Una disputa por los derechos de Max Camote fue el motivo por el que el Club Puebla decidió no continuar su relación con Antonio Coca, presunto dueño de la botarga, debido a que ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) hay una solicitud de Mariana Sánchez Gómez para quedarse con el nombre y la imagen de la ex mascota del Puebla, poniendo en duda quién es el verdadero dueño de la botarga.

De acuerdo con una consulta realizada por CAMBIO ante el IMPI, se pudo constatar que el 14 de diciembre del 2016 Sánchez Gómez solicitó el registro de la marca ‘Max Camote’, sin embargo el trámite no concluyó debido a que le faltó documentación. Pese a esto, no aparece que Coca sea el dueño del nombre de la ex mascota del Club Puebla.

Asimismo, dicho documento precisa que la solicitante debe “especificar la venta al por menor, lo anterior en virtud que resulta ambiguo y es necesario determinar el alcance de la protección del signo propuesto a registro con la finalidad de determinar si la clase es correcta”.

Aunado a ello, el intento de registro quedó incompleto toda vez que Marina Sánchez debía “cubrir la tarifa correspondiente por concepto de reposición de documentación, complementación de información faltante, aclaración o subsanación de omisiones, así como por enmiendas voluntarias”.

Dicha versión fue confirmada por el propio Coca, quien reveló a CAMBIO el pasado viernes que había un pleito con una señora que quería realizar peluches con Max Camote, “(Roa) se basó en un intento de registro de Max Camote por parte de una señora, la cual intentó registrar la marca para vender peluches y no pudo hacerlo ante el IMPI por que el registro de Derechos de Autor lo tengo yo”.

“Los abogados del club recomendaron desestimar el uso de Max Camote”

En entrevista con CAMBIO, Rogelio Roa, vicepresidente de Negocios y Marketing del Puebla, dio fe de que gente del equipo acudió al IMPI y se encontró con que Max Camote no pertenecía a Coca y por recomendación de los abogados de La Franja, el propio conjunto enfranjado desechó la posibilidad de continuar vinculado con dicha botarga, con la cual no podrían comercializar productos ni hacer negocios.

No obstante, Roa negó haber corrido del estadio a Coca en julio del 2018 en el juego de la Fecha 2 de aquel Apertura ante Toluca porque ya no tuvo contacto con él después de mayo del 2018, fecha en la que le prometió que él sería el indicado de diseñar y meterse dentro de la botarga.

Asimismo, el dirigente poblano reveló que las acusaciones vertidas por el diseñador de botargas carecen de fundamento toda vez que Jorge Talavera, gerente de mercadotecnia del club, fue el encargado de entablar diálogo con Antonio, quien alegó “que no se presentaría al estadio en el juego frente a Toluca porque no tenía tiempo”.

“Tendría que ser estúpido para llamar naco a Max Camote”

El vicepresidente de Negocios y Marketing del Puebla negó haber llamado ‘naco’ a Max Camote puesto que dijo estar consciente de la importancia que tenía dicha botarga dentro de la afición del club.

“Tendría que ser estúpido. Podré haber hecho muchas en mi vida, pero tendría que ser estúpido para llegar a una plaza donde sé que la mascota es parte de la identidad y llamarla naca, y además a la hora que hago negocios no uso ni nunca usaré expresiones coloquiales”.

Para finalizar, Rogelio Roa desechó la posibilidad de sentarse a arreglar las diferencias con Coca toda vez que “nosotros como club tenemos que ser institucionales y él (Coca) no lo fue, y al final de cuentas ya traemos otro objetivo (...), la gente tiene que ser seria y no puedes sentarte a hacer negocios con alguien que no lo es”.