El informe de avances sobre la construcción del Cuauhtémoc VIP fue la gota que derramó el vaso y definió el destino de Cabalán Macari: aunque el contrato firmado con la constructora Acapro de Hidalgo advertía que las obras durarían 301 días naturales, por lo que se preveía que fuera terminado a finales de junio de este año, las bitácoras indicaban que hasta la semana pasada la remodelación apenas tenía un avance del 20 por ciento. De acuerdo con el calendario más optimista, la inauguración del nuevo coloso se movería hasta diciembre, pero en los pasillos de la Secretaría de Transportes e Infraestructura se dice que la fecha más realista es hasta… ¡Mayo de 2016!

Pero no es la única mala noticia en torno a los macroproyectos de infraestructura con los que se pretende cerrar el sexenio: otra de las obra estrella del régimen, el Museo Internacional Barroco, ni de broma será terminado para el 15 de enero de 2016, por lo que el gobernador Moreno Valle no podrá rendir ahí su quinto informe de gobierno. La estructuración del proyecto financiero por parte de La Peninsular de Jorge Hank retrasó el avance físico de la obra, que actualmente sigue en la fase de cimentación. Y aunque en estricto sentido este macroproyecto no forma parte de las responsabilidades de Cabalán, sino del CAPCEE de Diego Corona Cremean, la secretaría es cabeza del sector.

En apenas dos semanas se le vino encima el mundo al suplente de Ángel Trauwitz, y es que en el morenovallismo los estados de ánimo positivos tienen plazo máximo de una semana. Ante las dudas de la victoria de Mario Rincón en el distrito de Tepeaca, el gobernador decidió proteger a su amigo enviándolo a una demarcación más segura, el Distrito XII de la capital. En una muestra de confianza se negó a designar titular en la dependencia, dejando sólo a un encargado de despacho, lo que aseguraba la posibilidad de que Cabalán retornara al final del proceso electoral federal, y ya hasta septiembre se decidiría si Trauwitz se quedaba en la curul o su suplente se quedaba con ella. Eran días felices para el amigo del gobernador.

Con el paro de trabajadores de la empresa Acapro la semana pasada en las obras del estadio, se destapó la cloaca. Los hidalguenses se defendieron diciendo que había retrasos en los pagos, y por ello no habían podido liquidarles sus jornales a los albañiles. Comenzó la revisión del expediente, la constatación de avances físicos, y entonces se descubrió el terrible retraso que provocará que el Cuauhtémoc VIP quede listo hasta mayo de 2016, un mes antes de la elección de minigobernador. ¿Pero, y si vuelve a haber otro retraso?

Moreno Valle no puede llamarse a sorpresa. Si la gestión de Antonio Gali como secretario de Infraestructura estuvo caracterizada por la entrega puntual de las obras, la de Cabalán fue todo lo contrario: un rosario de retrasos y sobrecostos. El gobernador siempre encontró justificación para la ineficiencia de su amigo: que si la obra tuvo modificaciones al proyecto original como en el Parque Ecológico, que si Chana, que si Juana. Pero la realidad es que prácticamente todas las obras del 2013 y 2014 tuvieron severos retrasos, por no hablar de los sobrecostos.

Luis Banck es el bombero a cargo de la Secretaría de Infraestructura y Transporte para apagar el fuego generado por los retrasos en el Cuauhtémoc VIP y el MIB. Aunque nunca ha trabajado en el tema y su cambio de dependencia pone en riesgo la elevación de indicadores en la lucha contra la pobreza, su gran valedor es el alcalde Tony Gali Fayad, quien lo hizo volver a Puebla pero después fue prácticamente raptado para asumir la Sedeso. Gali le ha prometido a Moreno Valle ayudar a Banck a poner en orden a todas las constructoras para lograr lo que se hizo en su etapa: entregar en tiempo y obra, y sin que cuesten más caras.

Por supuesto, Cabalán fue el primer sorprendido al quedarse sin secretaría. Pero no puede tampoco hacerse el sorprendido: entregarle la obra del estadio de Acapro de Hidalgo fue un error mayúsculo. Como reportó oportunamente CAMBIO, la empresa casi fantasmal, no tenía la capacidad de ejecutar la obra ya que el único antecedente encontrado fue un contrato de 15 millones del tuzobús en Pachuca. De hecho, la obra ya registra un sobrecosto de 25 por ciento, al pasar de 566 a 713 millones. ¿Por qué el incremento?

¿Podrá Banck poner en orden a Acapro y a la Peninsular?Se ve difícil. Aún con la ayuda de Tony Gali.