Friday, 19 de April de 2024

Martes, 12 Mayo 2015 02:15

El PRI sale de terapia intensiva y encuentra un mariscal de guerra




Written by  Arturo Rueda

El objetivo electoral tiene dos bandas. Reanimar al voto duro que en el contexto de la elección intermedia puede darles el triunfo en varios distritos, pero también mandar al abstencionismo a los votantes decepcionados en 2015 del voto que le dieron al proyecto morenovallismo en 2010. Precisamente por eso se pone en juego las políticas públicas más controvertidas del régimen, aquellas que pueden generar decepción en quienes pensaron el cambio de forma diferente.


Sin necesidad de muchos aspavientos o de asumir un protagonismo innecesario, Ismael Hernández Deras se ha convertido en el gran animador del —hasta la semana pasada— alicaído proceso electoral. De su oficina salió la decisión de embarcar al tricolor en la campaña de contraste para explotar las debilidades del morenovallismo y centrar los comicios en un referéndum hacia la gestión estatal con un doble objetivo electoral: reanimar al desanimado voto duro priista, que una y otra vez se ha quedado esperando participar de una verdadera ofensiva, y desanimar al voto convertible que en 2010 “abrió los ojos” y le dio la victoria en 2010 a Moreno Valle. Las coordenadas de una elección federal, así, se mueven absolutamente hacia el ámbito local.

 

Los candidatos del PRI hablan maravillas de Hernández Deras como no lo hicieron del “capo” de Colima y de la yucateca Angélica Araujo. Dicen que, por fin, el CEN atinó en el nombramiento de su delegado que ya se vino a vivir a Puebla. Lo describen como un operador electoral probado, estudioso, que hizo renacer la disciplina partidaria y que tiene línea directa con Osorio Chong y César Camacho para tomar decisiones inmediatas, sin postergarlas ad infinitum como hacía Araujo. Además, que no tiene la tentación de estudiar la psique de los políticos poblanos, sino que su misión es ponerlos a trabajar.

 

El duranguense, con apenas tres semanas en territorio local, se ha ganado el respeto de los peces gordos porque no escucha las grillas, sino que se dedicar a estudiar obsesivamente la realidad electoral de cada distrito para poder hacer modificaciones en la estructura. Se sabe fuereño pero no le interesa el protagonismo: sus mensajes son hacia adentro, no hacia afuera. Hasta ahora, dicen, ha trabajado en tres sentidos.

 

Uno, reparar la disciplina al interior del PRI. Fue el encargado de transmitir la orden del boicot al desfile del 5 de mayo tanto para delegados, dirigencia, diputados y senadores. Salvo dos extraviados, todos acataron sin chistar. Si la orden hubiera provenido de Ana Isabel Allende, todos hubieran dudado y habrían tocado las puertas a su alcance para conocer si era real la orden del boicot. Ahora no hubo grillas ni indisciplinas. Peces gordos, medianos y chicos se cuadraron.

 

Dos, quitarle el miedo a los priistas, haciendo sentir el respaldo tanto de Segob como del CEN. Por diferentes circunstancias, al interior del PRI se han dado cuenta de la línea directa de la que goza Hernández Deras, quien sólo le reporta a dos jefes. La base de su liderazgo ha sido el realismo y cumplir lo que promete. Su primer manotazo cuando le llegó el rosario de peticiones de los candidatos —no soy Santa Claus— fue dura pero necesaria, pero generó confianza.

 

En la última semana, se ha dedicado a convencer a sus huestes de que los morenovallistas no son invencibles, y de que en Los Pinos, Segob y CEN hay una postura común para acotar, ipso facto, el proyecto presidencial de Moreno Valle. Acompañar la denuncia de Nancy de la Sierra sobre el hostigamiento que enfrenta en Teziutlán a manos del edil barbárico Antonio Vázquez fue una muestra de respaldo que ningún otro delegado había dado.

 

Tres, afinar el mensaje y la estrategia de aire. La campaña de contraste salió de su escritorio frente a las dudas que continuamente expresó Ana Isabel Allende Cano. Se entiende su molestia: aunque el spot de TV es genérico, son los candidatos a diputados federales quienes protagonizan la ofensiva a través de sus spots de radio regionales, adaptados a las quejas que reciben en sus distritos. Nancy, por ejemplo, habla del retiro de los registros civiles en las comunidades y los despedidos, mientras que Giorgana lo hace sobre la privatización del agua.

 

Como señalamos líneas arriba, el objetivo electoral tiene dos bandas. Reanimar al voto duro que en el contexto de la elección intermedia puede darles el triunfo en varios distritos, pero también mandar al abstencionismo a los votantes decepcionados en 2015 del voto que le dieron al proyecto morenovallismo en 2010. Precisamente por eso se pone en juego las políticas públicas más controvertidas del régimen, aquellas que pueden generar decepción en quienes pensaron el cambio de forma diferente.

 

La única duda en el war room generado por Hernández Deras es sobre la respuesta del morenovallismo: si contratacarán la campaña de contraste, y con qué argumentos lo harán. ¿Atacarán a Peña Nieto y al gobierno federal? ¿Con qué temas? O caerán en la trampa de tropicalizar la elección federal, y centrar su fuego en el pasado del “Góber Precioso”. ¿Será la última vez que puedan explotar la figura del ex gobernador Mario Marín?

 

La maquinaria del PRI se echó a andar y ya nadie duda de que Hernández Deras es el mariscal de guerra que se esperaba desde hace tiempo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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