contienda interna panista. Tampoco es un accidente que Mario Riestra Piña y Jesús Zaldívar, los diputados más morenovallistas, arrancaran las rondas de adhesiones en favor del gallo del régimen.

Al bajar su juego, que de por sí ya era muy público y conocido, Moreno Valle eleva la apuesta al interior del PAN y la conformación de la alianza opositora. Al destapar al tapado, crecen los costos de transacción de su eventual candidatura con los Yunques, a los que tres diputaciones en la capital les sigue pareciendo poco. La presión se incrementa con la renuncia “formal” de Franco Rodríguez al Consejo Coordinador, que se hará efectiva hasta el 18 de febrero: mientras, podrá señalar a Gali con índice flamígero al no seguir su mismo ejemplo.

El morenovallismo, de aquí al 8 de julio, deberá transitar por una aduana diferente cada día a partir del cambio de postura del PRI. Y según las instrucciones de Ivonne Ortega, deberán ser una oposición radical: demoler al régimen un día sí y otro también. Y el punto de arranque será la glosa del segundo informe de gobierno: exhibir, atacar y despedazar a los secretarios que comparezcan.

El otro objetivo del golpeteo será la ocurrencia semanal: la propuesta absurda de piratear el Pacto por México y replicarlo en un Pacto por Puebla que no tienen contenido, ni objetivos, ni nada. Solamente fue una zalamería gratuita que no cayó bien en el gobierno federal. Por ello, Ivonne Ortega instruyó a Pablo Fernández del Campo a retirar el aval que ya había dado. Primero conocer el contenido y después, ya se verá si se firma.

¿De qué sirve un Pacto por Puebla si el PRI no va?¿Cuál es el sentido? Ya de por sí el gobierno —teóricamente— es del PAN, PRD, Nueva Alianza y Movimiento Ciudadano. Que estos partidos firmen el tal Pacto por Puebla es una tautología, porque sería darse el apoyo a ellos mismos. Absurdo a todas luces. Con todos sus talentos, Fernando Manzanilla deberá negociar una agenda de propuestas al mismo tiempo que el teatro de las operaciones de guerra se desenvuelve.

Moreno Valle gasta tiempo en consolidar una megacoalición —que además pagará a precio de oro— y en imponer a Tony Gali —que también le saldrá en un ojo de la cara—. Mientras tanto, ese tiempo el PRI lo utiliza sabiamente en conformar su estructura electoral. El primer paso fue nombrar al nuevo delegado del CEN, que ya comentamos, es rudo rudísimo y tiene toda la experiencia para negociar candidaturas. Un delegado, además que será acuerpado por los delegados federales, con línea directa con el presidente del CEN y el secretario de Gobernación para denunciar cualquier ilegalidad.

Como ningún hombre es capaz de ganar una guerra solo, llegó la hora cero de Moreno Valle: desplegar todos sus talentos seductores para mantener a su alrededor a los aliados necesarios para ganar la batalla. Un cuadro napoleónico, espalda con espalda. Porque el poder y el dinero federal harán flaquear a muchos. A la mera hora, faltarán efectivos en verdad leales y dispuestos a jugarse todo, libertad incluida. ¿Por qué? Porque nadie debe dudarlo: si la instrucción de Peña Nieto es ganar Puebla, lo buscarán por las buenas. Y si no, por las malas.

Aquella frase que definió el estilo personal de gobernador luce a profecía: por las buenas, bueno. Por las malas, mejor.