Primero, se autonombró representante y defensor de las causas ciudadanas y a partir de convertirse en diputado, se ha tornado en un legislador convenenciero y servil a los intereses del gobierno estatal. Para muestra tenemos varios ejemplos: en primer lugar, nos demostró su ignorancia en el tema, al señalar que “el hecho de que Marco Antonio Estrada López y Tomás Méndez Lozano, Director de la Policía Estatal y encargado del Grupo de Operaciones especiales (GOES), respectivamente, hayan aprobado las pruebas de control de confianza, no debe tomarse como algo para cuestionar este tipo de exámenes”. Aseguró que las pruebas son sólo una herramienta para determinar si una persona es apta o no para desempeñar un cargo al interior de las fuerzas policiacas, pero que esto no los exime de caer en actos de corrupción, como es el caso de ambos mandos policiacos quienes fueron detenidos bajo la acusación de solapar y proteger a una red dedicada al robo de combustible. Es decir, de acuerdo a su opinión, dichas pruebas son lo mejor para demostrar la honestidad y confiabilidad de los que desempeñan un cargo en materia de seguridad pública, pero lo que fallan son las personas, como en el caso que nos ocupa.
La verdad es que si las pruebas no nos garantizan a los ciudadanos que nuestra seguridad está en buenas manos, ya que en cualquier momento las cosas pueden cambiar, ¿de qué sirve aplicarlas? ¿O sólo se utilizan para despedir a policías indeseables y justificar recortes de personal?
Bien valdría la pena que diera una explicación más a detalle de su uso, si es que verdaderamente le preocupa lo que pensamos los ciudadanos sobre su desempeño como legislador y responsable de supervisar el adecuado funcionamiento de la Seguridad Pública en la entidad.
Otra declaración desafortunada de Franco, realizada este miércoles fue en la que afirma que “ni la comparecencia ni la destitución de Facundo Rosas es necesaria, ya que primero se deben concluir las investigaciones, equiparando el caso de una crisis a nivel federal, con la fuga del Chapo Guzmán y los hechos violentos en Ostula, Michoacán, situaciones en las que ninguno de los secretarios de primer nivel ha renunciado…” ya que primero deben concluir las investigaciones.
Me pregunto: ¿Y mientras, en manos de quiénes está nuestra seguridad? ¿Nuestro representante está preocupado por lo que sucede en la materia
¿Qué piensan de él, con estas posturas, sus amigos empresarios que lo impulsaron para que ocupara una diputación? ¿Ha retribuido a los poblanos los 50 mil pesos que recibe de apoyo a gestión parlamentaria y del medio millón anual que recibe para gestión social? ¿Usted, amable lector, le daría su voto a Franco Rodríguez si volviera a postularse como candidato a otro puesto?