La historia oscura del narcoalcalde Rubén Gil Campos se remonta a los años 80, cuando tuvo que robarle a su papá el dinero de sus cosechas para viajar a Estados Unidos. Para sus vecinos es vox populi la cercanía de la familia de Gil Campos con el narcotráfico desde que Honorio Gil, padre del narcoalcalde,  compitió por segunda vez por la alcaldía de Tepeojuma, elecciones en las que derrochó recursos para ganar.

Tras el asesinato de su papá, Rubén Gil se convirtió en secretario general de Tepeojuma en la última etapa del ayuntamiento.

Los vecinos aseguran que su cercanía con el gobernador Mario Marín era más que evidente, pues el mandatario inauguró con el líder de migrantes los famosos puestos de elotes ubicados sobre la carretera Puebla-Izúcar.

El asesinato de Honorio Gil Gavilán en septiembre de 2006 conmocionó a los tepeojumenses, para quienes no cabe duda que se trató de un ajuste de cuentas debido a que el cadáver fue hallado con más de 80 puñaladas y con los genitales cercenados.

La tragedia dividió a la familia Gil, pues según testimonios de los vecinos, Jorge Gil le reclamó a su hermano Rubén el día del velorio de su padre.

El desencuentro provocó incluso que los invitados abandonaran la casa, por lo que el cuerpo fue velado sólo por los familiares.

La evidencia más fehaciente del origen ilícito de la riqueza de Rubén Gil Campos es que durante la campaña de Honorio Gil —quien fue abanderado por el PRD— por la alcaldía de Tepeojuma, se derrochó una gran cantidad de recursos.

“El Gavilán” —apodado así por el segundo apellido de su padre— fue quien respaldó económicamente la campaña, quien además recibió todo tipo de peticiones de apoyos económicos, según aseguran los entrevistados:

“Le pedían dinero para los uniformes deportivos del torneo de beisbol o para realizar peregrinaciones religiosas. Rubén Gil siempre les daba más de lo que pedían. Si lo que necesitaban era 7 mil pesos, él daba 10 mil o más (…) Todo esto nos llamó la atención, porque Rubén Gil no tenía nada cuando se fue a Estados Unidos. Si hasta le chingó la lana a su papá para poderse ir. Cuando dejó Tepeojuma, Honorio Gil no tenía nada, luego recuperó sus tierras y cuando fue candidato, gastó mucho dinero.”

Pero ésta no fue la primera vez que Honorio Gil intentó ser presidente, el padre del narcoalcalde buscó en el 97 la alcaldía de Tepeojuma a través del PRI, sin embargo, no pudo asumir funciones debido a que se comprobó que no era oriundo del municipio, ni siquiera poblano, pues nació en el estado de Morelos.

Rubén Gil terminó el periodo de su papá

Rubén Gil Campos, asumió la secretaría general del municipio de Tepeojuma tras el asesinato de su papá. Aunque no se convirtió en presidente municipal, para los pobladores quedó claro que era él quien daba las órdenes.

Más aún, un grupo de campesinos presentes en la protesta del viernes pasado, refieren que durante el periodo de Honorio Gil —quien gobernó durante año y medio— durante el resto de dicho trienio se incrementó el consumo de marihuana en las calles de Tepeojuma:

“Los carrujos circulaban en el zócalo desde las 8 de la noche. Eso nos llamaba la atención y nadie hacía nada para impedirlo. También se incrementaron las luchas entre bandas del pueblo. Había mucha inseguridad.”

Las ligas del tristemente célebre narcoalcalde con otros munícipes de la zona son bien conocidas. Además de su cercanía con el presidente municipal de Atlixco, Eleazar Pérez Sánchez, también tiene relación con el alcalde de Tlapanalá, Sergio Galicia Baltasar.

El narco, una forma de vida

Los tepeojumenses hablan de la presencia del narcotráfico en esta zona del estado como una situación normal. Sin temor a equivocarse aseguran que las ligas de autoridades locales con el crimen organizado es a diario.

Y es que para ellos, Puebla es una ruta importante de paso para que los estupefacientes lleguen a Estados Unidos. En ese sentido, refieren que existen líneas de camiones que recorren municipios de Oaxaca, Guerrero y Puebla transportando a inmigrantes que desean llegar a la unión americana a un bajo costo.

Siendo un viaje tan largo para ellos es de destacar que el costo del transporte sea tan bajo, por lo que suponen que ésta puede ser una forma de transportar la droga: “Aquí está muy fuerte el narco por ser una zona de paso.

Hay municipios como Guadalupe —que colinda con el estado de Guerrero— que es bien sabido que su alcalde es narcotraficante. Como en el caso de Rubén Gil, de la noche a la mañana se hacen ricos.” Para ejemplificar lo anterior refieren los gustos excéntricos de Gil Campos, quien además de hacerse cuidar por dos escoltas —uno de ellos ex militar— tiene la afición de coleccionar autos, los cuales guardaba en sus propiedades.