Thursday, 18 de April de 2024

Viernes, 13 Marzo 2015 01:57

Aristegui no tiene la razón: si MVS Noticias paga su periodismo, entonces manda




Written by  Arturo Rueda

Por supuesto que Aristegui es una gran periodista, que como todos los periodistas, a veces tiene yerros fenomenales. Nos pasa a todos. Para su desgracia, el gran periodismo sigue necesitando de grandes empresas que financien las grandes investigaciones y revelaciones impactantes. ¿Quién le paga su salario, y los de su equipo de reporteros? ¿Ella misma o MVS Noticias? Si es MVS Noticias quien paga los salarios, y es dueña del espacio, ¿por qué diablos no va a poder decidir las iniciativas en las que participa su marca?


Hay días en que la histeria de las redes sociales apabulla cualquier análisis crítico de la realidad. No hace mucho tiempo, cuando W Radio decidió prescindir de los servicios de Carmen Aristegui, sus fieles radioescuchas quemaron incienso a MVS Noticias por la actitud valiente de la empresa de Joaquín Vargas para hacerse de los servicios de la periodista mexicana. Unos cuantos años después, domina la diatriba contra la empresa que antes se alabó. En 2008, los Vargas eran próceres de la libertad de expresión, y en 2015 son malditos censuradores que quieren sacar del aire a Aristegui. ¿Qué tipo de seriedad hay en ese análisis? Pues ninguno: solamente ruido, griterío y confusión, el lado oscuro de las redes sociales. Yo no creo #EnDefensadeAristegui.

 

Como siempre, veamos los antecedentes. Por supuesto que Aristegui es una gran periodista, que como todos los periodistas, a veces tiene yerros fenomenales. Nos pasa a todos. Para su desgracia, el gran periodismo sigue necesitando de grandes empresas que financien las grandes investigaciones y revelaciones impactantes. ¿Quién le paga su salario, y los de su equipo de reporteros? ¿Ella misma o MVS Noticias? Si es MVS Noticias quien paga los salarios, y es dueña del espacio, ¿por qué diablos no va a poder decidir las iniciativas en las que participa su marca? ¿Por qué si MVS Noticias financia el gran periodismo de Carmen Aristegui, no puede tomar decisiones sobre dónde aparece su marca, y alineada con qué intereses?

 

Pero a Carmen Aristegui no le gustan las regulaciones que le imponen las empresas para las que trabaja, y sí, financian su excelente periodismo. Salió enfrentada con W Radio porque no quería acatar simples directrices comerciales, como reducir la extensión de sus entrevistas para que pudieran pasar los cortes comerciales en los tiempos pactados. En otras palabras, la periodista es una trabajadora rebelde que, para justificar sus rebeldías, se ampara en supuestos actos de censura.

 

El de su asociación con MéxicoLeaks no es el primer conflicto con MVS Noticias. La primera muy seria desavenencia surgió cuando Aristegui usó largas horas de su espacio para cuestionar el supuesto alcoholismo de Felipe Calderón, sin fundamento periodístico alguno, y casi casi ordenando a Los Pinos que probara lo contrario, o sea, que el presidente no era adicto al chupe. Joaquín Vargas consideró que Aristegui ya había llegado demasiado lejos y la despidió, pero ante la reacción encendida de sus radioescuchas, dio marcha atrás. Luego vendría la filtración de los mensajes con Javier Lozano, y la cosa quedaría peor.

 

Total, Aristegui nunca pudo probar el supuesto alcoholismo de Felipe Calderón, y aunque MVS Noticias la despidió por supuestamente violar el Código de Ética de la empresa, se vio obligada a regresarla, lo que alimentó el complejo de Vedette o Prima Donna de la periodista, que se siente imprescindible.

 

¿Quién gana en un enfrentamiento entre un periodista y la empresa para la que trabaja?

 

A veces gana la empresa. Por ejemplo, José Gutiérrez Vivó fue el rey del rating durante muchos años cuando transmitía en Radio Centro. Hoy, el periodista es un desaparecido en acción; quiso hacer radio por internet con el mismo impacto, y no pudo, mientras que hoy Francisco Aguirre, dueño de la radiodifusora, disfruta de haber recibido su concesión para una cadena nacional de TV. A nivel local tenemos fresco el caso de Nay Salvatori, despedida de Exa Puebla por sus excesos. Un poco más lejos, la Tropical Caliente nunca pudo recuperar la influencia que llegó a tener con Alejandro Mondragón conduciendo su noticiero matutino.

 

A veces gana el periodista. Carmen Aristegui, cuando salió de W Radio, se llevó su rating y la empresa no encontró con quién sustituirla en el noticiero matutino. Hoy andan en su enésimo experimento con Sopitas, Rulo y Martín Hernández, pero nomás no. A nivel local, periodistas como Enrique Montero Ponce y Fernando Canales sobrevivieron a sus salidas traumáticas de Radio Oro.

 

A veces, todo queda en un empate: la empresa y el periodista siguen sus caminos en santa paz. Ciro Gómez Leyva dejó la conducción del noticiero nocturno de Milenio TV, e incluso su columna ya no se publica ahí. Ciro sigue siendo Ciro y Milenio sigue siendo Milenio. Nadie perdió.

 

En el caso específico de Carmen Aristegui, es muy sencillo hacer la revolución con viáticos. Es una estrella del periodismo mexicano, sí, y algunas de sus revelaciones como la “Casa Blanca” son absolutamente imprescindibles para la democracia mexicana. Pero si es el caso que no se acomoda con ninguna empresa, y no quiere hacer a MVS Noticias parte de sus decisiones, podría emprender el camino en solitario. Financiar su propia empresa, pagar los sueldos de sus reporteros y aventurarse a los caminos que brinda hoy la tecnología. Sin duda, aquí o allá, seguirán haciendo grandes revelaciones y cometiendo grandes yerros. Es decir, seguirá haciendo periodismo.

 

Por su parte, Joaquín Vargas se quitará de encima a quien no desea seguir directrices. Perderá rating, ingresos de publicidad e influencia. Pero seguirá con una empresa sólida y, seguramente, sus intereses políticos y económicos quedarán a mejor resguardo ahora que el gobierno peñanietista lanzó la licitación de la frecuencia que tanto desea.

 

En esta historia el único que pierde es Peña Nieto, ya que los zombis del Twitter no ven otra cosa más que un caso de censura por las revelaciones de la “Casa Blanca”. La prensa internacional que todos los días lo vapulea le cargará el muerto. A él, y al nuevo director de Comunicación Social, Eduardo Sánchez. Mal debut.

 

 

 

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