Friday, 26 de April de 2024


El PRI envalentonado y su consulta jocosa




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Previo al segundo informe de gobierno del Ayuntamiento de Puebla que encabezamos a través de la denominada coalición Compromiso por Puebla, la fracción del PRI en el cabildo ha comenzado estos días a realizar una especie de consulta ciudadana con miras a obtener, según ellos, la opinión de la gente respecto al trabajo de la comuna que lidera el presidente municipal Eduardo Rivera. El esquema, para el que no conozca las mañas del PRI, pudiera parecer novedoso. Sin embargo, la historia traiciona al PRI y lo hace quedar en ridículo en ejercicios como éste.  

 

A dos años del gobierno de coalición, la capital se ha venido transformando de a poco. Muchos años tuvieron que pasar para que la ciudad se modernizara con obras públicas auténticamente relevantes y duraderas. ¿o alguien recuerda algo importante del gobierno de Marín entre 1998 y 2001? Sus apólogos dirán que los cruceros inteligentes fueron maravillosos, cuando en realidad lo único inteligente de los mismos era no pasar por ahí. ¿Enrique Doger, Blanca Alcalá? Quizá el primero dejó un legado, pero en general los gobiernos presididos por el PRI en la capital dejaron poca obra y eso sí, mucha imagen favorable inducida. Puebla se estaba rezagando y no es sino hasta ahora, con Eduardo Rivera y el apoyo en la capital del gobernador Rafael Moreno Valle, que puede hablarse de una simbiosis entre tradición y modernidad que urgía en nuestra ciudad.

 

 

El PRI en el cabildo ha tenido, en los hechos, dos posturas preclaras: la nula propuesta y debate de los asuntos fundamentales para la ciudad y, por otro lado, el desorden manifiesto por la falta de concordia entre sus propios integrantes. Una fracción edilicia que no propone y que le ha costado trabajar unida no puede ni tiene la legitimidad para convocar a una consulta ciudadana para criticar el trabajo y la buena marcha del gobierno municipal. Huele en todo caso a postura electoral –no dije electorera, que conste- la del tricolor, ahora que se sienten envalentonados desde que llegó al poder Enrique Peña Nieto.

 

 

En efecto, como por arte de magia, de la falta de propuestas y desorganización que caracterizó al PRI en dos primeros tercios de la administración, ahora pretenden asumirse como férrea oposición, auspiciados por todo lo que implica detentar el poder federal y las energías renovadas que envía como señales de humo el viejo edificio de Insurgentes en el DF, donde el icono perenne es Plutarco Elías Calles, como si hubiera algo de orgullo y dignidad en este personaje nefasto de la historia nacional. El nuevo PRI, el que veremos desde ahora, es el PRI de siempre: el que no piensa en la alta responsabilidad de gobernar y prefiere trabajar siempre con miras a la próxima elección en vez de ocuparse de los ciudadanos.

 

 

Peor aún, con eso de las consultas, el PRI recurre a jocosos procedimientos para legitimar su nueva postura opositora y francamente electoral. Arremedando a lo más nefasto del lopezbradorismo, salen al zócalo y convocando apenas a un puñado de personas, lanzan el concitado ejercicio para que la gente opine. Como tribus perredistas del Distrito Federal, el PRI capitalino -que por cierto quedó en tercer lugar en la ciudad durante la última elección federal- se aventuran en una consulta ciudadana más bien es mediática y que, como queda claro que nadie participará en ella, estará repleta de opiniones vertidas por ellos mismos a través del relleno de urnas, porque en eso sí que son especialistas. Sin identidad, el PRI recurre a métodos del PRD pejista, sin rubor y dispuestos con todo a hacer el ridículo.

 

 

El mejor termómetro de los resultados de un gobierno es la ratificación en las urnas del proyecto que se impulsa, y no me cabe la menor duda que el próximo 7 de julio Puebla volverá a confiar en el PAN y en una coalición de partidos como la que gobierna el estado y la capital. El PRI, con todo y sus posturas envalentonadas y delegados especiales de dudosa reputación, no tiene opciones en la ciudad. No son capaces de aceptar, como en cualquier democracia moderna, que en Puebla hay buenos resultados y avances, lo que ellos nunca hicieron en su oportunidad. El próximo 11 de febrero se rendirá el informe de gobierno del ayuntamiento capitalino y ahí daremos cuenta de la transformación de la ciudad y del buen trabajo de nuestro gobierno de coalición que lidera el PAN. Y si el PRI llega al informe con sus boletitas de la consulta ciudadana, bien por ellos: ya habrán hecho algo y ese algo es mejor que nada.

 

 

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