Friday, 26 de April de 2024


El PAN, en busca de cuadros jóvenes




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Acción Juvenil cumplió en la semana 26 años de existencia; más de un cuarto de siglo de constituirse como el nicho de constante formación de cuadros juveniles para el Partido Acción Nacional.

Idea ésta, la de fundar Acción Juvenil, de panistas muy sobresalientes como Felipe Calderón quien en 1987 y gracias al impulso del jefe nacional, don Luis H. Álvarez, consolidaron los esfuerzos que por años se habían postergado en la creación de esta organización.

 

 

El PAN siempre ha sido un partido joven y de jóvenes. No obstante es la institución política más longeva en términos del registro electoral (1939) anterior incluso al PRI, por las venas de Acción Nacional corre sangre e ímpetu juvenil desde su fundación misma. Manuel Gómez Morín era un joven profesionista liberal quien, con la ayuda de otros ilustres mexicanos, estructuró el partido como una opción moderna, libre y democrática. En 1958 el PAN lanzó a la candidatura presidencial a Luis H. Álvarez, entonces de 38 años de edad, poniendo el ejemplo de que la juventud y el PAN eran inmanentes.

 

 

En este orden de ideas, mucho me temo que actualmente el Partido Acción Nacional se está convirtiendo en un partido viejo; siendo autocríticos, hemos de reconocer que la militancia juvenil no es igual de nutrida como lo fue en otros años y ello sucedió justo cuando ganamos el gobierno federal por coincidencia. Bien podría decirse que ganamos el poder y perdimos a los jóvenes que siempre fueron motor del partido.

 

 

Lo anterior no sólo se refleja en los padrones internos: de acuerdo a los últimos resultados electorales y las más recientes encuestas ciudadanas, los jóvenes no confían en la política y los políticos y, más allá de dicha verdad de perogrullo, los que emiten alguna opinión política no se expresan tan bien del PAN como los propios panistas quisiéramos. Cierto es que la opinión de la juventud con relación al PAN no es peor que la que tienen del PRD o del PRI, pero también es verdad que nuestro partido no ha podido promoverse como una opción política seria y de cambio profundo entre los chavos, esos que desde temprana edad y que con los avances tecnológicos, cada día se vuelven más críticos y avezados a cuestionar lo que se les pone enfrente.

 

 

No debe escapar de nuestra mente que los jóvenes que hoy tienen de 18 a 25 años no reconocen ni identifican históricamente el papel del PRI en el contexto del México contemporáneo: un partido corrupto, autoritario, que conculcó durante décadas los derechos humanos de los mexicanos, soslayó el bien común y manipuló elecciones. No conocieron esa versión del PRI y tampoco conocieron al PAN en su papel de incansable luchador de la democracia, del respeto al voto ciudadano y promotor de las libertades individuales de los mexicanos. Me parece que una de las misiones del PAN de hoy es el que sea capaz de insertar entre los jòvenes un discurso fresco y atractivo, que genere entusiasmo por la polìtica y por la promoción del bien común. Un partido que sea referente para los jóvenes desde el enfoque de ser un auténtico vínculo ciudadano-gobierno y que no tenga miedo a debatir en su seno temas de interés para las nuevas generaciones de mexicanos.

 

 

Los jóvenes fueron, además, uno de los sectores que menos prefirieron al PAN en la elección presidencial de 2012. Esta estadística, cual es, debe ser vista por el partido como una auténtica área de oportunidad. Vamos por los jóvenes para que sepan que el PAN es un partido abierto, sin tabúes, plenamente liberal, que es herramienta de participación para aquellos que quieren introducirse en el mundo del ejercicio político. Un partido fiel a su fundación: rico en militantes jóvenes profesionistas, deseosos de cambiar a México.

 

 

Los panistas que alguna vez militamos en Acción Juvenil aprendimos, entre otras cosas, una de las premisas que pregonó Carlos Castillo Peraza: “…en política más valen pocas buenas acciones que muchas malas palabras…”. Ese debe ser el derrotero del PAN y los jóvenes, un camino de efectividad en el ejercicio público, de menos discursos fútiles y más acciones concretas para generar bien común. A 26 años de distancia de la creación de Acción Juvenil –por cierto, el Juvenil dejó de ser Juvenil ya que rebasó los 25 años de edad, chascarrillo incluido-, el PAN debe trabajar en la reorganización en la que está inmersos desde que perdimos la presidencia, a partir de nuevos cuadros juveniles que refresquen la política al interior de la institución.

 

 

 

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