Tuesday, 23 de April de 2024

Jueves, 20 Agosto 2015 03:23

El ataque artero de los partidos a la sociedad poblana




Written by  Arturo Rueda

La mezcla de ambos abusos, el bloqueo de las candidaturas ciudadanas para hacerlas imposibles, más el incremento del 300 por ciento a su financiamiento, es un ataque artero de los partidos políticos a la sociedad poblana que dicen representar. Un abuso bíblico en tiempos en que, precisamente, la partidocracia no vive sus mejores momentos, ni mucho menos el régimen morenovallista, que es mayoría en el Congreso del Estado


Con letra grandota, los partidos políticos del Congreso poblano evidenciaron su postura retrógrada para bloquear la participación ciudadana a través de candados y absurdos que hacen las candidaturas ciudadanas una misión imposible. Lo hicieron de forma grosera para que los medios de comunicación y organizaciones civiles nos concentráramos en la #LeyAntiBronco y no descubriéramos el verdadero fondo de la reforma al Coipep.

 

Con letra chiquita, la partidocracia se sirve con la cuchara grande al triplicar el financiamiento público para sus actividades ordinarias: de acuerdo al artículo 47, la bolsa pasará del 20 % del salario mínimo vigente, al 65 %. Después del viernes, cuando la reforma al Coipep sea aprobada de forma exprés, PAN, PRI, PRD y anexas verán incrementados sus recursos en una forma brutal.

 

La mezcla de ambos abusos, el bloqueo de las candidaturas ciudadanas para hacerlas imposibles, más el incremento del 300 por ciento a su financiamiento, es un ataque artero de los partidos políticos a la sociedad poblana que dicen representar. Un abuso bíblico en tiempos en que, precisamente, la partidocracia no vive sus mejores momentos, ni mucho menos el régimen morenovallista que es mayoría en el Congreso del Estado.

 

Estos diputados, con el bloqueo a las candidaturas ciudadanas, pretenden detener el reloj de la historia, de la democratización de la sociedad. Absurdo: ni los regímenes más totalitarios lo han conseguido. La dictadura Fidel Castro en Cuba duró más de 50 años, pero ya se avizora el derrumbe. El régimen soviético un poco más, pero cayó con el mismo estrépito. Las olas democratizadores descubiertas por Samuel P. Huntington demuestran el absurdo de querer controlar el cambio político. Nadie lo ha logrado. Sólo van a quedar en ridículo.

 

Es un lugar común decir que la Historia los juzgará, pero ahora muchos de los firmantes de esa iniciativa retrógrada quieren escurrir el bulto: ya la desconoció Silvia Tanús del PRI y hoy lo hará Julián Hidalgo de MC. El primer defensor público es Jorge Aguilar Chedraui, pero agazapados están Carlos Martínez Amador, Susana Riestra, Julián Germán Jiménez, Juan Carlos Natale. Todos son sirvientes obedientes. ¿Quedará algo de ellos después de esto?

 

Lo peor es que, como ya ocurre con las fotomultas y los cobros del agua, van a acabar haciendo el ridículo cuando otra instancia le dé para atrás a esta reforma claramente inconstitucional: los parámetros de las candidaturas independientes ya están definidos en la Constitución, y alterarlos, los hace ilegales. Se pide el 2 %, no el 3 %, y nadie en su sano juicio quiere que las firmes se otorguen en las sedes de los organismos electorales. Cualquier partido puede impugnarlos, o en lo individual, con juicios ante el TEPJF. Se va a caer. Jurídicamente es indefendible.

 

El otro punto de la reforma, el dinero del financiamiento público, es otra clase de abuso de los partidos: es disponer del dinero de los contribuyentes como maquinas devoradoras de recursos que no devuelven ningún bien específico a la sociedad. Es cierto que ese financiamiento es inevitable en la democracia representativa: ¿pero triplicarlo? ¿No es un abuso?

 

Haciendo cálculos sencillos, con ese aumento al triple, la bolsa de los partidos pasará de 53 a 190 millones de pesos al año. El PRI será el partido más beneficiado, pues de 13 pasará aproximadamente a 45 millones al año. El PAN no se queda atrás: de 9 kilos al año pasará a 27 millones. Y el PRD, por ejemplo, de 5 millones disfrutará a casi 19 con la reforma al artículo 47 del Coipep.

 

¿Y de dónde sale ese dinero? Pues de las arcas públicas que son llenadas con los impuestos que pagamos los ciudadanos. ¿Y a honras de qué les vamos a aumentar el sueldo a los partidos políticos? Bueno, no aumentar, sino triplicar. ¿A quién de nosotros nos triplican el salario? ¿Puebla es menos pobre, menos insegura, menos desigual? ¿Por qué el premio?

 

A estas alturas, los adjetivos empiezan a terminarse para nuestra partidocracia, y sus hombres y mujeres enclavados en el Congreso. Partidos voraces. Abusivos. Insaciables. Avariciosos. Así serán calificados los hombres y mujeres que den legalidad a ambos ataques. Deberían pensárselo bien: pensar cuántos de los que se han sentado en esos curules pueden seguir una carrera política más o menos decente.

 

Y sobre todo, cuánto tardará su jefe en echarlos al matadero, como ahora que busca suavizar las fotomultas y pagos de agua. El reversazo histórico.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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