Por ello es lamentable que no se le diera la debida difusión a la detención de 35 delincuentes que pertenecen a la célula criminal de ‘El Grillo’.

 

Únicamente medios locales dieron cobertura a la captura de 35 sujetos que estaban en posesión de armas cortas, largas y sobre todo de explosivos de manufactura artesanal. No debe descartarse que este grupo tuviera programada la compra de granadas de fragmentación que en el mercado negro veracruzano se venden en ocho, máximo 10 mil pesos.

 

La pregunta medular es: ¿Para qué un grupo criminal necesita explosivos artesanales?  Obviamente no para asaltar un banco y mucho menos a un automovilista.

 

En la década de los 80 en la ciudad de Oaxaca grupos subversivos utilizaron explosivos artesanales para colocarlos en oficinas públicas y bancos. Era la manera de crear una sicosis en la sociedad; de mostrar un estado sin gobernabilidad, en que la estabilidad estaba prendida con alfileres; una entidad al borde del estallido social.

 

Muy probablemente la intención del grupo de ‘El Grillo’ era la misma. Colocar artefactos explosivos en la zona de Angelópolis, la Avenida Juárez o en el mismo corazón de la ciudad. Todo como una manera de presentar un estado en crisis mayúscula.

 

El delincuente apodado ‘El Grillo’ opera redes de asaltantes, pero sobre todo de narcomenudistas. Es probablemente el principal distribuidor de enervantes en la ciudad de Puebla, un mercado en el que se mueven cientos de miles de pesos a la semana.

 

El crecimiento de ‘El Grillo’ como criminal es un tanto inexplicable. Pasó de ser un pequeño asaltante a convertirse en el barón de las drogas en Puebla, manteniendo el control de la plaza ante los intentos de otros grupos por entrar a la ciudad.

 

Como en tantos otros temas de la vida de Puebla, únicamente Diario CAMBIO publicó la relación que podría existir entre ‘El Grillo’ y el senador Alejandro Armenta Mier. Sólo este medio y ningún otro publicó la fotografía del delincuente con su riguroso gafete para asistir a los actos proselitistas del legislador. Entre ambos personajes, en medio del barón de las drogas y el senador, está un tercer agente que es el abogado de ambos.

 

Desde principios del año 2018 a José Cristian R, alias ‘El Grillo’, se le señala por su probable participación en la colocación de narcomantas, la aparición de cuerpos sin vida en diferentes puntos de la ciudad de Puebla y el asesinato del comandante de la Policía estatal Filiberto Rugerio.

 

Hoy a finales de 2019 el gobernador Barbosa Huerta públicamente declara que este grupo pretendía ‘desestabilizar la capital’ y agregó que detrás de los delincuentes detenidos hay ‘personajes que buscan esconder su identidad’.

 

La pregunta inevitable es: ¿Quién está detrás de ‘El Grillo’?

 

Ojalá el propio gobernador Barbosa nos dé la respuesta.

 

Como siempre, quedo a sus órdenes en Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.