En un día de obligado recogimiento para los que permanecen confinados, la opción de seguir el informe a través de la radio y la televisión no fue penitencia, fue morbo, y lo que había en una mañana fresca y lluviosa por el paso del huracán Nora.
Con opiniones divididas, bajo la lluvia, con un alto nivel de contagios, se podría decir que la vida comenzó a volver a la normalidad, lejos de lo que fue hasta el 20 de marzo del año pasado.
Y nada, que el canijo bicho asiático con sus nuevas versiones como la Delta, que está entre nosotros y avanza velozmente sorprendiendo hasta a los vacunados, sigue poniendo de cabeza al mundo, desencadenando crisis, tragedia, enlutando a familias, sumando huérfanos (ya millón y medio en México), saturando hospitales, agotando al personal sanitario, sumando cada día nuevos a los ejércitos de pobres, hambrientos, arrebatándonos a seres queridos y generando otra pandemia, la emocional, que trae consigo ansiedad, desesperación, tristeza, desánimo, estrés y una serie de problemas que pasarán una costosa factura a los más sanos, a los que lograron evadir al bicho, y qué decir de los que tuvieron que ser aislados y a los que lentamente se van recuperando.
Para los mexicanos está demostrado históricamente que es muy cómodo reprochar por encima de todo, y ya después tomarse la molestia de averiguar, y eso en algunos casos.
En cuanto trascendió la noticia del buen arreglo entre empresa y sindicato de Volkswagen, que lograron pactar un aumento salarial del 5.5 por ciento, Puebla respiró y los especialistas consideraron que se fortalecen las condiciones para consolidar un proceso de recuperación de la economía regional.
Después de tres semestres de clases a distancia, unos cruzan los dedos para que ya se dé el regreso a las aulas, y otros están decididos hasta a perder un semestre para no arriesgarse a contraer el COVID.
Que gusto y emoción da hablar de los triunfadores, sobre todo cuando se trata de poblanos, y más cuando uno los conoce.
El reconocimiento que el Congreso de la Unión rindió en sus últimos días al científico poblano, el doctor Guillermo Ruiz Argüelles, rescata el prestigio de la Cámara de Diputados y pone en alto el nombre de Puebla, que ha sido cuna de movimientos y aportaciones científicas para el mundo.
Uno de tantos juniors irresponsables y en estado de ebriedad, fuera de sí, en pleno deleite de la alcoholemia hace 35 años decidió tomar la avenida Juárez como su pista personal para meterle duro al acelerador a uno de los autos de su ‘papi’, y se fue a impactar a la altura de la 19 Sur, donde circulaba en su auto modelo Jetta conducido por su chofer; el entonces presidente municipal de Puebla, Jorge Murad Macluf, quien gravemente lesionado fue trasladado de emergencia en una ambulancia al sanatorio Betania, donde ya nada se pudo hacer para salvarlo.
Con mucho gusto saludo la era del optimismo en este país que las ha pasado muy difícil, y una tras otra.
El paso de Enrique de la Madrid Cordero por Puebla y las tres reuniones que sostuvo en un día con personajes de influencia lo colocaron en la pasarela de los ‘fuertes’ para figurar en la contienda presidencial del 2024.
Una presencia de menos de 24 horas en la ciudad de Puebla resultó altamente redituable para el joven político, Enrique de la Madrid Cordero, quien sostuvo tres reuniones para hablar del México actual y sus expectativas.
Después de 15 meses de encierro, justo cuando comenzábamos a saborear la libertad, a redescubrir nuestra ciudad y a reencontrarnos con familiares, amigos y conocidos; la pandemia nos vuelve a hacer la mala jugada de regresarnos a las cuatro paredes de nuestros hogares.
Mientras agoniza el trienio de la segunda mujer que llega a la alcaldía de Puebla, no dejan de acumularse los problemas y rezagos en la capital del estado, de tal forma que lejos de poner orden, se produce el caos en los distintos frentes de la vida municipal.
A la mitad del camino, el presidente Andrés Manuel López Obrador decidió seguir jugando a dividir a los mexicanos, comenzando con los de casa, con los de su equipo, dándoles aparente rienda suelta a sus ambiciones, sueños, anhelos de llegar a sucederlo.