En esta temporada de muertos y con la flor de cempasúchil guiando el camino de nuestros difuntos, ¿Qué dirían Rafael Moreno Valle y Martha Erika Alonso cuando retornen desde el más allá y vean lo que han hecho del PAN Puebla?

La respuesta seguramente la sabemos. Así como también sabemos lo que actualmente la  dirigencia del PAN  ha hecho y ‘desecho’  con Acción Nacional en Puebla.

Independientemente de si usted - lector- simpatizaba con el ex gobernador y Martha Erika Alonso, es innegable que ambos le dieron un antes y un después al partido blanquiazul.

Tres gubernaturas. Mayoría en el congreso. Alcaldías más importantes en el estado. Control y dominio total del consejo estatal del PAN, etc.

Sin embargo, a casi un año de su muerte, este partido ha perdido todo terreno ganado y claridad en el rumbo.

Perdieron la gubernatura - al más puro estilo del Yunque-  perdieron municipios importantes, pero sobre todo, perdieron su mística.

Genoveva Huerta en la retórica extraña a Moreno Valle y a Alonso Hidalgo pero en las acciones se sienta a un lado de Rafael Micalco, principal opositor de Rafael Moreno Valle en el partido.

Genoveva exige transparencia y congruencia al gobierno y ella despidió a toda la estructura que llevó al triunfo a Tony Gali y Martha Erika.

Genoveva exige resultados al congreso y desarticuló lo poco que quedaba de la bancada panista en el legislativo local.

Seguramente cuando los fieles difuntos nos visiten, no estarán nada contentos. Destruyeron en menos de un año lo que por casi una década Martha y Rafa trabajaron.

Ojalá esta ofrenda esté llena de disculpas y arrepentimientos porque de HOJALDRAS estará repleta.