Domingo, 19 de Mayo del 2024

A un paso de los 5 mil fallecimientos por coronavirus: ESTOS SON NUESTROS MUERTOS

Miércoles, 04 Noviembre 2020 02:30
A un paso de los 5 mil fallecimientos por coronavirus: ESTOS SON NUESTROS MUERTOS

El virus no ha perdonado profesiones, pues han fallecido médicos, enfermeras, locutores, obreros, empresarios y hasta sacerdotes durante los ocho meses que lleva el virus en Puebla

Fernanda Escobedo

@mf_escobedo



 


Más de cuatro mil 900 poblanos han fallecido a consecuencia de COVID-19 en los primeros ocho meses de la pandemia, pero atrás de esta cifra hay rostros de sufrimiento, tragedia y también dolor de las familias al no poder despedirse de sus seres queridos.


El virus no ha perdonado profesiones, pues han fallecido médicos, enfermeras, locutores, obreros, empresarios y hasta sacerdotes durante los ocho meses que lleva el virus en Puebla.


Con información recabada por CAMBIO, a continuación se presentarán los perfiles de aquellas víctimas que se fueron en medio de la pandemia, dejando sufrimiento a sus familiares y amigos.


“Sonríe, yo invito”: el doctor Callejas



En agosto Puebla vivía en el pico de la pandemia por COVID-19, pero una noticia cimbró a los poblanos: la muerte del doctor Callejas, aquel que se contagió por donar más de cinco mil caretas a sus colegas.


“Sonríe, yo invito” es la frase por la que será recordado el doctor Juan José Callejas Esponda debido a que antes de morir por el virus dejó un video a su familia y amigos donde utilizó este lema.


El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) le negó la atención médica cuando contrajo el virus, por lo que Callejas Esponda tuvo que peregrinar enfermo a diferentes nosocomios para ser atendido, situación que complicó su enfermedad.


El ‘médico héroe’, con 40 años de edad, esposo entrañable y padre de dos pequeños, perdió la batalla contra el coronavirus el pasado 1 de agosto.


Enrique Limón, el comunicador que dejó una sonrisa



Puebla perdió a un comunicador cómico que hizo sonreír a los poblanos en los años 90: Enrique Limón.


El hombre que debutó a Germán Ortega, como Arlequín, en su programa “El Club de la Buena Suerte” en la década de los 90´s, falleció el 8 de septiembre víctima de COVID-19 en el hospital La Margarita del IMSS.


Ante ello, Fernanda Limón, hija del ex conductor, mencionó que no era motivo de vergüenza decir que su papá fue víctima del virus: “Mi papito entró al IMSS de La Margarita y ya no pudo recuperarse. Mi papá murió de COVID, no me da pena decirlo, no es motivo de vergüenza, sino de alerta, esto existe, les digo a todos que se cuiden mucho, esto no es un invento”.


Don Dani; primer muerto por COVID era camillero



José Daniel Ortiz dejó a un lado la jubilación para convertirse en camillero del Hospital Ángeles, donde se contagió de COVID-19. Don Dani, fue la primera víctima de coronavirus en Puebla.


El 29 de marzo, Don Dani falleció a consecuencia del bicho en el Hospital Universitario de la BUAP.


Era padre de familia, vivía con su esposa e hijos. Los amigos lo describieron como una persona que siempre luchó por darle lo mejor a los suyos.


Existen versiones de que contrajo el virus en el hospital privado al estar trasladando a los primeros infectados sin un equipo de protección de alta calidad que evitara el contagio.


Jorge Armando, el instructor de gym que perdió la vida



Jorge Armando Sánchez Torres, amante de fisicoculturismo, falleció a causa del virus. El joven de 39 años era padre de familia de un pequeño de nueve años, esposo y dueño del gimnasio Perfect Body Gym en la capital poblana.


El pasado 8 de julio, el atleta fitness perdió la batalla luego del calvario que sufrió en el Hospital Betania. De hecho, su esposa reveló que querían cobrarles hasta 300 mil pesos por la atención médica.


Los compañeros dedicados al fisicoculturismo mencionaron que ahora el ‘campeón’ estará cuidándolos desde el cielo tras las múltiples preseas que ganó a lo largo de su trayectoria.


El matrimonio de doctores, juntos hasta la muerte



Una de las historias más estremecedoras de esta pandemia fue el caso de los médicos Gerardo Zenteno Gutiérrez y Esperanza Bravo Ruiz, cónyuges que se contagiaron de COVID-19 y fallecieron casi al mismo tiempo.


El matrimonio abrió la clínica familiar “Nuestra Señora de los Ángeles” en San Jerónimo Caleras, pero ahí encontraron la muerte.


El primer contagiado fue el ginecobstetra Zenteno Gutiérrez, quien tras varios días de agonía falleció el pasado 25 de abril. Mientras que la pediatra Esperanza Bravo también contrajo el virus y falleció el 19 de mayo por la misma causa.


El Payasito Regalito, dejó de sonreír



El 25 de mayo, el payasito Regalito falleció por COVID-19; así lo reveló su compañero de show, Rabanito.


El encargado de arrancar sonrisas a los niños perdió la batalla contra el virus; es más, al principio Regalito no creía en el bicho.


Por no creer, por pensar que no es cierto”, así fue como el payasito Rabanito lamentó la muerte de su querido amigo, aunque se desconoce en dónde contrajo el virus.


Ángel Ignacio, el obrero de la Volkswagen



Dentro de la planta armadora alemana se registraron tres fallecimientos por coronavirus, siendo una de las víctimas Ángel Ignacio M, originario de Coronango y quien tras complicaciones de neumonía y la agonía de permanecer más de 10 días internado en el IMSS La Margarita, perdió la batalla contra esta enfermedad.


La empresa se enteró de que el obrero se encontraba contagiado, por lo que frenó las operaciones del proceso de prensas el pasado 26 de marzo por la tarde; dicha nave se mantuvo suspendida durante cuatro días.


El trabajador de dicha empresa alemana apenas contaba con 39 años de edad y vivía en San Francisco Ocotlán, perteneciente al municipio de Coronango. Pese a los esfuerzos del personal médico, su deceso ocurrió el 3 de abril.


Germán Enríquez Galicia, el profesor querido del CENHCH



El 19 de mayo fue el día en el que el coronavirus le arrebató la vida al profesor Germán Enríquez Galicia, del Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec (CENHCH), pues fue uno de los maestros fundadores de esta casa de estudios que vio pasar a decenas de generaciones.


Además de ser uno de los profesores más entrañables, también era padre de familia y esposo. Contaba con más de 60 años de edad. Sus seres queridos aún no conciben en dónde pudo contagiarse, ya que acató todos los protocolos de sanidad y no salía mucho de su domicilio.


Fueron varios días de agonía los que el ‘profe’ estuvo internado en el Issste, totalmente aislado, hasta que murió por esta enfermedad. Toda su familia se contagió de COVID-19, pero sólo el ‘profe’ Germán falleció.


Los Álex, camilleros que vinieron a Puebla a trabajar



En junio se dio a conocer la triste historia de Alejandro López Cano y Alejandro Vélez Silva, los camilleros que llegaron a Puebla para trabajar y luchar contra el COVID-19, pero encontraron la muerte cuando laboraban en Issste Regional de Puebla.


López Cano, conocido como Álex, era aficionado a las motocicletas. Estudió en el Colegio Minimalista de Ciencias Penales, pero ante la situación del coronavirus decidió ser camillero del Issste, atendiendo diariamente a pacientes de este recinto. Falleció con apenas 31 años de edad.


Vélez Silva, el otro camillero de 32 años, era esposo y además padre de dos pequeños. También es uno de los héroes de la salud que ha fallecido por COVID-19.


La madre de familia que dejó a una pequeña



Miriam Marín Rodríguez apenas tenía 25 años de edad cuando falleció por coronavirus el pasado 19 de mayo, dejando en orfandad a su hija de tres años de edad. Así lo dio a conocer su hermano Iván, quien incluso publicó en sus redes sociales la pesadilla por la que estaba atravesando su familia con el fin de mostrarle a la población de que esta enfermedad es real.


El poblano mencionó que su hermana a pesar de mantener los cuidados para evitar contagiarse, no fueron un impedimento para que su cuerpo contrajera la enfermedad, pues ella tenía que salir a trabajar todos los días para mantener a su pequeña y a su abuelita, quien vivía con ella.


La historia de Miriam es uno de los miles de casos de poblanos que se ven en la necesidad de salir a ganarse unos cuantos pesos con el fin de llevar el pan a la mesa. Pese a ello, no todos corren con la misma suerte.


La Jefa Mirna evitó jubilarse para luchar contra COVID



La jefa de piso del Hospital Manuel Ávila Camacho del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Mirna Angélica Pérez Campos, murió como toda una heroína; pese a que tenía la opción de jubilarse, decidió quedarse al frente del ‘Ejército Blanco’. Sin embargo, falleció por insuficiencia respiratoria después de infectarse de COVID-19.


‘La Jefa’, como era llamada por sus compañeros del Hospital Manuel Ávila Camacho, mejor conocido como San José, perdió la vida tras mostrar múltiples secuelas por COVID-19, ya que a pesar de que fue hospitalizada y posteriormente mandada a su domicilio para completar el proceso de recuperación, fue una insuficiencia respiratoria la que provocó su muerte.


Lino, el anestesiólogo del IMSS La Margarita



El Hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social Zona 20 La Margarita ha sido el nosocomio con más casos registrados de muerte dentro de su personal del sector salud por coronavirus, siendo una de las víctimas Lino Chávez Arteaga, quien pereció el pasado 19 de mayo.


El doctor ‘Lino’, como era llamado entre sus compañeros y amigos, trabajó en el IMSS La Margarita durante el turno vespertino en la capital poblana. Además de médico, también era maestro del área de medicina y anestesiólogo.


Sin embargo, tras presentar síntomas por coronavirus, tuvo que ser internado en el IMSS San José debido a complicaciones en las vías respiratorias y problemas cardiovasculares. Falleció a las 10:55 horas del día antes mencionado.


Sacerdotes también fueron víctimas



Son más de 12 sacerdotes los que han fallecido por esta enfermedad; sin embargo, los más queridos por los feligreses eran Juan Francisco Espino Godínez y Joaquín Fausto Silva Omaña, ambos murieron el mismo 2 de junio.



Espino Godínez fue párroco en la iglesia de San Miguel Hueyotlipan y Silva Omaña en la parroquia de Ixtacamaxtitlán.


Ambos fueron recordados como unos padres humildes, serviciales y que siempre se mantuvieron al pendiente de sus comunidades, siendo una pérdida irreparable para los habitantes y para la Arquidiócesis de Puebla.