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Martes, 08 Enero 2019 01:16

Tragicomedia poblana: el espectáculo de los 21 suspirantes

Tragicomedia poblana: el espectáculo de los 21 suspirantes Escrito Por :   Javier Arellano Ramí­rez

La brutalidad de los hechos así lo demuestra: la clase política poblana aún no crece, ni evoluciona.


 

Corría el año de 1987, la clase priista se preparaba para la sucesión por la gubernatura. Guillermo Jiménez Morales, gobernador saliente, había sufrido la pérdida de su gran proyecto transexenal. El trágico deceso del profesor Jorge Murad Macluf había dejado al mandatario sin su alfil predilecto.

 

Pero aun así la clase política se preparaba para la sucesión, cuando de un momento a otro se dio la imposición de Mariano Piña Olaya. Aunque nacido en Champusco, el abogado era completamente ajeno a cualquier trayectoria local. Luego de unos días de pataleo el priismo aceptó y aplaudió la imposición.

 

Pasaron seis años de una rupestre y agreste corrupción; así como un inocultable desprecio por Puebla y los poblanos.

 

La misma escena se repitió en 1992 cuando desde Los Pinos ungieron a Bartlett Díaz y nuevamente la clase local fue atropellada. Toda una generación tuvo que soportar el frívolo despotismo de Jaime Aguilar Álvarez y la camada de los ‘GQ’, los niños bonitos que tanto le gustaban a ‘don Manuel’.

 

Nótese, generoso lector, que nos estamos remontando a 1987. Ante esto las preguntas se hacen forzosas ¿En estos años qué tanto ha crecido la clase poblana? ¿Realmente estamos ante una evolución?

 

Sólo basta ver el denigrante espectáculo de los 21 suspirantes al interinato para evidenciar que la élite política es pequeña, frívola e irresponsable.

 

La insoportable frivolidad de los aspirantes

 

Para referirse a aquellas personas que no se ubican en la realidad y tienen delirios de grandeza el pueblo tiene una frase única.  La expresión popular, coloquial, apunta en las calles y los barrios lo siguiente “Ya cualquier pendejo quiere ser…” y aquí usted agregue: boxeador, futbolista, catedrático… o gobernador. 

 

Esto es lo que estamos presenciando ante una lista de 21 aspirantes, de los cuales solamente cuatro tienen la estatura para pretender el cargo. Por supuesto, debemos iniciar con el maestro Guillermo Pacheco Pulido, después José Marún Doger Corte, Moisés Ignacio Mier Velasco y Héctor Sánchez Sánchez.

 

Todo lo demás es un espectáculo de irresponsable frivolidad. Algunos no son conocidos ni en sus colonias; a otros no los apoya ni su familia.

 

Este episodio es lamentable, en primer lugar porque el proceso extraordinario surge de una tragedia de proporciones históricas. Pero también es deplorable por la manera insensata e imprudente que ha demostrado la clase política local.

 

Simplemente no toman con seriedad un episodio que representa un parteaguas, un hito en la historia de Puebla. Estamos ante una tragicomedia que los ciudadanos de ninguna manera tomarán con seriedad.

 

Dulcería poblana

 

Andrés Clemente Romero: un ejemplo de policía de la vieja escuela

 

Hoy, bajo la batuta del jurista Gilberto Higuera Bernal, la Fiscalía General del Estado paulatinamente está recuperando la respetabilidad que le corresponde.

 

Se debe hacer mención que en otras épocas la procuraduría poblana tuvo momentos plausibles, dignos de reconocer. Y aunque la Policía Judicial siempre fue polémica y controvertida, la realidad es que tuvo elementos con un alto nivel de profesionalismo y eficiencia.

 

En décadas recientes dos elementos de la judicial destacaron por su entrega, compromiso y arrojo. Comandantes en verdad ‘entrones’ a la hora de enfrentar a la delincuencia. Nos referimos a Andrés Clemente Romero y Joel Rosas Trejo.

 

Durante el periodo de Luis Banck Serrato al frente de la presidencia municipal de Puebla, el secretario de Seguridad, Manuel Alonso, fue acompañado por Andrés Clemente Romero como director de Inteligencia. De ahí partieron los operativos especiales que lograron contener la ola delictiva.

 

La dupla de Alonso y Clemente formó un dique que logró controlar la marea del hampa. Hoy que no están al frente ya vemos los resultados.

 

Puebla está al borde del colapso mayúsculo. Y todo por no tener a las personas indicadas en los lugares debidos.

 

Como siempre quedo a sus órdenes en Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.. 

 

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