Tuesday, 16 de April de 2024

Viernes, 22 Mayo 2015 02:52

El agujero económico en las finanzas poblanas: 3 mil millones en un trimestre




Written by  Arturo Rueda

Lo único que queda claro es que el morenovallismo, para enfrentar la caída de 3 mil millones en el primer trimestre de 2015, lo único que hizo fue ajustar en la misma cantidad la nómina gubernamental. El lado negativo es el costo político de los despidos, precisamente, en las semanas previas a las elecciones federales. Esa es una variable que no puede olvidarse en las encuestas que reflejan una caída en las preferencias a favor del PAN, y que han movido un hipotético resultado más favorable hacia el PRI de lo que originalmente se había previsto


Bien dicen que los únicos golpes que duelen son los que van dirigidos al bolsillo. En el primer trimestre de 2014, el gobierno morenovallista tuvo ingresos por 25 mil 555 millones de pesos, mientras que en el mismo periodo de este año bajaron a 22 mil 675 millones, resultado de la caída en participaciones y recursos federales tras el desplome de los ingresos petroleros.

 

Es decir, apenas en el periodo enero-marzo las arcas estatales perdieron casi 3 mil millones de pesos reales constantes y sonantes. Si la tendencia se reprodujera en los tres trimestres restantes de 2015, el morenovallismo estaría perdiendo alrededor de 10-12 mil millones de pesos comparado con los recursos recibidos el año anterior. El apretón económico es brutal por donde se le vea.

 

El pretexto oficial, ya se sabe, es que llegó la hora de ajustarse el cinturón. Aunque el precio del barril del petróleo se ha estabilizado en 55 dólares por barril —luego de que en enero llegó a caer por debajo de la barrera de los 40 dólares—, ese precio está lejano de los 80 considerados en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2015. De tal forma que el gobierno federal decidió arrancar los ajustes tempranos. Redujo el gasto federal en alrededor de 150 mil millones para empezar, pero también ya se vio que comenzó a apretar el gasto de los estados. Y Puebla es uno de los que sufren las consecuencias.

 

Cuando Roberto Moya ya tenía las maletas hechas para irse de la Secretaría de Finanzas y Administración, comenzó a delinearse la política de austeridad para enfrentar los recortes. Primero vino el tijeretazo salarial para mandos superiores y medios, comenzando por el gobernador y secretarios, y terminando por los directores de área. Pero las rebajas salariales no fueron suficientes y entonces se tomó la medida más dolorosa y radical: arrancar los despidos en la parte baja de la burocracia como una forma de ajustar el gasto sin reducir el ritmo de inversión de las obras públicas, fase que le tocó ya al nuevo titular de la SFA, Roberto Rivero Trawartha.

 

¿Cuántos burócratas han sido despedidos a lo largo de 2015?Nadie quiere dar una cantidad exacta, aunque se sabe que lo mismo le ha tocado a los de base que a los de confianza. Pero para darle un idea, basta analizar las cifras emitidas por el propio gobierno morenovallista.

 

En el primer trimestre de 2014 erogaron 5 mil 600 millones en el capítulo 1000 de Servicios Personales. En el mismo periodo de 2015, esa cifra se redujo hasta 2 mil 520 millones de pesos. Un tijeretazo brutal a la nómina de 56 por ciento. ¿Cuántos burócratas se fueron a la calle para provocar tal ahorro?

 

Ahora, según la versión oficial, los despidos de los burócratas comenzaron hasta la primera quincena de marzo, de tal forma que el impacto real podría conocerse hasta el informe de finanzas públicas del segundo trimestre del año correspondiente a abril-junio. Pero la pregunta sigue siendo la misma: ¿cuántos burócratas fueron dados de baja en realidad para alcanzar el tijeretazo en la nómina?

 

Lo único que queda claro es que el morenovallismo, para enfrentar la caída de 3 mil millones en el primer trimestre de 2015, lo único que hizo fue ajustar en la misma cantidad la nómina gubernamental. Ningún otro capítulo del gasto fue tocado, pese a que entre ingreso y egreso devengado, hay un superávit en caja de 8 mil millones de pesos. Y esto tiene una buena y una mala noticia: el gobierno estatal va a cumplir su promesa de no afectar el gasto de inversión, por lo que las obras continuarán.

 

El lado negativo es el costo político de los despidos, precisamente, en las semanas previas a las elecciones federales. Esa es una variable que no puede olvidarse en las encuestas que reflejan una caída en las preferencias a favor del PAN, y que han movido un hipotético resultado más favorable hacia el PRI de lo que originalmente se había previsto. El tobogán económico tiene una traducción electoral que no puede pasarse por alto.

 

¿Pudo el morenovallismo haber retardado los despidos para el segundo semestre del año a fin de ahorrarse el voto de castigo? Muy probablemente. Pero hubiera sido una irresponsabilidad que lo único que habría agravado el escenario económico a la baja que vive Puebla, pero también el país.

 

En la SFA se insiste: si el 2015 va a ser grave en materia de finanzas, el 2016 puede ser una hecatombe. Así que es mejor comenzar tomar medidas dolorosas antes de ahogarse y no poder cumplir con los compromisos de obra pública como el Hospital de Traumatología, el Museo Internacional Barroco y la remodelación del Cuauhtémoc VIP, entre otros muchos proyectos. Ya veremos cómo les sale la apuesta. Pero como diría Clinton, “it’s the economy, stupids”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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