Friday, 19 de April de 2024

Miércoles, 14 Octubre 2015 03:08

¿Cuánto durará este circo, Señor Procurador?




Written by  Arturo Rueda

Lo peor es que la Procuraduría de Víctor Carrancá no tiene ni idea de dónde está el supuesto cadáver de Paulina Camargo. Tiene una confesión de la que ya duda.  Primero buscó el cuerpo en el relleno sanitario de Chiltepeque.  Ahora, abandonada esa línea de investigación, busca a Paulina Camargo enterrada en el baño del departamento de Chema, donde escarbó 60 centímetros en los primeros días de octubre. Así como lo lee: la PGJ ahora cree que la mató y luego la enterró en el baño de su departamento en La Margarita. Por supuesto, no encontró ningún cuerpo.


No gusta nada, nadita, a la Procuraduría General de Justicia que se airee su desaseo en el caso Paulina Camargo.

 

Desaseo que no es el primero, ni el último, en las actuaciones de Víctor Carrancá.

 

La joven lleva desaparecida cincuenta y un días desde la tarde del 25 de agosto cuando fue vista por última vez.

 

Hace cuarenta y seis días que José María Sosa, a quien la dependencia y los medios le han atribuido erróneamente el carácter de novio o pareja sentimental, supuestamente confesó el homicidio de Paulina.

 

Confesión que, un día después, fue desvirtuada por la defensa del joven estudiante de Mecatrónica y sus padres por hacer sido obtenida bajo tortura.

 

En esa confesión, José María habría reconocido que la mató en su departamento ubicado en La Margarita y tiró el cadáver un contenedor de basura ubicado en la calle principal de la unidad habitacional. Luego, éste habría ido a dar al relleno sanitario de Chiltepeque.

 

La PGJ entonces difundió un gran operativo de búsqueda con personal de diferentes dependencias y maquinaria pesada.

 

Pero cincuenta y un días después, la PGJ sigue enredada en el caso.

 

José María Sosa no ha sido acusado de feminicidio u homicidio. Se le retiene bajo el cargo de delito en falsedad de declaraciones judiciales, y aunque tenía derecho a fianza, se le negó este beneficio para mantenerlo en cautiverio.

 

Mediáticamente, el joven ha sido destruído. Primero por un noviazgo que nunca tuvo, luego porque la PGJ filtró las conversaciones con Paulina Camargo, y ahora porque se le mantiene en prisión pero no se le acusa del homicidio o feminicidio.

 

Lo peor es que la Procuraduría de Victor Carrancá no tiene ni idea de dónde está el supuesto cadáver de Paulina Camargo.

 

Tiene una confesión de la que ya duda.

 

Primero buscó el cuerpo en el relleno sanitario de Chiltepeque.

 

Ahora, abandonada esa línea de investigación, busca a Paulina Camargo enterrada en el baño del departamento de Chema, donde escarbó 60 centímetros en los primeros días de octubre.

 

Así como lo lee: la PGJ ahora cree que la mató y luego la enterró en el baño de su departamento en La Margarita. Por supuesto, no encontró ningún cuerpo.

 

La Procuraduría de Víctor Carrancá trabaja en la oscuridad. Por eso no quiere que los medios se entrometan y se publiquen documentos oficiales de la investigación. No da detalles, ni cómos ni cuándos, el mínimo derecho en una investigación penal en cualquier lugar del mundo.

 

Manda cartas aclarando lo que nunca hizo público, y pide a la familia de la muchacha que descalifique una investigación periodística porque “entre más ruido, más difícil resolverlo”.

 

La noche del 25 de agosto se malograron tres vidas: la de Paulina Camargo, la de su bebé, pero también la del joven José María Sosa, condenado mediáticamente sin piedad.

 

Las investigaciones que presentó CAMBIO en los últimos días molestaron mucho a la dependencia.

 

En la primera de tres partes, se abordó la hipótesis del secuestro a partir de una llamada recibida en el celular del padre de la muchacha en el momento mismo en que se denunciaba la desaparición de Paulina.

 

La PGJ nunca informó de esa hipótesis, pero en carta aclaratoria afirma que sí investigó y descartó el celular desde el que se recibió la llamada.

 

Ayer, CAMBIO publicó que la mamá de Paulina Camargo declaró que José María Sosa no era su novio, sino free, y pese a ello, la PGJ alentó que los medios lo llamáramos novio y pareja sentimental.

 

Falso, entre ellos hubo sexo ocasional.

 

Para terminar, CAMBIO publica hoy las fotografías del baño escarbado en el departamento de José María, donde esperaban encontrar un cadáver enterrado y no encontraron nada.

 

También las fotografías de la reconstrucción de los hechos, en la que un sujeto de la misma complexión física y peso de José María Sosa no pudo cargar ni 20 metros a una persona en posición fetal del mismo peso que Paulina Camargo, cubierta con bolsas de basura y diurex escolar.

 

Hace cincuenta y un días que desapareció una joven embarazada, y hace cuarenta y seis que un joven supuestamente confesó un homicidio.

 

Pero todos esos días después, no hay ni cadáver, ni acusación formal por el crimen.

 

No hay nada.

 

¿Cuántos días más durará este circo, Señor Procurador?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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