Saturday, 20 de April de 2024

Jueves, 17 Septiembre 2015 02:56

Martha Erika: ¿Primera Dama, rostro amable del gobierno o precandidata?




Written by  Arturo Rueda

El matrimonio Rafael-Martha Erika no es el primero en embarcarse en una transmisión monárquica del poder. Algunas parejas han fracasado y otras han tenido éxito. Los Clinton, por ejemplo, no han podido, aunque los Kirchner sí pudieron. Los Calderón están en vías de construirlo. En el caso de las gubernaturas, todos los ejemplos de intentar reelegirse vía la esposa han sido fallidos, y ya van muchos intentos. Es decir, a los electores no les agrada esa continuidad.


Nadie puede regatearle méritos a Martha Erika Alonso, pero tampoco nadie puede olvidar que se  trata de la esposa del gobernador Rafael Moreno Valle. Y por ello, recibe el beneficio del trato soft que tradicionalmente la prensa le otorga a la Primera Dama: un territorio vedado a la crítica, complaciente y que busca resaltar su papel de “rostro amable del gobierno”. Conforme ha avanzado el sexenio, Martha Erika ha sido más que ese “rostro amable”, y su influencia creció al interior del primer círculo conforme avanzó el sexenio y sólo se quedaron los incondicionales. Pero la esposa ha decidido cambiar de piel: entrar definitivamente a la arena política como próxima secretaria general del PAN, acompañada del joven pasante Jesús Giles en papel de títere. ¿Qué trato habremos de darle en lo futuro? ¿Primera Dama, rostro amable o alfil electoral con miras sucesorias?

 

La investigadora Sara Sefovich publicó en 1999 el clásico La Suerte de la Consorte, un libro que aborda el papel histórico de las Primeras Damas, el papel histórico que les tocó jugar, y cómo ha caído en desuso este trato “políticamente correcto”.

 

Tres ejemplos: Marta Sahagún, quien como esposa de Vicente Fox aspiró a convertirse en candidata presidencial y se convirtió en un lastre, pero fue la primera pareja que mutó el papel de “rostro amable” a convertirse en una figura con presencia propia y aspiraciones. La sociedad mexicana no se lo perdonó y avanzó al territorio del escarnio. Dos, Margarita Zavala, cónyuge de Felipe Calderón que pese a tener una carrera propia en el PAN, prefirió el perfil bajo durante el sexenio que habitaron en Los Pinos. Hoy los panistas recompensan esa prudencia con el liderazgo de la candidatura presidencial rumbo al 2018. No cayeron en la tentación reeleccionista.

 

Tres. Acostumbrada a los reflectores mediáticos por su largo estrellato como actriz de telenovelas, Angélica Rivera Hurtado fue un valiosísimo activo durante la construcción de la carrera presidencial de Enrique Peña Nieto, pero ya llegados a Los Pinos, desde la Casa Blanca se convirtió en lastre. Su aparición en YouTube para defender la propiedad de la mansión entró a la antología de la ignominia, y aunque desde entonces su imagen ha tratado de ser relanzada, “La Gaviota” cada vez vive más lejos del gusto de los mexicanos.

 

En la Suerte de la Consorte, Sefovich nos relata que el papel de la Primera Dama es un resumen de decisión personal, pero también del contexto, así como de la mentalidad dominante en la época. “Las Señoras”, antes, estaban reducidas a un papel de asistencia social. Pero ahora tienen aspiraciones y no siempre la sociedad las juzga correctamente. Precisamente es por eso que no sabemos el destino que le espera a Martha Erika Alonso ahora que ingresa a la arena política en la fase final del sexenio de su esposo, y dicen, preparando una candidatura a Casa Puebla en 2016 —como plan B— o en 2018.

 

En otras palabras: ¿los poblanos la ven a ver como una faceta más del continuismo morenovallista o podrá forjar una personalidad propia? ¿Son sus aspiraciones una Reelección encubierta de Moreno Valle? ¿Alguien puede creerse que no será la auténtica jefa del PAN desde la secretaría general, y el presidente Giles un simple títere? ¿Ha cambiado lo suficiente la mentalidad de los poblanos como para avalar su ingreso a la arena partidista?

 

No es un dilema sencillo. Pero el matrimonio Rafael-Martha Erika no es el primero en embarcarse en una transmisión monárquica del poder. Algunas parejas han fracasado y otras han tenido éxito. Los Clinton, por ejemplo, no han podido, aunque los Kirchner sí pudieron. Los Calderón están en vías de construirlo. En el caso de las gubernaturas, todos los ejemplos de intentar reelegirse vía la esposa han sido fallidos, y ya van muchos intentos. O sea, a los electores no les agrada esa continuidad.

 

Moreno Valle, como siempre, juega osado y coloca a su esposa en el PAN para cerrarle el paso definitivamente a los panistas tradicionales como Juan Carlos Mondragón, Lalo Rivera, Micalco y compañía. La llegada de Martha Erika se traduce, de facto, en su expulsión inmediata. Primero perdieron el padrón, luego la dirigencia y ahora, el futuro, ya que esta dirigencia permanecerá por los siguientes tres años. Es decir, les tocará conducir también el 2018.

 

Pero los riesgos de hacer ingresar a Martha Erika son muchísimos, y evidencia la soledad de un régimen que no encontró entre 36 mil panistas otra persona que no fuera de su familia. ¿A ese grado llega la desconfianza y la descomposición? Desde otra perspectiva, esta imposición puede leerse como una señal de desesperación, aunque en realidad creo que se trata de construir un plan B a Gali: si por cualquier cosa no va, ahí está puesta Martha Erika para lo que se ofrezca. 

 

 

 

 

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