Saturday, 20 de April de 2024

Martes, 17 Marzo 2015 02:41

A Carmen Aristegui le irá mejor fundando su propio medio




Written by  Arturo Rueda

La nación pejezombi llora a su sacerdotisa. Con altas y bajas, MVS continuará siendo una empresa sólida y seria, aunque tardará en recomponer su influencia. Y Carmen Aristegui, periodista de indudable talento, hallará la forma de seguir vigente, punzante, y haciendo revelaciones que sacudan al país. Pero dado que no se entiende con ninguna empresa, y de hecho ha querido arrodillar a las dos últimas en las que ha participado, deberá construirse un nuevo talento como empresaria para poder financiar lo que antes lo pagaba MVS.


Los radicales, por definición, no entienden de razones: el despido de Carmen Aristegui de MVS Noticias no es sino una conspiración del poder que le pasa factura por las revelaciones periodísticas del pasado reciente como la “Casa Blanca” de Peña Nieto. Cualquier prueba en contrario es inexistente: ni el hecho de que la empresa de Joaquín Vargas la rescató después de su conflictiva salida de W Radio en 2008, ni que sostuvo su periodismo pese a brutales presiones como las de 2011 cuando cuestionó el supuesto alcoholismo de Felipe Calderón, ni en 2012 o 2013 nunca pudo probar las transferencias ilegales vía Monex. Pero tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe: ninguna empresa puede tolerar que uno de sus empleados, en ese caso Aristegui, pase por encima del dueño que paga, y asume costos y presiones.

 

A Aristegui, en este episodio, le sobró soberbia y le faltó la humildad de quien sabe que el periodismo es un oficio rudo por naturaleza, como lo definió Julio Scherer. En México, y en cualquier parte del mundo, el poder regresa los golpes. Siempre devuelve los golpes. El año pasado el periodista español, Pedro J. Ramírez, debió abandonar la dirección editorial del periódico que fundó en los noventa del siglo pasado, El Mundo, cuando sus ex compinches del PP consideraron que se había vuelto un aliado incómodo. Ni siquiera tiene que haber violencia de por medio, pero el poder tiene como primera misión liquidar a su oposición. Pensar lo contrario es no entender la dinámica cíclica del periodismo como un contrapoder.

 

Pero a todas luces, y a contrasentido de su propia interpretación de los hechos, Aristegui no sale de MVS por una celada del poder, sino por el disgusto de la empresa para la que trabajaba: ya no hubo química, entendimiento, deseos de colaboración. Lo señalamos en la entrega anterior: el conflicto entre MVS-Aristegui no tenía de fondo una disputa sobre la libertad de expresión, sino un problema empresarial. La empleada creía haberse vuelto más poderosa que el empleador, pese a que es la empresa la que carga con el costo económico del equipo reporteril, de mantener una estación radiofónica, y con el costo político y social de convertirse en un crítico del poder en turno. Para la nación “pejezombi” solamente se trata de idolatrar a quien aparece frente al micrófono. ¿Pero y todo lo que hay detrás? ¿Nunca se ganó el señor Joaquín Vargas una loa?

 

 

 

 

 

Algo ha cambiado en los últimos años: los periodistas que no encuentran acomodo en el establishment de medios de comunicación se van a formar sus propios proyectos. Algunos han tenido mucho éxito. Federico Arreola salió de Milenio y se fue a fundar Sendero del Peje, reconvertido a SDP Noticias y luego a Sendero de Peña. Lo ha posicionado como el segundo portal más visto de México, y ahora se encarga de gestionar sus propios intereses empresariales y políticos.

 

Lo de hoy es que los periodistas se conviertan en empresarios para poder gestionar sus propios intereses económicos o políticos. De hecho, la muestra la puso hace casi cuatro décadas Julio Scherer cuando fundó la revista Proceso tras su histórica salida de Excélsior.

 

Así lo hicieron Daniel Moreno con Animal Político y Jorge Zepeda Patterson con SinEmbargo, casos exitosos por convertirse en referentes del periodismo de investigación. Beto Tavira hace unos meses lanzó su portal Cuna de Grillos y Guillermo Osorno salió de Gatopardo para fundar Horizontal.mx. Los ejemplos se multiplican, incluso a nivel local, como lo hicieron hace una década Rodolfo Ruiz con e-consulta, Alejandro Mondragón con Status, y más reciente, Selene Ríos con Periódico Central. O sea, los periodistas ya no se mueren de hambre cuando salen conflictivamente de algún medio.

 

Claro que por cada caso exitoso, hay varios fracasados. José Gutiérrez Vivó nunca pudo impulsar un proyecto propio: resultó un buen periodista pero un pésimo empresario. Carlos Loret y López Dóriga fundaron sus portales para facturar, pero su influencia periodística es nula. En general, lo tienen más difícil los que viene de radio y televisión, ya que todavía no hay infraestructura suficiente para generar un proyecto masivo de esa naturaleza a través de internet. Claro que algo puede hacerse con targets y audiencias precisas.

 

Total, la nación “pejezombi” llora a su sacerdotisa. Con altas y bajas, MVS continuará siendo una empresa sólida y seria, aunque tardará en recomponer su influencia. Y Carmen Aristegui, periodista de indudable talento, hallará la forma de seguir vigente, punzante, y haciendo revelaciones que sacudan al país. Pero dado que no se entiende con ninguna empresa, y de hecho ha querido arrodillar a las dos últimas en las que ha participado, deberá construirse un nuevo talento como empresaria para poder financiar lo que antes lo pagaba MVS. Entonces veremos si el periodismo es verdaderamente independiente o solamente sabía hacer la revolución con viáticos.

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