En el AMLOpocalipsis todo se va a mezclar: pandemia, colapso de hospitales, crisis económica, desempleo masivo, inseguridad desbordada, disturbios, saqueos, profundización de la desigualdad y polarización política. Todo aderezado con odio desbordante. Todo agravado por un gobierno ausente.
Andrés Manuel López Obrador también dijo que pese a que el país se está en un momento muy difícil todo indica que la curva de contagios por Covid-19 va en descenso.
Ese decreto será un cisma, un boquete histórico para el centralismo con el que López Obrador diseñó su 4T: gobernadores tapetes, floreros, incapaces de hacer valer su soberanía estatal. Se lo habíamos anticipado antes que nadie este choque de trenes.
El subsecretario en su conferencia de ayer presentó los datos del Valle de México, CDMX, Oaxaca, Cancún, Tijuana, Villahermosa, Cuernavaca, Acapulco. Pero no Puebla, una de las principales ciudades atrapadas en la escalada. ¿Por qué se comió los datos de Puebla? Muy fácil: para no darle insumos informativos al gobernador poblano
El subsecretario de Salud presentó el informe semanal de las curvas de contagio en los estados donde la pandemia atraviesa su momento más crítico, así como el incremento de su movilidad en recientes días, pero nunca menciona a la entidad poblana
El Gobierno federal se negó a dar marcha atrás al regreso del sector automotriz el próximo 1 de junio, pese a la petición del gobernador Miguel Barbosa ante el incremento de los casos de COVID-19 en la entidad y la mayor parte del país.
Según las fuentes, el gobernador poblano volvió a retomar la voz de la inconformidad y les dijo a las autoridades federales que su sistema de semáforos no va a servir de nada, sino todo lo contrario. A esa hora ya había franca incomodidad de la titular de Gobernación, quien cree que todos son floreros como ella… bien entiende.
Puebla está al borde del abismo: miles de poblanos comenzarán a salir a las calles con pretexto, porque sin pretexto miles se dieron vuelo los fines de semana con los tianguis y los torneos de futbol. Ante la inacción de los presidentes municipales para aplicar con firmeza los decretos de Susana Distancia, todos se dieron vuelo
El subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, le ‘echó la bolita’ a los gobernadores para que sean quienes asuman la responsabilidad de la reapertura de los negocios y espacios públicos en sus respectivos estados, deslindando al Gobierno federal de cualquier decisión que puedan tomar para evitar que aumenten los contagios en las entidades.
López Obrador le transfiere el costo político de la pandemia a los gobernadores. En Puebla, se lo transfiere a Barbosa, sobre quien recaerá el recuento de los enfermos y muertos, así como de la saturación de los hospitales, y del cierre de las actividades económicas