Thursday, 25 de April de 2024


Que Moreno Valle diga: ¡whisky!, no ¡coloraaado!




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Después de que las urnas de Rafael Moreno Valle se vistieran de gloria en la reciente elección (dicen que) los tambores nacionales doblan y redoblan su nombre para la presidencial de 2018 por el flanco del PAN.

Sin embargo de aquí allá, en ese partido y en otros, retemblará en su centro la tierra cuando menos una decena de nombres de personajes cuyo pasado los condenará o los pondrá en situación de privilegio respecto a sus candidaturas.

 

 

En los últimos años se ha visto que el retrato hablado que se tenga de los aspirantes presidenciales cuenta, y mucho, a la hora de la toma de decisiones y por consiguiente de la competencia. Emilio González, ex gobernador de Jalisco, sirve de ejemplo para demostrar que no todo lo que se construye a partir de la inversión en televisoras y en publicidad nacional funciona cuando la reputación en sus estados es de contrastes. Es decir, candil de la calle oscuridad de su casa.

 

 

Si Moreno Valle está pensando profundamente en la posibilidad presidencial debería reflexionar en el cómo lo quieren ver en ese retrato hablado el resto de los mexicanos. Si quiere que lo conozcan como un individuo autoritario, prepotente, abusivo y dilapidador de recursos públicos o como un gobernador carismático, querido, modesto, sencillo y ovacionado por su gente.

 

 

Si como un ser humano despiadado, arrogante, vengativo y mala leche o como un ser estimado, reconocido e impulsado por los suyos para cosas tan grandes como ser presidente de la república. Si como un tipo inflexible o como un hombre bueno y generoso. Si como un mandatario justo o como un tirano. Si como un demócrata o como un dictador. Si como un individuo respetuoso de la ley o como un infractor de la misma. En fin.

 

 

El impulso que le dieron los guanajuatenses a Vicente Fox para que se proyectara a nivel nacional fue determinante. El fenómeno Fox surgió de Guanajuato hacia afuera. Enrique Peña Nieto se construyó su retrato hablado en el Estado de México y de ahí lo aventó al mundo. Los suyos son métodos probados de cómo se construyen candidaturas partiendo de la publicidad, pero también en cómo se orienta el cariño y afecto colectivo. En ambos casos sus plataformas no sólo fueron publicitarias sino que se combinaron con los respaldos sociales de su gente.

 

 

Es cierto que la percepción que tienen algunos círculos, sobre todo críticos, académicos y empresariales de cómo se conduce Moreno Valle ya no es la misma que la del año pasado o la del arranque del sexenio. Sin embargo siguen viéndolo como un mandatario abusivo, entrometido en los demás poderes y excesivo en su fuerza. Y esos son defectos perjudiciales. Conformarse con declararlo un gobernador bien calificado no creo que le alcance, le hace falta un retrato hablado de mano de obra poblana similar al de Fox y al de Peña, y que diga: ¡whisky!, porque ciertamente son muchas las veces que ha dicho: ¡coloraaado!

 

 

 

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