La baraja estuvo echada desde el primer día, sin embargo, los candidatos intentaron dar lo mejor de sí mismos, sin lograr ponerle un poco de sabor al insípido proceso electoral, y tan sólo el domingo en el debate pudimos ver una leve chispa entre el intercambio de ideas.

Luis Miguel Barbosa inició como el favorito, el estado lo conocía y venía con los ánimos elevados por la impugnación del pasado proceso, sumado a esto el arrastre del "efecto AMLO" daba la sensación de que Morena ganaría con cualquier candidato.

Alberto Jiménez Merino, el candidato del tricolor, fue quien más sorpresas dio en esta campaña. Todos daban por desahuciado a su partido y en naufragio a su candidatura, pero el oriundo de Tecomatlán logró subirse al ring y dar un par de golpes, que si bien no lo posibilitan de ganar la elección, sí le dan esperanza a los priistas en que su partido puede resurgir de las ya esparcidas cenizas.

Enrique Cárdenas fue la decepción del proceso. El candidato del PAN-PRD-MC con una brillante preparación y un historial de lucha ciudadana dio al inicio de la campaña la sensación de que habría una pelea complicada y al menos entretenida por la gubernatura, pero pronto el abandono de los panistas y la falta de carisma del candidato lo pusieron muy por debajo de las expectativas vertidas en él, obligándolo a una mala estrategia de descalificación al candidato de Morena.

Tan sólo quedan ocho días de este decepcionante proceso electoral. Tal parece que los políticos poblanos ya están aburridos de luchar por ideales y muchos prefirieron irse con "el que va a ganar".

La gubernatura yace oculta y tres hombres la buscan con desespero, dispuestos a todo para encontrarla, pero ¿quién es el bueno, quién el malo y quién el feo?