Friday, 19 de April de 2024

Martes, 16 Junio 2015 02:19

Madero y Moreno Valle toman distancia, pero Anaya los une




Written by  Arturo Rueda

¿Por qué Madero y Moreno Valle, la coalición que conquistó Acción Nacional en 2014, se tragan pero ya no se mastican? Muy simple. Ambos desean lo mismo: la candidatura presidencial de 2018. Y ambos están en posibilidad de lograrlo, pretenden a la misma novia en condiciones de igualdad. Pero no se trata de una ruptura ni de una guerra a muerte: de nada vale la pena despedazarse, porque sus enemigos en ese año son el PRI-PVEM, así como López Obrador. Aunque no lo deseen, necesitan seguir juntos, pues de ambos es la paternidad de la dirigencia de unidad de Anaya


Ni sangre, ni lágrimas, ni sudor hubo en la Comisión Permanente de Acción Nacional, pues no hubo crucifixión ni reclamos hacia Gustavo Madero pese a conducir al partido a su peor resultado electoral desde 1991. Lo que sí hubo fue el tufo a que Ricardo Anaya pinta como aspirante de unidad a la presidencia del CEN con el apoyo tanto de Madero, como del gobernador poblano Moreno Valle, que unas horas antes del cónclave de notables terminó de planchar la nueva alineación estratégica del albiazul que suma a los gobernadores electos de Baja California Sur y Querétaro, Carlos Mendoza Davis y Pancho Domínguez, y defenestra al perdedor de Sonora, Guillermo Padrés.

 

Las señales que ayer salieron indican que no habrá competencia interna para ungir a Anaya, simplemente porque no hay oposición visible al “joven maravilla”. El grupo que acompañó a Ernesto Cordero en la interna se desmoronó una vez que sus principales aliados, Max Cortázar, Roberto Gil Zuarth y Javier Lozano Alarcón, ya militan abiertamente en el morenovallismo. Fernando Manzanilla, como relató ayer en Parabólica TV, anda más entusiasmado en la construcción de una opción ciudadana, aunque no se ve a sí mismo asumiendo alguna candidatura. El ex secretario de Hacienda se quedó solo y ya no tiene fuerza para volver a competir.

 

A la elección por consenso se suma el hecho de que Margarita Zavala le dejó la vía libre a Anaya cuando se destapó por la candidatura presidencial de 2018 y no por la dirigencia nacional. Lo poco que queda del calderonismo sabe que no puede perder batallas sucesivas, de tal forma que prefieren velar armas hasta dentro de tres años, lo que evitará que sean arrasados en agosto. Dilatar el enfrentamiento también es una forma válida de resistir.

 

Unidos en torno a Ricardo Anaya, a nadie escapa que a Gustavo Madero y Moreno Valle comienzan a separarlos más cosas de las que los unen. De entrada, el todavía dirigente y próximo coordinador de la bancada en San Lázaro no se dignó a venir a Puebla en toda la campaña. Solamente designó una delegada a modo de los intereses morenovallistas, consintió el aplastamiento de Rafael Micalco, así como la sustitución de representantes de casilla. Pero de su presencia en campaña, nada. De hecho, fue uno de los pocos estados que no visitó.

 

La ausencia de Madero se prolongó a la comida de la victoria ayer en Casa Puebla. Estuvieron los dos gobernadores electos, así como más de media centena de diputados federales que ganaron el 7 de junio, y un buen grupo de senadores que responden ya a los intereses del morenovallismo, encabezados por Gil Zuarth y Lozano Alarcón. Pero, sobre todo, fue una comida en la que se cocinó el apoyo de unidad en torno a Ricardo Anaya, que horas más tarde ratificaron a Carlos Mendoza Davids y Pancho Domínguez previo a la sesión de la Comisión Permanente.

 

¿Por qué Madero y Moreno Valle, la coalición que conquistó Acción Nacional en 2014, se tragan pero ya no se mastican?Muy simple. Ambos desean lo mismo: la candidatura presidencial de 2018. Y ambos están en posibilidad de lograrlo, pretenden a la misma novia en condiciones de igualdad. Pero no se trata de una ruptura ni de una guerra a muerte: de nada vale la pena despedazarse, porque sus enemigos en ese año son el PRI-PVEM, así como López Obrador. Aunque no lo deseen, necesitan seguir juntos, pues de ambos es la paternidad de la dirigencia de unidad de Anaya. El objetivo es ganarle al PRI, lo dijo claro y contundente Madero en varias entrevistas de radio.

 

Pero entonces ahora también se entiende la sonrisa que no abandona al gobernador poblano desde la noche del domingo 7 de junio, pues con la comida de ayer en Casa Puebla se empezó a ver el bosque y se dejó de ver al árbol: es probable que haya sufrido una derrota calculada al perder nueve distritos electorales en Puebla a manos del PRI, pero es muy probable que a nivel nacional su victoria sea más considerable.

 

De entrada, fue uno de los grandes apoyos de Carlos Mendoza Davis en BCS, así como de Pancho Domínguez en Querétaro: es probable que ambos no estén en su corral, pero tampoco le van a jugar las contras. Y si Madero le apostó por fortalecerse con los plurinominales, Moreno Valle le apostó a aproximadamente 84 candidatos de mayoría, y de esos, 42 obtuvieron el triunfo, de tal forma que ellos sí militan abiertamente en el morenovallismo. No es una fuerza despreciable, ya que es casi el mismo tamaño de la bancada de Morena.

 

Así pues, Madero y Moreno Valle entran a la disputa de la candidatura presidencial y el nexo común, quien les pondrá piso parejo, será Ricardo Anaya, quien también se manifiesta dispuesto a dialogar con Margarita Zavala y Felipe Calderón. ¿Podrá el “Niño Maravilla” cumplirles a todos? ¿Cómo va a organizar un Comité Ejecutivo Nacional que ya se antoja de dulce, de chile y de manteca?

 

Y en medio queda la pugna por el PAN poblano: Madero maniobró eficazmente ayer para impedir el descabezamiento de Rafael Micalco con una comisión de cuatro sabios encargados de evaluar la situación. El suspenso se mantiene, porque a Madero también le conviene mantener uno, dos o tres alfiles en el gallinero de su rival. ¿Será por eso que revivió Lalo Rivera?

 

 

 

 

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