1. Si sabían que el 7 de junio de este año habrá elecciones de diputados federales, sólo el 15 por ciento de los encuestados contestó que sí, el 65 por ciento que no sabía algo del asunto y el restante 20 por ciento señaló que sólo había escuchado algo del tema en anuncios, pero que no le importaba la elección.
2. Si sabían cuál era la función que desempeñaban los legisladores federales. El 44 por ciento contestó que sí, el 36 por ciento que no, el 12 por ciento que más o menos y el 8 por ciento restante contestó que no servían para nada, sólo para cobrar un sueldo.
3. Al preguntarles si tenían la intención de asistir a votar el 7 de junio por los candidatos a de su distrito, el 65 por ciento dijo que no, el 29 por ciento que sí y el 5 por ciento que aún no decidía si iría a votar o mejor dedicaría su día a otras cosas.
4. Al seleccionar el 29 por ciento que contestó que si iría a votar, se les preguntó si ya tenían en mente por qué partido votar. El 14 por ciento dijo que aún no sabía y el 15 por ciento restante señaló que anularía su voto.
5. Finalmente, al preguntarles si tenían confianza en los partidos políticos que participarán en las próximas elecciones federales, el 82 por ciento dijo que no; el 13 por ciento dijo que sí y el 5 por ciento restante dijo que no le interesaba dar su opinión al respecto, porque todos los partidos representan lo mismo.
La muestra se realizó a un universo de 400 estudiantes, 248 del sexo femenino y 152 del sexo masculino, tomándose en forma aleatoria a los grupos en diferentes carreras y grupos académicos.
A la luz de estos datos, el panorama resulta desolador y nos debe llevar a reflexionar sobre el momento de crisis por el que atraviesa nuestra incipiente democracia; es decir, existen un grupo de factores y escándalos como la exoneración de Raúl Salinas de Gortari, la “Casa Blanca” de Peña Nieto, la casa de Malinalco de Luis Videgaray, la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, la intromisión de Televisa en la Procuraduría General de la República, la llegada de Eduardo Medina Mora como ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la salida del aire de la periodista Carmen Aristegui y, sobre todo, la crisis económica que vive el país, que ha aumentado el número de pobres y con la inseguridad a la alza.
Son muy interesantes algunos comentarios que, al margen de la encuesta, expresaron los jóvenes en los cuestionarios, tales como señalar: “para qué votar, si todos los candidatos y partidos prometen lo mismo y después ninguno cumple” “No le creo a ningún candidato, ni partidos, porque todos roban” “El voto no se respeta” “La verdad es que todo lo que se gasta en las campañas y boletas, mejor debería invertirse en educación o ayudar a la gente pobre” “Mejor no voto, porque al final hacen siempre lo que quieren y los ciudadanos valemos queso” “Ningún candidato vale la pena”.
Desde la academia y los órganos electorales como el INE, resulta muy difícil motivar el voto de los jóvenes. Sólo un milagro hará que acudan a las urnas el 7 de junio.