Tuesday, 23 de April de 2024

Jueves, 16 Julio 2015 02:23

¿Qué tanto sabía Facundo Rosas?




Written by  Arturo Rueda

Moreno Valle sostuvo a Facundo en las peores horas del caso Chalchihuapan y todavía hay en el primer círculo gubernamental quienes se duelen por no haber entregado su cabeza como fusible para cortar la crisis. Todavía después de la recomendación AVG/2014 de la CNDH volvió a sostenerlo, e incluso le permitió apelar la sanción administrativa de 500 mil pesos, además de ponerlo a resguardo de una averiguación penal


Si Facundo Rosas sabía que el jefe de la Policía Estatal Preventiva comandaba una red de protección a la mafia de robo de hidrocarburos en la zona de Tepeaca, es un corrupto. Si no lo sabía, es un inepto. En cualquier caso, su permanencia al frente de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) es complicada y el gobernador Moreno Valle debe aplicar su conocida mano dura.

 

Ya lo hizo con Mauricio Tornero cuando sus subordinados se robaron una moto de una casa de La Vista, o con Manuel Youshimatz cuando fue cacheteado por un constructor que le reclamaba el pago de comisiones, o la mafia de registradores públicos de Marisol Buendía.

 

Así ha actuado Moreno Valle cada vez que el agua de la corrupción amenaza con inundar su gobierno. Es lo que no necesita el régimen ahora que se avecina la crucial elección de 2016. De nada sirve una campaña de promoción turística de hermosa manufactura como #PueblaEsMiDestino si dos jefes policiacos de alto nivel son vinculados a la mafia del robo de hidrocarburos. ¿Con qué seguridad van a venir los millones de turistas, si van a correr los mismos riesgos que en Guerrero, Jalisco o Michoacán?

 

De nada sirve tampoco los cientos de millones invertidos en los Arcos de Seguridad de Texmelucan y Palmar de Bravo, más los varios cientos que se van a gastar en otros cuatro Arcos en Izúcar, Tehuacán, Atlixco y Cuapiaxtla de Madero, así como un megacomplejo de Seguridad C5 en Cuautlancingo, si la Iglesia se encuentra en manos de Lutero. Esto es, si los policías están coludidos con los criminales, y los criminales asociados con los policías. El asunto es grave y el morenovallismo se va a equivocar si lo minimiza. A ese ritmo, Iguala está a unos pasos de distancia.

 

Facundo Rosas hace tiempo que vive bajo sospecha. Desde su pasado con Genaro García Luna y las sospechas de su complicidad con el narcotráfico, así como la recomendación de la CNDH por el desalojo de la Autopista del Sol. Pero desde el 9de julio de 2014 su permanencia en la SSP pende de un hilo tras los hechos de Chalchihuapan. Moreno Valle decidió sostenerlo porque a su juicio –a contrasentido de la recomendación de la CNDH– fueron los subordinados los que fallaron, pero no la cabeza.

 

Moreno Valle sostuvo a Facundo en las peores horas del caso Chalchihuapan y todavía hay en el primer círculo gubernamental quienes se duelen por no haber entregado su cabeza como fusible para cortar la crisis. Todavía después de la recomendación AVG/2014 de la CNDH volvió a sostenerlo, e incluso le permitió apelar la sanción administrativa de 500 mil pesos, además de ponerlo a resguardo de una averiguación penal.

 

Pero las renuncias siempre son dolorosas aunque estén justificadas. Si uno mira las estadísticas frías, Facundo Rosas ha sido un eficiente secretario de Seguridad Pública. Desde que fue designado en el cargo, el descenso en la incidencia delictiva ha sido constante. Ardelio Vargas dejo el cargo en 2012 con 91 mil delitos de acuerdo a las cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública. En 2013 la incidencia bajó a 81 mil 428 casos, y en 2014, otro bajón a 71 mil delitos. Claro, en las cifras. Para 2015, la tendencia delictiva seguiría a la baja de acuerdo a los datos disponibles.

 

El gobernador, además, le compró a Facundo toda la estrategia de seguridad para evitar el efecto contagio de otras entidades. Pero todo el mito puede derrumbarse, empezando por la fiabilidad de los exámenes de confianza: Marco Antonio Estrada los aprobó, pero ahora es procesado por la PGR y hasta es acusado de delincuencia organizada en la SEIDO. ¿Entonces de qué sirven los mentados exámenes?

 

Tener un jefe de policía corrupto también derrumba el mito de la Academia de Formación Policíal Ignacio Zaragoza, financiada incluso con recursos de la Iniciativa Mérida, y de la que se presume que vienen a capacitarse elementos de seguridad de todo el país. ¿A capacitarse en el robo de hidrocarburos?

 

Como último punto, está la millonaria inversión en infraestructura de seguridad pública. El periodista Héctor de Mauleón, apenas el lunes pasado, publicó en El Universal que los Arcos de Seguridad no sirven porque las revisiones a los vehículos son una decisión discrecional de los agentes. ¿Y quiénes toman las decisiones? En primera instancia Facundo, y luego su segundo de a bordo, el procesado Marco Antonio Estrada. ¿Este policía corrupto dejaba transitar a sus protegidos de la mafia de “chupaductos”? ¿Les enseñó cómo burlar los Arcos o él operaba para que nadie los viera?

 

Así que todo se reduce a una sola pregunta: ¿Qué tanto sabía Facundo Rosas de las actividades ilícitas de sus subordinados? Si lo sabía, es un corrupto, si no, un inepto. Y así no se puede quedar al frente de la SSP.

 

Yo creo que Moreno Valle lo va a poner de patitas en la calle. Ahora sí.

 

 

 

 

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