El caso de La maestra no es ejemplo que sirva para poner a remojar únicamente las barbas de los líderes sindicales, como hasta hoy pareciera ser, no, ese caso tendría que servir también como el espejo en que se quieren ver las figuras públicas de los diferentes partidos políticos y de los rincones más alejados del país; pero sobre todo, de aquellos que tienen pasados que de alguna manera condicionan su prestigio, su libertad y su buen nombre.

Lo que quiero dar a entender con toda esta perorata es que nada le vendría mejor al gobernador Rafael Moreno Valle que negociar los espacios más importantes de las elecciones que vienen. Nada le vendría mejor que platicar. Nada le vendría mejor que ceder. Nada le vendría mejor que ser amable y dadivoso. ¿Por qué? Porque un eventual pleito verdadero transformado en derrota, especialmente en el Congreso del Estado, lo pondría en aprietos inimaginables. Un enemigo Presidente de la República y otro secretario de Gobernación no son enemigos comunes ni corrientes.

En efecto, la alianza del PAN, PRD, Panal y Compromiso por Puebla pareciera dar a entender que la guerra va en serio. Pero yo pregunto, ¿debemos comprar todo lo que los políticos nos venden? La alianza podrá tener el parecido de una conflagración auténtica, sin embargo, tomemos en cuenta que la verdadera política no la hacen los políticos a los ojos de la gente y eso lo sabemos.

Todos los partidos y todas las alianzas necesitan de algo fundamental para mover sus estructuras: dinero. Se entiende que Moreno Valle financiará la multicitada megacoalición. Son de esas cosas que se saben aunque se nieguen. De algún lugar deben hacerse del recurso y no creo que lo ponga ninguno de los partidos aliados en sus versiones local y nacional, o El Yunque o Los chuchos. ¿O usted de verdad cree que cooperarán para la causa sacando el efectivo de sus carteras?

El secreto de un resultado no está en el número de alianzas que se formen en torno a una elección, el secreto está en el dinero. Si el dinero fluye los resultados son unos y si no fluyen los resultados son otros así los partidos políticos vayan en coalición. Las elecciones en México están prostituidas no de apenas de hace mucho. Y eso no lo inventamos nosotros, lo inventaron los partidos, los gobiernos y los políticos.

Tres cosas para terminar: primero, me parece que si hubiera mesa de negociación de resultados y de pláticas cordiales ésta giraría únicamente en torno a la ciudad de Puebla y al control del Congreso del Estado; dos, con una eventual negociación ganarían los dos gobiernos, el estatal y el federal, sin arriesgar absolutamente nada; y tres, si Moreno Valle no abre la llave del recurso la megacoalición fracasará así sean diez los partidos que la conformen.