Manlio Fabio Beltrones ya es dirigente nacional del Revolucionario Institucional, y de cara al 2016, tendrá que poner orden en una carrera por la minigubernatura, en la que supuestamente no había nadie interesado, y a la mera hora, todos la quieren. Puebla es una de las 12 gubernaturas en disputa para el próximo año, y prioridad, si se tiene en cuenta que es una de las tres que en 2010 les arrebató la oposición. Así que poner orden en una carrera descontrolada, que por momentos empieza a devaluarse, es una tarea crucial para evitar el canibalismo que tanto daño ha hecho durante los últimos años.

Aquí le dejamos a Don Beltrone un pequeño cronograma de trabajo que le permitirá aclarar varios puntos que traen nerviosos a los tricolores.

1.- Con el cambio de dirigente nacional, ¿se va a mantener a Ismael Hernández Deras como delegado general del CEN en Puebla o habrá un cambio? El ex gobernador de Durango se ganó el respeto de todos los grupos, y su claridad como operador posibilitó la victoria del PRI en nueve distritos en las pasadas elecciones federales. Pero dicen que acabó harto de los priistas poblanos. ¿Preferirá el sonorense alguien de su confianza absoluta?

2- ¿Se va a mantener a Ana Isabel Allende Cano al frente de la dirigencia estatal o Manlio Fabio va a impulsar un nuevo liderazgo? La inminente ex diputada empezó de forma terrible su paso por el CDE, y sus ansias de protagonismo al robarse los tiempos de tele tensaron su relación con los candidatos. La llegada de Hernández Deras resultó un espaldarazo, y aunque tiene un poco de más experiencia, todavía no es garantía.

3.- ¿Cómo va a ponerse orden en una carrera que amenaza con desbocarse y a la que ya se suben personajes con nulo posicionamiento en las encuestas? ¿Habrá reglas o frenos para los adelantados?

4.- ¿Beltrones va a permitir que el aparato del gobierno federal continúe siendo monopolio de Juan Carlos Lastiri o instará a que todos los aspirantes sean invitados a los mítines que organizan las delegaciones federales?

5.- ¿En su plática con Blanca Alcalá le va a tolerar la verborrea con la que se escurre para 2016 o la va instar a una posición clara para definirse?

6.- ¿Cuál va a ser el papel que Mario Marín va a jugar? Aunque Beltrones fue uno de sus principales defensores en la crisis del escándalo Cacho en 2006, el “góber precioso” le jugó chueco después. ¿El sonorense va a impulsar su activismo electoral o le va a pedir que se vaya a guardar a su casa?

7.- Durante los seis años que compartieron escaño en el Senado, Melquiades Morales fue uno de los operadores de confianza del sonorense. Pero ahora Los Morales están más del lado del morenovallismo —basta ver cuántos cobran en la nómina del régimen— que del tricolor. ¿Los va a regresar al redil, o ya no contará con ellos? Fernando Morales Martínez puede ser el ejemplo del trato al clan.

8.- A los aspirantes que se quedan sin hueso a partir del 31 de agosto, como Enrique Doger o Javier López Zavala, ¿les va a conseguir chamba en alguna delegación federal o va a dejar que se rasquen con sus uñas?

9.- ¿A cuántos de los poblanos que llegan a San Lázaro va a impulsar a una posición relevante y a cuántos morenovallistas va a vetar para que asuman la presidencia de alguna comisión?

10.- Uno de sus mejores amigos es el empresario Ricardo Henaine, quien mantiene un litigio paralelo para recuperar el predio de Valle Fantástico donde se asienta el Museo Internacional Barroco. ¿Va a meter mano para ayudarle a ganar el litigio y demostrar que el morenovallismo cometió un abuso de poder?

11.- ¿Qué va ofrecerle a Juan Díaz de la Torre para que Nueva Alianza no se sume a la coalición morenovallista y deponga a Gerardo Islas como dirigente estatal antes de que inicie el proceso electoral?

12.- Por último: ¿el candidato del PRI se va a definir en una consulta a la base o en un cupulazo desde Los Pinos? ¿Qué conviene más para asegurar la unidad?