Thursday, 18 de April de 2024

Viernes, 25 Septiembre 2015 02:38

¿Puede la esposa del gobernador ser dirigente panista y presidenta del DIF?




Written by  Arturo Rueda

No nos engañemos: Martha Erika Alonso desde el SEDIF dispone de recursos públicos. Ella ha tomado las decisiones de los programas prioritarios, cómo instrumentarlos, definición de beneficiarios, procedimientos, adquisiciones, compras gubernamentales y demás. Simplemente, dispone de recursos públicos, al margen de que exista un director general del organismo que solamente acata sus órdenes


Imaginemos, por un momento, que Angélica Rivera mejor conocida como La Gaviota, se postula para secretaria general del PRI con apoyo de su esposo Enrique Peña Nieto. ¿Qué ocurriría? Que el país entero, incluidos los partidos de oposición como Morena o el PAN, criticarían fuertemente el nepotismo presidencial. Pero vayamos más lejos. Imaginemos que durante sus giras, Angélica Rivera revela que, además de ocupar la secretaría general del PRI, pretende mantenerse al frente del Sistema DIF en su calidad de “presidenta honoraria”, una vez que la ley no la considera servidora pública porque no recibe un sueldo, y que la actriz de Televisa justificara este sinsentido afirmando que “una cosa no está peleada con la otra”.

 

¿Toleraría algo así Ricardo Anaya, dirigente nacional del PAN? ¿Qué la esposa sea, al mismo tiempo, dirigente partidista y responsable de la función de asistencia social que encarna el DIF, donde se usan cientos o miles de millones de pesos de recursos públicos? ¿Habría alguien en México que no pusiera el grito en el cielo?

 

Yo no me lo imagino.

 

Pero en Puebla se pretende que la esposa del gobernador, quien ya decidió dar el salto a la arena política postulándose para dirigir Acción Nacional, en fórmula con un joven pasante, a partir del 18 de octubre regrese a su cargo como presidenta honoraria del DIF, y mantenga ambas cachuchas. Es decir, por un lado tendría funciones partidistas, y por el otro, el uso de recursos públicos de la institución.

 

Así lo expresó ayer en una entrevista publicada en El Sol de Puebla, y más tarde, en una conversión con Iván Mercado en Oro Noticias. En la primera, cuestionada por el reportero Efraín Núñez, la esposa del gobernador dijo que "Tengo un compromiso en el DIF. Una vez que termine regresaré a mis funciones como presidenta honoraria. Seguiré trabajando de la mano de Jesús Giles para dar buenos resultados como secretaria general. Yo pedí separarme del DIF aunque la ley no me lo exige. Lo hice por un sentido de congruencia porque yo no quiero que una institución tan noble como el DIF se vea manchada porque digan que estoy utilizando recursos públicos para un fin político. El día que termine el proceso podré regresar", expuso.

 

Luego, manifestó que permanecerá en el cargo durante el proceso electoral del próximo año, en el que se elegirá gobernador por un periodo de un año y ocho meses. "Valoraré si pudiera haber otra separación. Si lo hago por respeto a la institución probablemente el día de la contienda electoral probablemente me vuelva a separar del cargo. Para mí el tema de congruencia y transparencia es lo más importante".

 

Por la mañana de ayer, ante los micrófonos de Oro Noticias, la aspirante a secretaria general del PAN —y que de facto será la dirigente estatal—, redondeó su idea de permanecer dobleteando ambas funciones, la partidista y la pública: “Una vez que concluya este proceso, regresaré a mis actividades al DIF, porque no lo impide una cosa con la otra, y algunas personas podrán cuestionarse y decir que utilizaré al organismo, pues no lo he hecho antes”.

 

La clave del dilema está en el “no lo impide una cosa con la otra”.

 

¿En verdad se puede ser cabeza del SEDIF, y al mismo tiempo, dirigente del PAN?

 

Si hay antecedentes fallidos en la promoción política de una pareja sentimental, no hay precedente en el hecho de que se pretenda que la esposa del gobernador mantenga el cargo en el que ejerce recursos públicos, con la posición número dos del partido en el poder. Porque no nos engañemos: Martha Erika Alonso desde el SEDIF dispone de recursos públicos. Ella ha tomado las decisiones de los programas prioritarios, cómo instrumentarlos, definición de beneficiarios, procedimientos, adquisiciones, compras gubernamentales y demás. Simplemente, dispone de recursos públicos, al margen de que exista un director general del organismo que solamente acata sus órdenes.

 

Vuelvo al imaginario ejemplo nacional de La Gaviota asumiendo la secretaría general del PRI y manteniendo su posición en el DIF, además de la influencia extraordinaria que le da ser esposa del Presidente. ¿Alguien avalaría semejante locura?

 

Yo no creo que Martha Erika Alonso tenga que someterse a este dilema, además de exponer al SEDIF a un desgaste innecesario. Mancharlo con la sospecha, como diría ella. Separar ambas cachuchas siempre será lo más pulcro y lo menos problemático. No tiene necesidad de meterse en un debate permanente sobre el aprovechamiento partidista que le da a los recursos públicos que administra —aunque en el papel sea solamente presidenta honoraria—.

 

De verdad, no. Es un riesgo absolutamente innecesario

 

 

 

 

 

 

 

 

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