Friday, 29 de March de 2024

Martes, 10 Marzo 2015 02:31

El juicio histórico al morenovallismo: las inversiones de Audi y Volkswagen




Written by  Arturo Rueda

Solamente la perspectiva histórica de los hechos le da brillo al anuncio de la nueva inversión, que ayer la transnacional germana hizo oficial. En 2010, hartos del marinismo, Volkswagen redirigió sus inversiones a Guanajuato para montar en Silao una planta de motores por 500 millones de dólares. “El Góber precioso” ni se inmutó, pese a que los directivos llevaban todo el sexenio pidiéndole que mejorara las vialidades externas de la planta. Prefirió inventarse La Célula


Se dice fácil, pero el grupo Volkswagen ya lleva invertidos en Puebla alrededor de 3 mil millones de dólares, más o menos 45 mil millones de pesos. En 2012 se decidieron por San José Chiapa para la primera planta Audi del continente, valuada en mil 300 millones de dólares. A mano limpia se la ganamos primero a Estados Unidos y a Brasil, luego a Guanajuato y Querétaro, que eran los mejores postores. Con la confianza restablecida, y con las obras perimetrales a la planta de Cuautlancingo que había pedido desde hace años, le pusieron otros 700 millones de dólares para fabricar el Golf VII, que fue declarado como el mejor auto del mundo. Ahora, los directivos germanos se deciden por otra ampliación para armar las camionetas Tiguan, que compartirán proveeduría con la Q5 de Audi.

 

En 2060, cuando ya nadie se acuerde de Moreno Valle, sus puentes, su concreto hidráulico, sus CIS, su Ruedota de la Fortuna y su Museo Internacional Barroco, o de sus aspiraciones presidenciales, lo único que seguirá presente de su sexenio serán las plantas de Audi y Volkswagen. Tehuacán probablemente habrá dejado de ser el segundo municipio de la entidad, posición que ocupará San José Chiapa, que pinta para ser el Silao de Puebla: un municipio con vocación para el desarrollo industrial. En la cuenca Nopalucan y de Lara Grajales, donde ahora no hay casi nada, habrá una ciudad boyante, con empleos, desarrollo inmobiliario, comercial y de servicios. El rostro de Puebla se habrá reconfigurado.

 

Podrá haberse equivocado en muchas cosas, pero la apuesta del gobernador poblano por el turismo y la industria automotriz es su gran acierto de cara al futuro. El pastel de ese tipo de manufactura sigue creciendo en el país, y a diferencia de la década anterior, Puebla está tomando su rebanada. Los datos invitan al optimismo ya que se prevé que para 2020 se fabriquen 5 millones de vehículos y México se convierta en el sexto país productor en el ranking mundial. Las divisas que deja esa industria ya superan a las que produce la exportación de petróleo. A Brasil, que era nuestro competidor directo, lo dejamos atrás el año pasado. Y por muchos vehículos.

 

Solamente la perspectiva histórica de los hechos le da brillo al anuncio de la nueva inversión, que ayer la transnacional germana hizo oficial. En 2010, hartos del marinismo, Volkswagen redirigió sus inversiones a Guanajuato para montar en Silao una planta de motores por 500 millones de dólares. “El Góber precioso” ni se inmutó, pese a que los directivos llevaban todo el sexenio pidiéndole que mejorara las vialidades externas de la planta. Prefirió inventarse La Célula, un “elefante blanco” que al día de hoy nadie quiere ni regalada. Más de 600 millones de pesos tirados a la basura mientras dejaba de apapachar a los meros gallos.

 

Moreno Valle llegó al gobierno y se propuso mejorar la relación. Les arregló las vialidades externas para demostrarles que habría un nuevo clima para la inversión. Lo dejaron volverse postor en la extraordinaria carrera por la planta Audi. Es cierto: para ganarla se hicieron muchos compromisos que sumaron más de 8 mil millones de pesos entre obras de infraestructura, incentivos fiscales, terreno, carretera e ingenierías. Entre los puntos negativos estuvo concederle a Leobardo Soto y a la CTM el control de las obras a cambio de que no peleara el contrato colectivo del nuevo sindicato. A VW le fue fatal en Silao al permitir que la CTM se adueñara de la planta de motores.

 

Entre los incentivos fiscales, Moreno Valle ató de forma mañosa nuevas inversiones del grupo germano al autorizar una exención de 10 años el pago del Impuesto sobre la Nómina. Por eso Volkswagen se anima a traer nuevas inversiones y contratar más empleados: no le cuestan un peso en impuestos, como sí ocurre en Guanajuato y Querétaro. Plan con maña: más trabajadores, más empleos, más formalidad. Trato de político, espíritu de negociante.

 

Audi y Volkswagen serán elementos fundamentales a la hora de hacer el juicio histórico al morenovallismo. Pero tiene razón el gobernador: será su sucesor quien disfrute los resultados de estas gestiones que consolidan a la entidad con uno de los clústers automotrices más potentes de México y, quizá, de América. A él sólo le tocará atestiguar la salida del horno de la primera Q5 de San José Chiapa. Probablemente ya no le tocarán las Tiguan made in Puebla, ni la subida fenomenal del PIB de la entidad. Las crónicas periodísticas de 2060, sin embargo, harán inevitablemente referencia al hecho de que la Segunda Época de Oro de la industria automotriz arrancó con Moreno Valle. 

 

 

 

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