El gobierno federal recién envió al Congreso de la Unión los “Pre-Criterios Generales de Política Económica 2020”, donde advierten un menor crecimiento económico. Si bien argumentan que el propio Fondo Monetario Internacional actualizó sus perspectivas económicas mundiales a la baja, es justo enfatizar que la reducción nacional en el crecimiento del Producto Interno Bruto es mayor. Por su parte, también el Banco Mundial acaba de recortar las expectativas de crecimiento económico del país para este año.
¿Cuáles son las variables que han incidido negativamente en la contracción de la economía nacional? Tengo para mí que las causas pueden agruparse en, al menos, cuatro grandes campos:
- Incertidumbre en la actividad económica
El mercado ha recibido señales que interpreta como inciertas. En este sentido, destaca la cancelación del Nuevo Aeropuerto. Ésta será, sin duda, la decisión más desafortunada de la administración.
Otra de las señales que el mercado ha interpretado de manera negativa fue la embestida contra las Agencias Calificadoras Internacionales, las huelgas y paros ilegales en la industria manufacturera de la frontera, el desabasto de gasolina y los bloqueos ferroviarios en Michoacán. En caso de persistir las afectaciones para el transporte de carga en los cruces fronterizos con los EEUU, este factor podría sumarse a la lista.
- Reducción del turismo internacional
Como ya hemos señalado en este espacio, la desaparición del Consejo de Promoción Turística de México generó que la imagen de nuestro país, dentro de los mercados turísticos internacionales, prácticamente desapareciera. Bien dice la sabiduría popular: “Santo que no es visto, no es adorado”. Mientras los destinos turísticos contra los que compite México realizan una agresiva promoción de sus atractivos, nuestro país vive de la inercia de lo sembrado en el pasado.
Falta conciencia de la relevancia de invertir en la promoción. La vergüenza ocurrida en la Feria Internacional de Turismo de Berlín es sintomática de la poca prioridad que se le presta al impulso de nuestra marca –país.
- Cambio de rumbo en la política energética
La Reforma Energética ha sido virtualmente suspendida. La Federación, contrario a las tendencias mundiales, ha apostado nuevamente por las energías fósiles. En febrero pasado, por ejemplo, se canceló una subasta que permitía a la CFE y empresas privadas celebrar contratos para generar energía limpia, lo que se sumó a la previa cancelación de una licitación de energía eólica. Por si eso fuera poco, la Secretaría de Energía canceló la Alianza Energética México–Alemania.
Por otro lado, la situación en Pemex es crítica. La principal empresa pública mexicana requiere urgentemente la inyección de recursos y la adopción de programas de contingencia para seguir siendo sujeta de la inversión privada.
- Proyectos no rentables de infraestructura
Ninguno de los tres grandes proyectos de infraestructura ha sido bien recibido por los mercados. Tanto el Aeropuerto de Santa Lucía, como el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas generan desconfianza. Falta transparencia respecto de su impacto ambiental y las evaluaciones de rentabilidad han resultado desfavorables.
Las grandes obras de infraestructura productiva son, normalmente, catalizadores de crecimiento económico. La lentitud y falta de previsión de estos proyectos poco abonarán a contrarrestar la contracción que sufren otros sectores de la economía.
A nivel local, sociedad y gobierno, debemos hacer causa común para evitar el contagio nacional. La incertidumbre natural asociada con el proceso electoral, la inseguridad y el ambulantaje, deben abordarse de manera constructiva para generar certidumbre y atraer inversiones y turismo. No será tarea sencilla, dado el complejo panorama económico nacional.