Antonio Coca, dueño de Max Camote, antigua mascota del Puebla de La Franja, mostró su desagrado hacia el Comandante Enfranjado, nueva botarga del club, la cual dijo que tiene un parecido a Rogelio Roa, vicepresidente de negocios y mercadotecnia del club: “nada más ponle lentes y un poco de cabello”.

En entrevista con CAMBIO, Coca reveló que la actual directiva camotera no lo ha buscado para un eventual regreso de Max Camote al club poblano y se mostró satisfecho por los comentarios positivos de la afición para con su creación.

“No es de mi agrado y la verdad no encuentro la identidad que tanto decía Roa, de hecho siento que es parecido a él, sólo ponle lentes y un poco de cabello”.

Antonio siguió la misma línea de la afición, “quien tiene la verdadera opinión” y negó que la nueva mascota del club sea algo representativo de Puebla o el equipo de futbol e incluso mencionó que Roa Guzmán tachó a Max Camote como algo ‘corriente’.

“Vienen con sus ideas y su forma de trabajar y está cañón; querían tener una imagen propia, el control de todo. Rogelio me dijo que Max Camote se le hacía algo vulgar, naco, me mencionó que el club necesitaba algo más representativo para los poblanos”.

“Me mandaron lejos del club junto a Max”

Antonio Coca reveló a esta casa editorial que después de la presentación de la playera que utilizaría el Puebla rumbo al Apertura 2018 (el viernes, 20 de julio del 2018), fue el propio Roa quien le negó el acceso al Estadio Cuauhtémoc.

“El mismo día de la presentación (Rogelio Roa) me dijo ‘preséntate en el partido que nos toca abrir (Jornada 2 vs Toluca, 2-1)’ y fui al estadio, llevé la botarga, ya estaba vestido y ahí fue cuando me dijo que Max Camote ya no saldría más a partir de ese día; ¿entonces para qué me hizo ir?”.

‘Toño’, quien tiene su empresa de diseño y fabricación de botargas empresariales y deportivas, mencionó que recibió una invitación en Pachuca para hacer lo de la mascota ‘Pachus’ y fue cuando el vicepresidente de negocios del Puebla empezó a excusar la ausencia de Max Camote en el estadio porque el club no era dueño de sus derechos.

“Nunca me llamó desde que pasó lo que comenté del estadio; él se basó en el intento de registro de Max Camote de una señora, quien intentó registrarlo para vender peluches y no pudo hacerlo en el IMPI (Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial) porque el registro de derecho de autor lo tengo yo, pero él (Rogelio Roa) necio de que la mascota era de otra persona y no mía”.

Coca también dejó en claro que “Max está para la gente”, y mencionó que ha ido a hospitales y eventos gratuitos, los cuales no los ha anunciado “porque me gusta disfrutar el momento y guardarme el recuerdo para mí y hacer las cosas de corazón, sin publicarlas” y reiteró que si el Puebla quiere a la mascota, él está dispuesto a vendérsela.

“Les vendo los derechos o lo que quieran, pero no lo desean; siguen cerrados a no hablarme y eso es lo increíble de esa directiva (...), yo no tengo problema alguno, el problema son ellos, porque yo no soy problemático”.

La directiva de Pericos también es conflictiva

El mismo diseñador de botargas recalcó que el equipo de beisbol Pericos de Puebla no prescindió de sus servicios sino que él renunció, ya que “la directiva, encabezada por Enrique López, gerente de mercadotecnia, y el vocero, Ramón Ramírez, es prepotente y conflictiva”.

“Me pidieron que los apoyara y nunca hubo un contrato, no me avisaban de los eventos con tiempo y me dijeron que en esa empresa no existía él ‘no’, si me enfermaba o me pasaba algo, aun así tenía que ir”, finalizó.