Thursday, 28 de March de 2024

Jueves, 25 Junio 2015 02:27

Los nuevos tiempos del PAN: Giles y Genoveva




Written by  Arturo Rueda

La apuesta de Giles es atrevida: nadie duda que será dócil y obediente. La primera palabra, ante Eukid y Moreno Valle, siempre será un sonoro “Sí señor”. No parece que se le reserve otro papel más que dar la cara y ejecutar las decisiones. Desde hoy no puede defender su postulación, ni explicar los misteriosos recursos de su packs ante los medios que lo cuestionan. Mucho menos narrar su visión del partido, o qué aprendió de Gómez Morín, “Maquío” o Castillo Peraza


Pablo Rodríguez Regordosa, en #JuegoDeTroles, avala a Jesús Giles como nuevo dirigente estatal de Acción Nacional y con eso lanza la “pinche señal”: el muchacho de apenas 27 años se convertirá en el nuevo jefe del albiazul, a despecho de los panistas tradicionales que pondrán el grito en el cielo. La fórmula que habrá de acompañarlo es Genoveva Villegas, la ganadora del Distrito IX que recibirá como premio a su buen desempeño la Secretaría General del Comité Estatal. Giles y Genoveva, la nueva pareja triunfadora del albiazul.

 

Con la mayoría del padrón de militantes controlado, el morenovallismopodía poner a cualquiera, y pondrá a quien ya se desempeñó como líder juvenil estatal y municipal. Su padrino, no podía ser diferente, es Eukid Castañón, quien guía sus pasos como un tutor estricto.

 

Le pregunto a Pablo Rodríguez si no le duele que un muchacho 14 años menor que él, y con muchísima menor experiencia y rodaje en Acción Nacional, se convierta en el jefe estatal. Tuerce un poco la boca, pero dice que no, porque al igual que Jesús Giles, muchos de su generación como Eduardo Rivera, Rafael Micalco, Juan Carlos Espina y él mismo recibieron responsabilidades importantes antes de los 30 años.

 

Pone como ejemplo a Lalo: “todavía era estudiante de Ciencias Políticas en la Upaep y ya era secretario de Elecciones en el Comité Estatal, y luego asumió la Secretaría General”. También ejemplifica con Juan Carlos Espinaque “fue dirigente cuando estaba en sus treinta” como él mismo, pues a esa misma edad presidió por primera vez el Comité Municipal. O sea, la edad del muchacho no puede ser una objeción, porque muchos de los que se autodenominan los “auténticos panistas” comenzaron muy jóvenes sus responsabilidades.

 

Otra cosa es, por supuesto, el empaque político de Jesús Giles, que todavía no se le ve por ningún lado. El muchacho puede ser prometedor, pero de momento no ha demostrado nada. En 2010 fue electo como secretario de Acción Juvenil con apoyo del morenovallismo, pero antes había sido líder municipal de la mano de Mike Méndez. Actualmente es secretario del Comité Municipal con Pablo Rodríguez Regordosa, y no se le conoce otro mérito: no ha sido candidato a algo, ni ha tenido un cargo de elección popular. Su experiencia es escasa, y su mérito es la cercanía y aval con el grupo en el poder. Eso, ya sabe que en política, es todo y es nada al mismo tiempo.

 

Por último: Giles nunca ha ganado, ni nunca ha perdido una elección. No ha formado parte de un Cabildo, ni del Congreso, ni ha tenido representación en los organismos electorales. Su inexperiencia es basta. Tiene recursos misteriosos para visitar a los Comités Municipales y regalarles un Giles-pack que consiste en laptops, bandera panista, chalecos, mesa y sillas. ¿De dónde sale el dinero?

 

Por supuesto que los integrantes del panismo tradicional, a quienes Pablo Rodríguez tilda de fundamentalistas, van a poner el grito en el cielo. Razones nos les van a faltar, ya que cualquiera de ellos tiene un mejor perfil para asumir la dirigencia estatal en sustitución de Micalco. Pero la imposición de Giles es también un mensaje que el morenovallismo les envía: no los necesitamos y no tienen canicas para jugar. Podemos poner a cualquiera, incluso a un muchacho de 27 años que no tiene experiencia ni empaque. De todos modos, las decisiones no se van a tomar en el Comité Directivo Estatal, y su única función va a ser acatar. Nadie con vida propia. No es necesario.

 

La apuesta de Giles es atrevida: nadie duda que será dócil y obediente. La primera palabra, ante Eukid y Moreno Valle, siempre será un sonoro “Sí señor”. No parece que se le reserve otro papel más que dar la cara y ejecutar las decisiones. Desde hoy no puede defender su postulación, ni explicar los misteriosos recursos de su packs ante los medios que lo cuestionan. Mucho menos narrar su visión del partido, o que aprendió de Gómez Morín, “Maquío” o Castillo Peraza.¿Y a la hora de que lleguen los problemas en 2016?

 

Son los nuevos tiempos del PAN: Giles y Genoveva. Se les conoce poco en las horas tersas. Veremos cuando lleguen las horas difíciles. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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